El mínimo ahorro que percibirán los productores de soja, girasol, maíz y trigo, no justifica suficientemente la medida adoptada por el Gobierno.
En el ciclo 2008/09 la suspensión del cobro del arancel de la carta de porte generará a los productores de soja un ahorro de 0,31 u$s/ha, al tiempo que la transferencia en concepto de retenciones a la oleaginosa será en el presente ciclo del orden de 328 u$s/ha. Así lo indica un trabajo elaborado por la unidad de Investigación & Desarrollo del Movimiento CREA.
En el ciclo 2008/09 la suspensión del cobro del arancel de la carta de porte generará a los productores de soja un ahorro de 0,31 u$s/ha, al tiempo que la transferencia en concepto de retenciones a la oleaginosa será en el presente ciclo del orden de 328 u$s/ha. Así lo indica un trabajo elaborado por la unidad de Investigación & Desarrollo del Movimiento CREA.
El cálculo fue realizado a partir de la última estimación de la Secretaría de Agricultura (Sagpya) del área de soja 2008/09 (16,50 M/ha) con una producción final estimada en 40,0 millones de toneladas y los precios de la oleaginosa vigentes al 27 de enero pasado. En los demás cultivos el impacto también es casi inexistente.
En girasol, por ejemplo, los productores de esta oleaginosa deberán ceder por retenciones al gobierno nacional un promedio de 134 u$s/ha y recibirían un “ahorro” de 0,20 u$s/ha gracias a la suspensión de la carta de porte.En maíz, el estimado es de 129 u$s/ha contra 0,54 u$s/ha, mientras que en trigo el cálculo proyectado arroja una cifra de 91 u$s/ha contra 0,23 u$s/ha.
La contribución generada por suspensión del cobro del arancel de la carta de porte resulta insuficiente en un momento en el cual más de la mitad de la superficie productiva argentina está atravesando una catástrofe climática potenciada por una elevada presión impositiva, restricciones financieras y bajos precios de los granos, la leche y la hacienda.
La contribución generada por suspensión del cobro del arancel de la carta de porte resulta insuficiente en un momento en el cual más de la mitad de la superficie productiva argentina está atravesando una catástrofe climática potenciada por una elevada presión impositiva, restricciones financieras y bajos precios de los granos, la leche y la hacienda.