Por Emilio Nazar Kasbo
La caída humana siempre ha sido objeto de grandes especulaciones.
Dios creó el Universo, la vida y al ser humano. Y el hombre tiene una Dignidad propia con derechos inalienables que corresponden a su misma naturaleza. Por eso, no existe mejor ni más sublime deseo en este mundo que pedir que Dios cuide de una persona, sobre todo si es un Magistrado. “Dios Guarde a V.S.” se expresa en los exhortos que los jueces dirigen a sus pares.
Las Bienaventuranzas son el Testamento que nos dejó Jesucristo, cuando Dios mismo se hizo hombre e interactuó con las personas de su tiempo. Dios no solamente creó el mundo y lo sostiene con su Providencia y Gobierno, sino que además se sujetó a las reglas del mundo físico-químico material naciendo como hombre de una mujer virgen, lo cual es un verdadero Misterio al que sólo cabe admitir o traicionar. Las Bienaventuranzas son el sentido de la vida del católico, en Camino de la Felicidad en presencia de Dios, sus ángeles y santos.
Pero ahora parece que está de moda no el ateísmo, sino el anticatolicismo militante, y de ahí que ciertos magistrados pretendan quitar toda referencia católica de los Tribunales. Algunos sostienen que vivimos en un Estado “laico”, cuando se trata de la más grande falsedad en una Patria que desde que surgió en su origen, raíz y esencia como Nación es mestiza, con sangre india, hispana, y con Fe Católica, y así fue reflejado siempre en todos los instrumentos jurídicos que antecedieron a la Constitución Nacional hoy vigente.
¿Y dónde está el humor en todo esto, que suena trágico?
En que para atacar el catolicismo y la Fe, hay que empezar a sustentar la Suprema Nada. Por eso, vamos a tratar de ponernos en los ojos de los anticatólicos ateos militantes, para poder entenderlos, y una vez que entendamos las consecuencias de sostener ideas ateas, el hombre se convertirá en una ironía sin sentido alguno. Por eso, pasamos a describir el pensamiento ateo (no el nuestro, claro está).
EL PENSAMIENTO ATEO
Dios no existe, y el Universo apareció de una gran explosión que los científicos llaman “Gran Disparo” o “Big Bang” sin causa alguna que lo produjera, que se expandió hasta crear estrellas, planetas y sistemas galácticos, entre los cuales se encuentra el Planeta Tierra, donde por acción físico-química de la materia inerte surgió la vida, de la vida vegetativa aparecieron todos los animales con vida sensitiva semoviente.
De entre todos los animales apareció uno, por una casualidad llamada “evolucionismo”, que mediante un “eslabón perdido” se convirtió en un ser humano.
Dios jamás intervino en el mundo, y no hay prueba alguna palpable de su existencia.
EL PENSAMIENTO HUMANO
¿Qué es el hombre sin Dios? Visto así, el ser humano es un mero animal que se puede definir desde cualquier ciencia que lo aborde, de un modo diverso al del resto de los animales y sin distinguirse de ellos: es un ser que habla y se comunica para los lingüistas y periodistas (sin diferenciarse en líneas generales de cualquier otro animal que también se comunica de algún modo), es una masa de nervios materiales que impulsan sus pensamientos para los neurólogos, es un conjunto de moléculas y células interconectadas para un químico, es una masa impulsada por una electricidad biológica para un físico, es un organismo animal viviente para un médico…
El ser humano para un psicólogo es un impulso sexual andante, para un sociólogo es un eslabón cualquiera inmerso en una lucha de clases en la sociedad, para un pedagogo es un ser capaz de ser educado (que en realidad no se distingue de un adiestramiento animal), un ser que puede construir formas sociales de convivencia y gobierno para un jurista o sociólogo (indiferenciable del sistema social de un panal de abejas o de un hormiguero), es un animal que puede administrar su economía (al igual que cualquier animal que busca satisfacer sus necesidades materiales), es un ser que construye su propia vivienda (al igual que cualquier otro animal, como por ejemplo un hornero), es un ser capaz de desarrollar una tecnología (que no se diferencia de un ratón buscando el queso en un laberinto o de un mono que con un palo atrae su alimento de un sitio al que no alcanza)…
Pero a su vez hay ciencias más elevadas que desde su objeto pueden mirar al hombre como casi un poco más digno, pero sin salir de lo material por su presupuesto ideológico: es un ser capaz de elaborar un pensamiento matemático, es un ser lógico para los lógicos o es un ser capaz de elaborar sistemas filosóficos (que no pueden exceder el marco del racionalismo materialista sin caer en el terreno religioso, motivo por el cual la metafísica y en particular la ontología deben ser desterradas del planeta).
UN GUSANO
Pero si el hombre es un ser compuesto exclusivamente de materia, absolutamente privado de trascendencia alguna ¿De qué sirve la vida? De nada. Así de simple.
El hedonismo será la norma de vida, aferrarse a esta vida por temor a la incertidumbre de la innombrable muerte, las ansias de fama y poder marcarán a los hombres afortunados. Los más desgraciados serán los pobres, los enfermos, los moribundos, los que carecen de influencia alguna en la sociedad, y quienes no tienen éxito mundano.
La comodidad marcará cada acción del humano ateo. ¿Tener hijos? Es un problema, mejor no tenerlos. ¿Casarse? Eso es un compromiso que complica la vida ¿Cuidar a los hijos? Que se cuiden solos, porque bastantes problemas tiene uno, y que se maten entre sí, si quieren, mientras no molesten a otros.
Es seguro que un día vendrá la temida muerte, pero cuando llegue se terminará todo. Será como un “Game Over” de un jueguito electrónico, será como un hilo de algodón que se prende fuego en un extremo y que se consume hasta el final sin casi dejar rastros… Comamos, bebamos y cometamos todo tipo de excesos, que mañana moriremos como cualquier bicharraco rastrero.
Nada diferencia al hombre de un gusano, de un insecto, de un renacuajo, que puede ser pisado, aplastado y exterminado como si fuese una plaga por intereses ideológicos. Esa es la dignidad humana que el ateo anticatólico dice defender en sus “Derechos Humanos”.
DERECHOS HUMANOS
Desde esta perspectiva atea, los Derechos Humanos son una mera convención. No existe la “naturaleza humana”, no existe la “Ley Natural” ni el “Derecho Eterno”. Lo único que existen son minerales, vegetales y animales en el mundo, indiferenciables entre sí por una especie de dogma del pensamiento ideológico.
Cualquier cosa puede ser un “Derecho Humano”, porque surgen por convención. Lo que hoy “es”, mañana puede “no ser”. Todo es objeto de “debate”, todo es “opinable”. ¿Puede un hombre casarse con una muñeca, o con una estatua? ¿Por qué no? ¿Por qué se va a reprimir el deseo de este ser humano, que tiene tanto derecho como cualquier otro a ser feliz? ¿Por qué le vamos a negar su posibilidad de matrimonio con ese ser que tanto ama: la estatua de la Venus de Milo?
En función de este pensamiento, se pone en marcha una estructura periodística, mediática, cultural, que incluye movilizaciones por los derechos de los muñecófilos y los estatuófilos para que puedan ser felices y casarse, logrando la aprobación de una Ley a los efectos, su promulgación por la autoridad ejecutiva, y su reglamentación.
DERECHOS INHUMANOS Y ANTIHUMANOS
El final es previsible: todo aquél que quiera casarse con una estatua deberá ser respetado por los funcionarios públicos encargados del tema, y los documentos de identidad y las libretas de matrimonio deberán especificar sexo (masculino, femenino, indefinido en alguna de sus variantes, y en su caso si pertenece al reino animal). No siendo ello suficiente, el matrimonio entre un ser humano con una muñeca o una estatua deberá ser acompañado por el consabido derecho de adoptar, ya sea a otro ser humano o a una muñeca o estatua en su caso, para que pueda ser debidamente educada la descendencia con su respectiva libertad y felicidad.
Complicada la reivindicación de estos “Derechos Humanos”. Por eso, como todo es discutible, en los Derechos Humanos quedan abarcados los “Derechos Inhumanos” que corresponden a la vinculación entre seres humanos y seres de otros reinos (animal, vegetal o mineral). Pero también quedan abarcados los “Derechos Antihumanos”, que son aquellos que contradicen la Naturaleza y Dignidad de la Persona Humana (negada sistemáticamente por la relativización de que todo es objeto de debate y opinión).
Los “Derechos Antihumanos” son aquellos que llevan al daño y extinción de la especie humana.
EL PODER HUMANO
El Leviatán es el único poder posible, el único gobierno viable en esta concepción individual y social humana. El poder humano se traduce en la apropiación avara de todo lo que se cruce en la vida, escalando posiciones para satisfacer un deseo de seguridad en el mundo: mientras más se acumula dinero, riquezas, poder, fama, y salud, mientras más amistades se puedan comprar con todo eso, más seguridad habrá para esa persona en este mundo. Y todo lo que no sea posible acumular como propio, debe ser arrasado para que no haya “competencia” porque el objetivo además es ser el único, el exclusivo, el centro.
Las convenciones humanas, son impuestas por sus gobernantes, que pueden aplastar minorías o mayorías a su gusto y placer. Y es más: hay quienes sienten un particular placer en ese hecho, porque les permite comprobar empíricamente la gran fuerza que su mera palabra pareciera tener sobre toda la población sujeta a su tiranía.
Todos son libres de opinar, en tanto “opinen” y “debatan” en el sentido en que ese ser humano que ejerce el poder pretende. El delito, en este marco, es ser “oposición”, la cual debe ser aplastada por todas las vías posibles. No importa si la oposición es racional, o incluso si la oposición tiene razón. Lo importante es que no se trata de la razón de quien ejerce el poder, y por tanto quienes disientan son los enemigos, sin importar si son reales o ficticios.
Un ser angustiado por la extinción de su vida y la incertidumbre de su propia muerte, extiende desde el poder su misma angustia a la sociedad entera, enloqueciéndola. Sin Dios, sin Patria, sin Familia, sin Amigos: sólo intereses y caprichos personales, y la compra de voluntades que pretenden sustituir la amistad y el amor desinteresados. Una sociedad que vive en la angustia, y que sólo sabe ir a buscar una terapia psicoanalítica y neurológica con un ser más inseguro y angustiado aun que no halla paz en la misma terapia que imparte a los demás.
PROHIBIDO PROHIBIR
Ya sea como lema “idealista” de la década de 1960, ya sea como letra de una canción, “prohibido prohibir” es la prohibición de la prohibición, como el mismo lema lo indica. No se permite relativizar el relativismo, ni opinabilizar la opinión, ni prohibir la prohibición de la prohibición… porque cualquiera de esas opciones implicarían de modo indirecto e impreciso lo que podría afirmarse de modo directo.
Ese idealismo implica ese lema de la década de 1960 usado en Europa y entre los “hippies” de yankilandia: “la imaginación al poder”. Y como todo es imaginable, todo es posible en la imaginación, a lo cual se llama “idealismo”.
¿Por qué no empezar a preocuparnos por los extraterrestres, por esas culturas superiores que dominan el espacio interestelar… y hacer Tratados que los contemplen, designar funcionarios que se dediquen al tema, y concentrar a toda la batería mediática en esa gran problemática aun no explorada? ¿Y por qué no?
No importa que haya inseguridad, guerras, explotación, hambre, miseria, injusticias sociales… lo que importa es imaginar que todos estamos bien, imaginar que no hay nada malo, que todo es bueno. El que tiene hambre, que imagine que está saciado, y se solucionó el problema de ese mísero ser cuya existencia no tiene sentido. ¡Qué falta de imaginación!
¿Por qué no podemos imaginar que Dios no existe, que el Universo nunca fue creado y no tiene necesidad de un Creador, que la vida es pura materia, y que el hombre no es espiritual? ¿Por qué no podemos pensar que el ser humano es un ser tan intrascendente como una plaga del planeta que lo depreda? No importa si es cierto o no, porque no hay ninguna certeza de que el ateísmo tenga la verdad, ni que el anticatolicismo sea una idea válida, pero lo importante es la perseverancia en eso que no tiene argumentos para su sustento, y que es más dogmático en su insistencia que la misma Fe Católica porque debe sostenerse en postulados racionalistas insostenibles.
¿Por qué no podemos sostener el evolucionismo con dibujitos imaginarios que no tienen más autoridad que el dibujante? ¿Por qué tenemos que evolucionar desde un mono, y no desde una yegua, desde una porcina o incluso desde una pera, si mañana llegamos a una Convención Internacional que así lo afirme, con el correspondiente dibujito que de una pera en la primera imagen de la secuencia que acaba en un ser humano en la última?
SENTIDO DE LA VIDA
La apología de lo efímero se convierte en el sentido de la vida. No hay felicidad en este mundo, tan sólo momentos de un fugaz contento que se esfuma en el mismo instante en el cual es obtenido.
El sentido de la vida se convierte en la búsqueda de nuevas metas efímeras permanentes, sin plantearse jamás una meta que no sea efímera porque su mera posibilidad ha sido descartada a priori. El infeliz, da cátedra de la irremediable infelicidad a los demás, y enseña que el mejor modo de sobrellevarla es el aturdimiento y la anestesia de la propia conciencia, de la sindéresis, dando rienda suelta a cualquier inquietud caprichosa que surja de la combinación eléctrica de las neuronas en el cerebro.
No hay nada más que eso en el ser humano: barro que es comido por gusanos cuando se convierte misteriosamente en un cadáver. Algo que se llama “vida” ya no está, y todo ha terminado. El hombre es tan efímero como aquellas efímeras metas planteadas. El mundo seguirá su curso, pero a nadie importará porque este mundo no es más que un Gran 17 (cuyo símbolo en la Quiniela significa "la desgracia").
LO MÁXIMO EN EL MUNDO
A esta altura, nos damos cuenta que el ser humano no es más que un cadáver que momentáneamente tiene vida y que es carente de toda dignidad propia e intrínseca.
Por eso, el mundo es un lodazal, y el ser humano más afortunado es quien logra apropiarse de todo lo material que en este mundo puede haber. Pero no termina ahí el tema, porque también quiere las voluntades materiales.
Lo máximo a que un ser humano puede soñar en el mundo ateo, es ser el dueño del mundo, y que todos lo reverencien y acaten, sin admitir a otro. Ese ser humano, no tendrá otra competencia más que a Dios mismo, y es por ese motivo que no admite que lo adoren.
En el mundo de lo material, sólo el Diablo viene a ofrecer lo material, mientras que Jesucristo ofrece las Bienaventuranzas. En la avaricia de los bienes materiales, el ateo dueño del mundo cae en las ansias de ser venerado espiritualmente, y ese es el motivo que lo asocia al Anticristo. Un dueño del mundo que adora a Satanás y que odia a Jesucristo. El ateísmo es inviable llevado a sus últimas consecuencias, y no puede más que conducir a la adoración demoníaca. Adoración demoníaca que en realidad nada ofrece, porque el mundo es una desgracia.
UN DETALLE JURÍDICO
Sabido es, como decíamos al principio, que pretende quitarse todo signo religioso de los Tribunales y de la vida de los argentinos. Los jueces, cuando se dirigen a otros Magistrados como sus pares, utilizan actualmente la fórmula “Dios Guarde a V.S.”.
Al pretender arrancar a Dios… ¿Quién guardará a V.S.?
Indudablemente, el ateo no piensa en la Religión, o tal vez piensa más que la misma gente de Fe en la Religión. En particular piensan en el Catolicismo. Tanto buscan destruirlo, que se interiorizan más que los mismos católicos de la “Santa Madre”.
Pero en la insistencia ideológica de la infelicidad que necesita de la resignación para sobrellevar la vida con la permanente angustia de la muerte, esa vida de un insecto, de un gusano, de un animal rastrero, de una rata, de una vil cucaracha cuyo destino es ser consciente de su propia extinción.
Se podrá llamar cualquier cosa como “Derechos Humanos”. El mismo Adolfo Hitler, hoy criticado, mañana puede ser un héroe por el consenso impuesto por quien ejerza el poder, porque no es más que una cuestión de modas, que no respeta la verdad histórica. ¿Verdad? no, “opinión” y “debate”.
Por eso, este mundo no es más que una Gran Desgracia. A esa Gran Desgracia se deben los que militan contra el catolicismo. Aclaro para quienes no alcanzan a comprender y no acuden a un diccionario adecuado: desgracia es la falta de Gracia (porque así debiera de definirlo el Diccionario de la Academia Española, que ya no es Real de regio, sino Real de real porquería).
El ser humano está permitiendo una caída inédita en la Historia. El mundo material es lo único concreto que puede admitir el ateo, y sostener que el ser humano es una efímera “nada” es un mero equivalente, surge de aplicar un mero carácter transitivo. Es la consecuencia.
GUARDAR A V.S.
¿Qué es lo que puede sustituir a Dios en la fórmula de los exohrtos en una Nación cuyo origen, raíz y esencia es católica? ¿La Patra, la Nación, el Estado, el Pueblo? Todo es católico en su origen, de modo imborrable e indeleble. No hay salida en ello.
Cualquier referencia que se haga a algo positivo en la fórmula, hará alusión a Dios, a Jesucristo y a la Iglesia Católica.
Por ello, una fórmula alternativa sólo puede hacer referencia a lo más excelso para el ateo en este mundo es su propia descripción del mundo: la desgracia (el 17 de la quiniela).
Y el día que los magistrados cambien la fórmula de los exhortos, podrán expresar aquello que es su mejor y más sublime deseo en este mundo, cuando cualquier frase de estilo que sustituya a la actual fórmula significará:
Señor Juez: “El Gran 17 Guarde a V.S.”