Por Héctor L. GIULIANO
(13.1.10).
En línea con las recomendaciones del FMI en el sentido de usar las reservas internacionales para pagar Deuda Pública el Gobierno Kirchner emitió en Diciembre pasado el DNU 2.010/09, que afecta las Reservas de Libre Disponibilidad del BCRA al Fondo del Bicentenario para el pago de la Deuda.
Esta decisión se inscribe en el rediseño del Sistema Financiero Internacional que está en curso a través del G-20 - del que nuestro país es miembro – y que tiene al Fondo Monetario como organismo de supervisión.
El FMI postula hoy que los Países Deudores deben utilizar sus reservas para cancelar obligaciones a los fines de volver a endeudarse en el Mercado Internacional de Capitales aprovechando la “liquidez excedente” en el Mundo – léase “sobrante de capitales especulativo-financieros” – teniendo como respaldo no ya los stocks de divisas sino las nuevas Líneas de Crédito Contingente (FCL) que les ofrece el propio Fondo como “prestamista de última instancia”.
Esta recomendación política del FMI se contrapone a la Política de Acumulación de Reservas que viene llevando a cabo el BCRA.
Se trata de una discrepancia técnica y táctica dentro del Sistema de Endeudamiento Perpetuo de nuestro país y que puede haber sido uno de los detonantes reales de la crisis o ruptura del Gobierno con el presidente del Banco Central. (1)
EL DNU 2.010/09.
Este Decreto modifica la Ley 23.928 autorizando que las Reservas de Libre Disponibilidad – aquellas que exceden la cobertura de la Base Monetaria – puedan ser empleadas no sólo para pagar Deuda Pública con los Organismos Internacionales (como fue el caso del FMI en Enero de 2006, por 9.530 MD) sino Deuda Pública en general (esto es, abarcando también a los Acreedores Privados).
Para ello crea el llamado Fondo del Bicentenario para el Desendeudamiento y la Estabilidad, que se integrará con 6.569 MD de las Reservas del BCRA: 2.187 MD correspondientes a vencimientos con Organismos Multilaterales de Crédito y 4.382 con tenedores privados de deuda en dólares.
Este monto del Fondo (6.600 MD) es casi coincidente con el de los Intereses a Pagar del Presupuesto 2010, que es de unos 6.800 MD (no está previsto abonar Capital).
En contrapartida de las reservas, el Ministerio de Economía le entregará al Banco Central una Letra Intransferible a 10 años de plazo (2019) y Tasa de Interés igual a la que devenguen las reservas colocadas en el exterior por el BCRA.
Esta medida del Poder Ejecutivo establece así una excepción a las disposiciones expresas de la Carta Orgánica del BCRA en lo relativo a las restricciones de préstamos al Estado (artículos 19 y 20).
EL PROBLEMA DE FONDO.
Hay tres observaciones básicas o primarias para replantear la complicada presentación de este caso ante la Opinión Pública, dos de las cuales serían favorables a la acción de la Presidencia y una – muy importante - no:
1. En lo formal o administrativo, cuando el Poder Ejecutivo emite una orden el Presidente del Banco Central la tiene que cumplir. Puede manifestar reservas, observaciones o advertencias al respecto pero los funcionarios no son autoridad de interpretación de las órdenes del Gobierno.
2. El grado de autonomía del Banco Central es discutible – “la mitad de la biblioteca” – pero el BCRA no es un Cuarto Poder del Estado. Sin embargo:
3. El destino de las reservas que pide el Gobierno es objetable porque el uso de las mismas es para el pago de Deuda Pública ilegítima, que está siendo investigada por la Justicia Argentina, que se refinancia continuamente a través de un mecanismo distinto al que fija la Constitución Nacional en cuanto a intervención directa del Congreso y que se abona para volver a tomar nuevas Deudas y sin capacidad de repago, lo que implica seguir aumentando las obligaciones oficiales y empapelando al Estado con Deuda Intra-Sector Público para sufragar los pagos que se hacen a los Acreedores Privados (Deuda con Terceros). (2)
El origen o cuestión de fondo no es entonces el tema de forma del Pago con Reservas sino el Sistema de Deuda Perpetua que rige en nuestro país como Política de Estado desde 1976 hasta la fecha: un mecanismo de re-endeudamiento continuo y usurario por el cual el País Deudor nunca deja de ser Deudor.
El Des-endeudamiento es una mentira: la Deuda Pública sigue aumentando por Capital y por Servicio de Intereses anuales así como por sus gastos conexos de Honorarios, Comisiones y Administración.
Según los últimos datos oficiales – al 30.9.09 – el Estado Nacional (sin contar Banco Central, Provincias/Municipios, Organismos Públicos, etc.) debe unos 172.000 MD; y este año 2010, conforme al Presupuesto aprobado, le vencen al Gobierno obligaciones por el equivalente a 31.000 MD por Capital y está previsto pagar aproximadamente 6.800 MD por Intereses. El Principal no se paga sino que se renueva totalmente y además se contempla un aumento de la Deuda por 7.100 MD. (3)
Frente a esto es que surge otra vez el “atajo” de pagar Deuda con Reservas ya que la actual Administración tiene serias dificultades para poder integrar pagos en efectivo.
Pero la gran paradoja es que el Gobierno Kirchner toma ahora nuevamente reservas del BCRA, que se compraron con Deuda, para pagar Deuda en divisas y poder volver así al Mercado de Capitales para tomar más Deuda.
Y esto es así porque el Banco Central emite pesos para comprar dólares que luego “esteriliza” colocando Letras y Notas (LEBAC/NOBAC) que son Deuda Cuasi-Fiscal por la que paga Interés (entre el 14 y el 16 % anual). (4)
DEUDA Y OPINION PÚBLICA.
Como regla general, todas las informaciones sobre el problema de la Deuda Pública Argentina están filtradas – tanto a nivel oficial como periodístico - en cuanto a noticias y/o datos clave en su contracción y verdaderas características. Los acuerdos se convienen – como siempre - a través de negociaciones secretas y nada transparentes; y vienen comúnmente acompañados por distractivos informativos, externos e internos, al problema de fondo.
Este caso del conflicto que estalló entre el Gobierno Kirchner y el Presidente del Banco Central Redrado no es una excepción a la regla, y pareciera que una vez salido el tema a la luz (por combinación entre torpezas del Gobierno, manejos de la partidocracia en el Congreso, intereses en juego de los Acreedores o sus Agentes Financieros y el problema permanente de fondo de una Deuda Impagable, hoy en curso de nuevas re-estructuraciones) “alguien” aprovechó esta suma de irregularidades para torpedear algún acuerdo al que se habría llegado y precipitar con ello la crisis con el BCRA.
Una de las claves de los intereses en juego estaría dada por el comportamiento de los actores, como el caso del apoyo inmediato de ADEBA – más específicamente, de su presidente, el banquero Jorge Brito – al Fondo del Bicentenario con reservas del BCRA cuando se sabe que los Bancos Locales son grandes tenedores de la Deuda Pública en Bonos que serían pagados con dicho Fondo.
Otro es la poco clara situación del Dr. Mario Blejer – hombre del mundo internacional de las finanzas ligado a la actual Administración por su cargo en el Banco Hipotecario y por su relación con el Ministro de Economía Boudou y con la propia Presidenta, ex titular del BCRA en 2002 y durante largos años funcionario del FMI, entre otros destinos – que fue involucrado prematura o imprudentemente por el Gobierno Kirchner como reemplazante de Redrado.
Pero una pista más compleja pudiera estar en las quejas internacionales sobre las operaciones del Gobierno – operaciones realizadas por medio del Banco Central – de transferencia de las reservas colocadas en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York al Banco de Pagos Internacional, el BIS de Basilea, Suiza; maniobras consideradas de “mala fe” por estar sustrayendo dinero embargable en los Estados Unidos.
La constitución del Fondo del Bicentenario tiene la declarada finalidad de usar las reservas internacionales como garantía de pago en la oferta a los acreedores de bonos que no entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 (los denominados Holdouts).
Esta operación viene ligada a un acuerdo directo suscripto por el Gobierno con el Banco Barclays y sus dos asociados en esta gestión, el Citi y el Deutsche. Los términos de dicho contrato (como los del famoso convenio con el Credit Suisse-First Boston de David Mulford en el Megacanje De la Rúa-Cavallo de 2001) no han sido dados a publicidad.
Tampoco se conoce bien el acuerdo a que ya habría llegado el Gobierno Kirchner ante otra propuesta, la de la Banca Lazard – una colateral de la Banca Rothschild – que ofreció sus servicios de intermediación en las estancadas negociaciones para llegar a un arreglo de la Deuda Externa con los países del Club de París.
Ni tampoco se sabe bien del estado de las negociaciones y condicionalidades en las gestiones ante los Organismos Internacionales, empezando por el replanteo de las relaciones con el FMI en el nuevo contexto de los compromisos asumidos con el G-20, y de los paquetes de préstamos en curso con el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Corporación Andina de Fomento (CAF).
DEUDA Y POLÍTICA.
El problema concreto de fondo que tiene hoy la Administración Kirchner es cómo llegar a las Elecciones del 2011 sin que se le precipite antes una nueva Crisis de Deuda – siempre dentro del Sistema de Endeudamiento Perpetuo – que dé por tierra con sus ambiciones de continuidad política.
Los Ciclos de Deuda son cada vez más cortos y más ajustados a los Ciclos Políticos de Gobierno como parte de un condicionamiento total de las Políticas del Estado al poder del Capital Financiero.
Las elecciones del año pasado fueron adelantadas de Octubre al 28.6 esencialmente para salvar al Gobierno Kirchner de una nueva Crisis de Deuda, habilitándolo así para despejar sus decisiones de pagos y refinanciaciones de Deuda a partir de Agosto del 2009.
Se encaran entonces, simultáneamente, tres teatros de operaciones relacionados entre sí: la reapertura del canje con los Holdouts, el arreglo de la Deuda Externa con el Club de París y el replanteo de las relaciones con el FMI en el marco del nuevo rol de los Organismos Multilaterales de Crédito según el G-20. (5)
El objetivo declarado por el Gobierno Kirchner es normalizar la situación en estos tres frentes logrando sendos acuerdos de reestructuración y/o nuevos préstamos con la finalidad de retornar al Mercado Internacional de Capitales para volver a endeudarse.
Para ello, el Gobierno consigue el dictado de toda una serie de leyes del Congreso que le dejan las manos libres hasta fin del 2011: prórroga de Impuestos (Ley 26.545) para garantizarle la continuidad de ingresos extra-ordinarios, suspensión de la Ley 25.917 de Responsabilidad Fiscal que elimina los topes al Gasto y al Endeudamiento Público de Nación, Provincias y Municipios, prórroga de Facultades Delegadas y Presupuesto 2011 (donde constan todos los lineamientos de base para las nuevas reestructuraciones de Deuda durante el Ejercicio), nueva prórroga de la Ley de Emergencia que mantiene los poderes especiales del Ejecutivo (la primitiva Ley 25.561, de Enero de 2002), suspensión de la Ley “Cerrojo” 26.017 para habilitar el nuevo Canje con los Holdouts, etc. Estas leyes se consiguen gracias a los legisladores oficialistas y también al apoyo de gran parte de la oposición política.
Con este importantísimo refuerzo de sus facultades políticas delegadas el Gobierno encara entonces su programa de reestructuración de Deuda Pública a partir del 2010.
La estrategia actual de la Administración Kirchner ha venido siendo pagar servicios de Intereses crecientes pero también cuotas-parte de Capital, compensando estas erogaciones con nueva Deuda aunque tomada ésta con el propio Sector Público.
La Deuda Intra-Estado fue aumentando así para ir pagando más Deuda Privada con Terceros. (6)
Este procedimiento se sigue utilizando a costa de “empapelar” con bonos sin capacidad de repago a diversos Organismos Nacionales (principalmente la ANSES) y a Bancos Oficiales (fundamentalmente el BCRA, con la consiguiente baja en la calidad de sus Activos).
Paralelamente, mientras la atención general estaba puesta en el Ministerio de Economía, el Banco Central de la Argentina estuvo cumpliendo un doble rol tanto o más importante: frenar la devaluación del peso poniendo fin a la Política de Dólar Alto (requisito financiero de base para garantizar la capacidad de pago parcial de los Servicios de la Deuda Externa) y mantener – junto con el Tesoro – un elevado nivel de Tasas de Interés en el Mercado (argumento anti-inflacionario) sostenidas con el “piso” de las tasas pagadas por las Deudas del Estado y del BCRA, que hoy en día están en el orden del 15 % y son en su mayoría a Tasas Flotantes. (7)
Esta acción favorece la rentabilidad de los Capitales Especulativos porque les mejora la ecuación de arbitraje entre Tipo de Cambio y Tasas de Interés.
Y la Deuda Intra-sector Público, como una suerte de Préstamo-Puente, se estaría utilizando hasta que el país “normalice” sus relaciones financieras internacionales para volver a colocar más Deuda Externa después del gran traspaso o “descarga” de obligaciones dentro del propio Estado, que se está produciendo para hacer lugar a las nuevas obligaciones.
La frustración del uso de Reservas del BCRA para el pago de Acreedores mientras se sigue aumentando esta Deuda Intra-Estado puede acelerar el final de tal modalidad de endeudamiento y precipitar una más pronta y concesiva vuelta al nuevo endeudamiento en el Mercado de Capitales Privado, ya que los grupos financieros internacionales fijan que nuestro país tiene que volver a “necesitar” de esa Deuda Externa como fuente de refinanciamiento del Estado.
Como surge de la lectura diaria de noticias financieras hoy el Mundo tiene - otra vez más en la historia reciente - “excedentes de liquidez”, un eufemismo para decir que sobran los capitales financieros ociosos que están pugnando por colocarse en los llamados Mercados Emergentes aprovechando la renta diferencial de tasas de interés con tipo de cambio estable; y por lo tanto reaparece nuevamente (en los medios de prensa y en los gobiernos) el conocido mensaje de “aprovechar la oportunidad” para tomar Deuda Externa y a Tasa Variable: la misma receta que provocó las dos grandes Oleadas de Endeudamiento Público y sus respectivas crisis posteriores (la Deuda Vieja del Proceso y la Deuda Nueva de la Década del ´90).
Pareciera ser que la Argentina marcha así hacia una Tercera Ola de Endeudamiento – más allá de los episodios de crisis internas, de tipo personal o palaciega – cuya convergencia es hacia un nuevo cambio de condiciones de base para el Endeudamiento Perpetuo del Estado.
El capítulo no está cerrado todavía pero el interés por sacarlo de la atención pública - o su equivalente, el distractivo de derivarlo a complejas cuestiones legales menores o de forma – se perfila bastante claro a través de los medios de prensa y de las autoridades del gobierno, soslayando el problema de fondo, que es la Deuda Pública Perpetua.
Porque, tanto en Política como en Economía, toda decisión es Deuda.
Lic. Héctor L.GIULIANO.
Buenos Aires, 13.1.2010
ABREVIATURAS:
BCRA: Banco Central de la República Argentina.
DNU: Decreto de Necesidad y Urgencia.
MD: Millones de Dólares.
M$: Millones de Pesos.
NOTAS ACLARATORIAS AL TRABAJO SOBRE “DEUDA PÚBLICA Y RESERVAS DEL BANCO CENTRAL”.
El texto del artículo citado – de fecha 13.1.10 – es exactamente el mismo, no se le han efectuado modificaciones, pero se agrega aquí una serie de notas explicativas con el propósito de aclarar y ampliar su contenido básico.
(1) Las FCL-Líneas de Crédito Flexible o Contingente del FMI (CCL: Contingent Credit Line) tienen por objeto formal evitar la propagación de una crisis financiera ofreciendo a los países miembros la posibilidad de obtener financiamiento precautorio en caso que surjan crisis externas. Son acuerdos que proporcionan recursos a corto plazo, especialmente para cubrir las necesidades de financiamiento de la balanza de pagos frente a la desconfianza de los mercados exteriores y que son ofrecidos por el Fondo como un sustituto de la Acumulación de Reservas por parte de los bancos Centrales.
Si bien se diferencian de los Acuerdos clásicos Stand By en cuanto a sus menores condicionalidades, fijan igual requisitos determinados en materia de solidez y transparencia de gestión e información por parte del Estado miembro, que está obligado a aceptar la revisión anual que fija el Artículo IV del Estatuto del FMI.
Existe una controversia en torno a estos nuevos créditos del Fondo Monetario – que hasta ahora habrían sido utilizados sólo por Colombia, México y Polonia – porque implican desprenderse de las reservas internacionales de los Bancos Centrales y quedar dependientes de tales préstamos de libre disponibilidad (que se usan sólo en caso de necesidad) por parte del Organismo Internacional.
El problema aparece porque los Bancos Centrales – como el BCRA – utilizan las Reservas no sólo como respaldo de la Base Monetaria en Pesos sino también como masa de maniobra para intervenir en el Mercado de Cambios a los efectos de sostener la Flotación Administrada del Dólar (venta de reservas cuando el dólar sube, para evitar su disparada; o compra cuando hay fuerte ingreso de divisas, para evitar su caída).
Si el país se desprende de reservas para pagar Deuda Externa no sólo compromete el grado de respaldo de la Base Monetaria sino que además queda en posición más vulnerable frente a cualquier variación o corrida cambiaria, debiendo entonces recurrir a la línea de Crédito Flexible del FMI como “blindaje” para sostener el Tipo de Cambio.
Se trata de un aspecto técnico complicado y sutil pero de profundas implicancias financieras para la Política Monetaria y Cambiaria del Estado.
(2) En la Argentina existen cuatro causas judiciales vinculadas con las graves irregularidades de la Deuda Pública: 1) la Causa Olmos I, sobre la ilegitimidad de la Deuda contraída por el Gobierno Militar (1976-1983), que tiene sentencia del Juez Ballestero desde el año 2000, donde se han detectado más de 470 ilícitos y que ha sido remitida al Congreso de la Nación, 2. La Causa Olmos II donde se investigan las irregularidades en el crecimiento de la Deuda durante los gobiernos democráticos que siguieron al gobierno militar de facto (básicamente desde los Acuerdos de Nueva York de 1985 al Plan Brady de 1992 inclusive), que está en curso desde hace 15 años, 3) La Causa del Megacanje De la Rúa-Cavallo de 2001, originada en las denuncias de Juan G. Labaké y Mario Cafiero, por la que están procesados el ex ministro Cavallo y el ex Secretario de Finanzas Daniel Marx, entre otros, y que se encuentra también en curso, y 4) La denuncia de Alejandro Olmos Gaona y Daniel Marcos sobre responsabilidad de todos los Presidentes de la Nación, Ministros de Economía y Presidentes del Banco Central desde 1976 hasta la fecha por el aumento constante de la Deuda.
Los actuales stocks de Deuda Pública, arrastrados y potenciados a través de sucesivas y sistemáticas refinanciaciones de pasivos sin capacidad de pago han llevado a la práctica del re-endeudamiento perpetuo.
La actual Administración ha comenzado en los últimos tiempos la modalidad de Deuda Pública Intra-Sector Público, esto es, la colocación de Deuda que es tomada por otros Organismos del Estado (principalmente BCRA y ANSES, pero también PAMI, AFIP, FFRE – Fondo Fiduciario de Reconstrucción Empresaria -, Lotería Nacional, etc.).
Esta Deuda Intra-Estado debilita la posición financiera del BCRA, descapitaliza el Sistema Previsional y distrae fondos muy importantes que pudieran aplicarse a otros fines de carácter productivo; y se lleva a cabo para pagar Deuda con Acreedores Privados. Es decir, que el Gobierno va cancelando pasivos – Bonos y/o Préstamos – con “Terceros” (Privados) recolocando nuevas obligaciones en el propio Sector Público.
El uso de las Reservas Internacionales del BCRA para el pago de Deuda estaría señalando ahora el principio de agotamiento de este mecanismo de Deuda Intra-Estado y el pasaje al uso de divisas acumuladas para pago de los compromisos que no se pueden cumplir con los recursos del Presupuesto.
(3) Según el Presupuesto aprobado para el 2010 los vencimientos de Capital de este año suman 122.640 M$, que al tipo de cambio proyectado de 3.95 $/US$ equivalen a unos 31.050 MD.
Esta cifra difiere notablemente de la última información sobre vencimientos de Capital que da la Secretaría de Finanzas del Ministerio de Economía – con fecha 30.9.09 (y dólar a 3.84 $) – que es muchísimo más baja y, a su vez, no coincidente con otros datos del mismo Informe ya que la Planilla A.16.1 muestra vencimientos de Capital por 12.429 MD, la Planilla A.16.4 exhibe 14.658 MD (a los que habría que agregar 144 MD más por Atrasos) y la Planilla A.16.6 – Perfil de Vencimientos completos 2010-2089 - registra vencimientos de Capital por 13.683 MD.
En todos los casos, no se computa aquí la Deuda pendiente con los Bonistas que no entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 (Holdouts), lo que pudiera explicar en parte el motivo de la gran diferencia de cifras; pero eso no lo aclara ni lo dice el Ministerio de Economía. Por el contrario, las cifras devienen confusas porque toda la información de la Secretaría de Finanzas está expuesta en función de la llamada “Deuda en situación de pago normal”, que es el importe exhibido oficialmente de 141.700 MD, donde no están computados los Holdouts, cuya Deuda por Capital e Intereses suma 30.004 MD: en total, esto da los casi 172.000 MD (171.700) que tomamos como Deuda Pública global; pero los dos importes no están sumados sino mostrados por separado en el informe del Ministerio de Economía.
Es importante destacar que las informaciones periodísticas – con base oficial y/o estimaciones de diversas consultoras – coinciden en apreciar los vencimientos de Capital de la Deuda para este año en el orden promedio de los 13.000 MD (en línea con la discordante información oficial), soslayando así la consideración de los 31.000 MD aprobados por Presupuesto.
Por último, el incremento de algo más de 7.000 MD en la Deuda Pública del Ejercicio 2010 se obtiene restando del Endeudamiento previsto en 150.344 M$ (equivalentes a 38.062 M$, al tipo de cambio 3.95 $/US$) las Amortizaciones de Deuda durante el año por 122.640 M$ (equivalentes a los citados 31.000 MD – exactamente 31.048 MD - que es el nuevo monto de vencimientos asumido por el Gobierno).
Y finalmente existe también una muy importante diferencia en los Intereses, porque la información de Deuda del Ministerio de Economía – siempre al 30.9.09 – consigna vencimientos por 3.708, 5.517 y 5.112 MD respectivamente, mientras que el Presupuesto prevé el pago de 6.753 MD (26.676 M$ / 3.95 $/US$): casi 6.800 MD.
A su vez, estos Servicios de Intereses son sólo parte del total de Intereses Devengados que le caen a la Argentina en el 2010, porque el total verdadero – no informado oficialmente – va de un “piso” de 10.000/11.000 MD por año a un “techo” de más de 13.000 MD, según la forma de hacer las estimaciones.
La diferencia entre estos Intereses Devengados (los que le caen al país en el año) y los Intereses a Pagar según Presupuesto (los citados 6.800 MD) se capitaliza por Anatocismo, esto es, que los intereses devengados y no pagados se convierten en Capital y devengan nuevos intereses (que serían así más de 3.000/3.500 MD anuales).
Este mecanismo de Capitalización de Intereses o Anatocismo está en la esencia del Sistema de Endeudamiento Perpetuo.
AGREGADO A LA NOTA 3: LA SITUACIÓN DE LAS PROVINCIAS.
Un capítulo especial dentro del sistema de endeudamiento público – inabarcable en esta nota pero relevante por lo menos a los fines de su enunciación - es el inherente a la deuda creciente no sólo del Estado Nacional sino también de Provincias y Municipios.
Al 31.12.08 - última información oficial disponible – la Deuda Consolidada o conjunta de todas las Provincias (incluida la CABA) era de 95.400 M$, que al tipo de cambio entonces vigente de 3.452 $/US$ equivalía a unos 27.600 MD. Hoy se estima que pasa los 100.000 M$.
Este monto no incluye Deuda Flotante (pagos pendientes a Contratistas y Proveedores del Estado) ni Deuda Contingente (Juicios contra el Estado con sentencia en firme).
Es importante destacar que la Deuda de las Provincias, lo mismo que la de Municipios, Organismos Nacionales, Fondos Fiduciarios, Empresas del Estado y la Deuda cuasi-fiscal del BCRA, así como la Deuda Contingente nacional, no está incluida dentro del stock de Deuda Pública del Estado Central (los citados 172.000 MD del último saldo informado por el Ministerio de Economía, al 30.9.09).
Entre el 60 y el 70 % de esta Deuda Consolidada de las Provincias está tomada con el Gobierno Nacional, que deviene así el principal acreedor de casi todas las jurisdicciones.
Ocurre que después de la Crisis de Deuda del 2001 las Provincias trasladaron la mayoría de sus pasivos al Estado Central, lo que produjo una suerte de “Nacionalización de las Deudas Provinciales” porque las obligaciones se transfirieron en cabeza del Estado Nacional, que asume la responsabilidad por el pago de los Servicios de Intereses con los Acreedores (Privados y Organismos Multilaterales de Crédito) y luego se los descuenta a las provincias detrayéndolos de la Coparticipación Federal de Impuestos.
Este mecanismo agravó el balance financiero de las jurisdicciones provinciales ya que resta los recursos que se retienen directamente para el pago de las deudas transferidas a la Nación.
Del total de Recursos Impositivos de la Argentina hoy la Nación se queda aproximadamente con el 70/75 % de la recaudación total y las Provincias reciben el 25/30 % restante.
El mecanismo de retenciones nacionales para el pago de la Deuda agrava este cuadro provincial y es uno de los factores fundamentales del Déficit Fiscal de la gran mayoría de las jurisdicciones: se estima que 20 de las 24 provincias tienen sus cuentas “en rojo” al fin del 2009 – un déficit consolidado de más de 13.000 M$ - y que el panorama se les agravaría durante el 2010.
Frente a este cuadro de situación, la Nación tiene firmado una serie de acuerdos bilaterales con la mayoría de las provincias, que son los denominados PAF-Programas de Asistencia Financiera a través de los cuales el Gobierno Central refinancia periódicamente tales deudas provinciales.
Este mecanismo genera no sólo una dependencia financiera sino también política de los gobernadores estaduales en relación a la Administración Central y mantiene agravado el esquema de Deuda Perpetua que pesa sobre Provincias y Municipios, a la vez que distorsiona la percepción de los recursos de la Coparticipación Federal.
Para hacer frente a las erogaciones crecientes por Servicios de la Deuda y gastos en general soportando la disminución de sus ingresos de Caja por Coparticipación, las jurisdicciones provinciales y municipales aumentan entonces la presión tributaria local, que se suma a la nacional; y tratan de contener el aumento del Gasto Público (principalmente Remuneraciones) con lo que terminan practicando un Ajuste Fiscal más duro que el que practica, gradualmente y sin decirlo, el Estado Nacional para cubrir los pagos de la Deuda Pública.
La incidencia de la Deuda condiciona así no sólo las finanzas provinciales sino también el destino de los fondos de la Coparticipación Federal de Impuestos.
La suspensión de la Ley de Responsabilidad Fiscal 25.917 – y de la Ley de Solvencia Fiscal 25.152 - hacia fines del año pasado, levantó las restricciones o topes que pesaban contra el aumento del Gasto Público y de la Deuda Pública de Nación, Provincias y Municipios abriendo así hoy una nueva etapa de endeudamiento público masivo, sin capacidad de repago, que ya está en curso.
(4) El Banco Central imprime billetes con los cuales compra los dólares que ingresan al país – por operaciones comerciales (caso de las Exportaciones) o por operaciones financieras (entrada de capital especulativo para derivarse a colocaciones locales aprovechando el altísimo diferencial entre tasas de interés domésticas e internacionales).
Los dólares comprados aumentan el stock de Reservas Internacionales.
Pero esta emisión de dinero aumenta también la Base Monetaria porque implica un incremento directo de la cantidad de circulante en la plaza.
Entonces, el mismo BCRA sale al Mercado para “esterilizar” o reducir la masa de dinero en circulación, bajo el argumento que esa mayor liquidez presiona sobre la Inflación; y para ello emite Letras y Notas del Banco (LEBAC/NOBAC) por las que paga una tasa de interés promedio del 15 % anual.
Dicho con otras palabras: el Banco Central sale a “comprar” – pagando Interés - el mismo dinero que emitió para adquirir reservas.
En consecuencia, el aumento de las Reservas deriva así en un paralelo aumento de la Deuda Cuasi-Fiscal del BCRA ya que, trasponiendo los pasos, en lugar de tomar primero Deuda para salir a comprar Divisas, el Banco actúa al revés: primero emite pesos y luego se endeuda para comprar esos pesos que emitió.
Por eso decimos que las Reservas están compradas con Deuda.
(5) El tema del nuevo papel del Grupo de los 20 es muy amplio y por razones de espacio no puede ser desarrollado aquí, quedando para un trabajo futuro por separado. Sin embargo, puede dejarse anotado una característica muy relevante – probablemente esencial – que es la siguiente: antes, los Países Desarrollados del G-7 definían sus políticas macro-económicas y financieras a nivel global y luego las bajaban como línea de adhesión a los Países en Desarrollo (PED). Ahora, en cambio, pareciera que el mecanismo se da pero bajo otra formulación: los Países Desarrollados “integran” en una misma organización multinacional a los Países en Desarrollo para comprometerlos en la adopción de nuevas políticas financieras planetarias asumiéndolas éstos como si fuesen propias. Y el Fondo Monetario Internacional pasa a ser, formalmente, la entidad de supervisión de estas políticas del G-7.
(6) El fenómeno reciente del gran aumento de la denominada Deuda Intra-Sector Público – al que ya se hizo referencia en la Nota 2 – tiene un papel clave en la estructura hoy cambiante de la Deuda del Estado.
Esto es así porque – siempre dentro del proceso de refinanciación continua de pasivos – el Gobierno está cancelando gran parte de la Deuda con Acreedores Privados compensando estas operaciones de pago con nueva deuda pero colocada ahora en el propio Estado.
Con el interrogante que no se tiene información acerca de los precios a los que el Gobierno ha venido comprando esa Deuda en el Mercado, en un momento en que los títulos se cotizan mucho más bajo que su valor nominal.
De todas maneras, el stock de Deuda sustancialmente no varía pero cambia su composición porque el Estado pasa a “rescatar” Deuda con Terceros (Acreedores Privados) a costa de colocar nuevos títulos en el Sector Público sin capacidad de repago y que, por ende, están destinados forzosamente a ulteriores refinanciaciones.
La Deuda tomada con el BCRA baja la calidad de los Activos Financieros en cabeza del Banco y la Deuda tomada con la ANSES amenaza una descapitalización relativa del Fondo de Garantía Previsional (que no es utilizado para actualizar los haberes jubilatorios que corresponden por Ley pero sí se destina en cambio gran parte de su dinero acumulado a prestarle al Tesoro para que pague Deuda con Terceros).
Esta colocación sistemática de Deuda Intra-Estado, empero, estaría llegando a su fin por razones internas y externas: por un lado, dado el límite de riesgo para “empapelamiento” del propio Estado; y por otro, por las presiones externas en cuanto a rápida regularización de la cuestión de los Holdouts, de la Deuda con el Club de París y de las relaciones con el FMI como organismo supervisor del G-20.
La decisión de Pago con Reservas del BCRA – como forma de pago extraordinario para descargar parte de los servicios acumulados - sería entonces una resultante de las exigencias externas de regularización de pagos atrasados y de retorno al Mercado Internacional de Capitales para colocar Nueva Deuda entre los “excedentes de liquidez” o capitales financieros ociosos en el Mundo, que hoy pugnan por abrir una Tercera Ola de Endeudamiento masivo (un proceso paralelo de los Países Desarrollados y los PED, en el marco del G-20).
(7) Este tema del fin de la Política de Dólar Alto – tratado en otras oportunidades – tiene una relación directa con el problema de la Deuda.
La esencia del negocio financiero es el arbitraje entre Tasas de Interés y Tipos de Cambio: con Dólar estable los capitales especulativos entran al país para lucrar con el altísimo diferencial entre tasas locales e internacionales.
Con el agravante que el ingreso de estas divisas, al aumentar la oferta de dólares, presiona a la baja el tipo de cambio; lo que a su vez incrementa más la rentabilidad financiera medida en moneda dura.
El Gobierno se enfrenta así – como ya ocurriera con todas las apreciaciones monetarias que se dieron desde la Tablita de la gestión Martínez de Hoz hasta el fin de la Convertibilidad de la Década del ´90 – a un problema de retraso cambiario relativo producido por dos vías concurrentes: la progresiva baja del Tipo de Cambio Real (Cambio Nominal menos Inflación) en el plano interno y la apreciación relativa del peso por entrada de capitales financieros del exterior.
Se trata de una suerte de “operación de pinzas” que mejora la ecuación de ganancia de los capitales especulativos y cuya rentabilidad se garantiza a través del “piso” de Tasas de Interés que paga el Estado por su Deuda Pública, la que se transmite luego potenciada a las tasas de la Economía en su conjunto, lo que presiona a su vez sobre la inflación con el traslado a precios de los costos financieros de las Empresas.
Es un círculo vicioso que no tiene salida dentro del Sistema de la Deuda Perpetua.
Dentro de la retro-alimentación entre Tasas de Interés e Inflación, sin embargo, cuál es el origen o factor causal del desequilibrio monetario, cambiario y financiero? La teoría liberal tradicional atribuye la suba de las Tasas de Interés a la Inflación pero, en realidad, la cosa es al revés: la elevación de las Tasas es factor causal de la presión inflacionaria.
Paradójicamente, el incremento de la tasa de interés como política de los bancos centrales es esgrimido como herramienta anti-inflacionaria cuando en los hechos es un factor determinante de presión inflacionaria. Lo que pasa es que al provocar aumento de precios por el traslado de costos financieros empresarios a los precios de venta, las tasas tienden así a contraer el Mercado (tanto de Oferta Productiva como de Demanda de Consumo) y se produce entonces un freno por ajuste recesivo en la Economía.
Y el aumento de las Tasas de Interés del Mercado deriva directamente del “piso” de las tasas de interés de la Deuda Pública porque con sus colocaciones de títulos el Estado aumenta la demanda de dinero, restando o desviando fondos prestables que debieran derivarse a créditos más baratos al Sector Privado si no existiera la “competencia” del endeudamiento público y el Estado no fijara una tasa diferencial elevada por medio de sus colocaciones de Deuda.
Éste es un punto clave del Sistema de la Deuda porque el Estado no sólo contribuye así a incrementar los niveles de tasas sino que, como agravante, las subsidia para garantizar niveles de ganancia financiera en un momento en que los bancos tienen excedente de liquidez y capacidad prestable.
Se critica siempre el intervencionismo estatal y la existencia de oligopolios en materia económica pero nada se dice del intervencionismo y los oligopolios en el campo financiero, que son más peligrosos y dañinos que los económicos para el Desarrollo Nacional.
Lic. Héctor L.GIULIANO.
Buenos Aires, 21.1.2010