Hace 20 años un grupo subversivo de ultraizquierda concretaba el copamiento del regimiento de La Tablada.
A las 6 de la mañana del 23 de enero de 1989, durante el gobierno de Raúl Ricardo Alfonsín, un grupo armado de militantes del Movimiento Todos por la Patria (MTP) atacó el cuartel militar del Tercer Regimiento de Infantería Mecanizada General Belgrano, según un plan diseñado.
El plan contemplaba hacer creer a la ciudadanía que se trataba de un grupo carapintada que efectuaba un levantamiento, para suscitar la adhesión de la ciudadanía en contra de los carapintadas.
Los mentores intelectuales fueron Enrique Gorriarán Merlo y el sacerdote izquierdista partidario de la condenada "Teología de la Liberación", Fray Antonio Puigjané, quienes acabaron condenados en la sentencia.
En el operativo participaron dos grupos: uno ingresó al cuarte, y otro actuaba desde fuera del Regimiento. En la toma del edificio de la plana mayor, fue asesinado el 2do. Jefe del Regimiento 3, mayor Horacio Fernández Cutiellos, mientras en el casino de suboficiales mantuvieron a un importante número de suboficiales y soldados como rehenes.
El copamiento de toda la unidad militar fue veloz, debido al factor sorpresa y al armamento que tenían a su disposición. En esos momentos, el gobierno de Alfonsín se encontraba en sus postrimerías, con un colapso económico hiperinflacionario, un colapso energético por falta de inversiones, la población sumida en la carestía y la miseria, habiendo atacado a la Iglesia, a las Fuerzas Armadas, a los empresarios y a los gremios, en una actitud confrontativa. Era el momento propicio para que la ultraizquierda hiciera un movimiento que los llevara al poder.
El copamiento de toda la unidad militar fue veloz, debido al factor sorpresa y al armamento que tenían a su disposición. En esos momentos, el gobierno de Alfonsín se encontraba en sus postrimerías, con un colapso económico hiperinflacionario, un colapso energético por falta de inversiones, la población sumida en la carestía y la miseria, habiendo atacado a la Iglesia, a las Fuerzas Armadas, a los empresarios y a los gremios, en una actitud confrontativa. Era el momento propicio para que la ultraizquierda hiciera un movimiento que los llevara al poder.
El grupo armado que estaba fuera tenía por misión la propaganda antimilitar, así como de soporte con francotiradores. Dentro, asesinaron inútilmente a soldados conscriptos.
El día siguiente al copamiento los subversivos se rindieron. Nadie sabe cuántos fueron los muertos en total a ciencia cierta, a 20 años de los hechos.
Jornadas de violencia y horror a la que nos indujo la promesa mesiánica de que "con la democracia se come, se cura y se educa". Parece que esa es una deuda pendiente todavía, porque no se come, no se cura ni se educa desde hace muchos años, y hoy ni siquiera tenemos una mínima seguridad...
Jornadas de violencia y horror a la que nos indujo la promesa mesiánica de que "con la democracia se come, se cura y se educa". Parece que esa es una deuda pendiente todavía, porque no se come, no se cura ni se educa desde hace muchos años, y hoy ni siquiera tenemos una mínima seguridad...
Hubo militares caídos en el cumplimiento de su deber, y también miembros de las Fuerzas de Seguridad, y numerosos heridos en ese combate contra del terrorismo subversivo izquierdista armado, que sufrió su última derrota militar hace 20 años.