Por EL Tcnl. José Javier de la Cuesta Ávila (LMGSM 1 /CMN 73)
Es difícil entender lo que pasa, y que involucra a la mayoría de los políticos, ante el desolador panorama de las irregularidades en el tratamiento del presupuesto nacional, salvo que, reconozcamos que un sistema nefasto, nos esta llevando a perder Argentina.
¿Es posible que callemos anonadados ante la crisis que aflora en torno al tratamiento del Presupuesto nacional, que pone en evidencia practicas que están reñidas con la salud y limpieza que impone el manejo de la cosa publica? ¿Hasta cuándo se profundizara el mal que corrompe las estructuras institucionales y pone en riesgo el futuro? ¿Dónde están los que deben actuar para defender lo que la ciudadanía les entrega y porque su inacción lleva a pensar en complicidad?.
Esos y mil otros interrogantes, deben brotar en la conciencia ciudadana que tiene, obligadamente, que sentir el alud de despropósitos que emergen como de un pestilente volcán cuyos efectos están horadando la Nación. Los trascendidos de lo que pasa en el Congreso de la Nación, para que se trate la "ley de las leyes", es una señal contundente de un proceso de desarticulación de la autoridad, la división de poderes republicana y la ruptura del vinculo entre la sociedad y los políticos.
El escenario esta cubierto de una niebla, que no permite distinguir a los actores, y determinar sus roles e intenciones, con lo que se muestra una convulsionada situación que, como pasa generalmente, es propicia para que aventureros la aprovechen en perjuicio imposible de dimensionar.
El tema del Presupuesto, adquiere vital importancia, por el convencimiento de que, el manejo de las finanzas, se ha transformado en la herramienta mas eficaz de la política, y que, con su capacidad, permite vencer, imponer o atraer para el logro de los mas ocultos fines u objetivos. Es decir, detrás de los números y las cantidades, están los efectos y los resultados, que pueden torcer o modificar la voluntad, las necesidades o las aspiraciones. El enfrentamiento, en el presente, es mas ideológico o corporativo que regional y federal, ya que los representantes responden a los partidos políticos y/o las corporaciones, no al verdadero origen de los pueblos a los que deberían tener que responder.
El fondo del momento actual, nos lleva al enfrentamiento del Siglo XIX, ante la "centralización" de la autoridad en desmedro a la autonomía de los pueblos fundadores,y que los padres de la Constitución atendieron, con la sabia disposición de la "forma de gobierno", que cada vez es mas burlada. Lo grave del presente es que, aquel enfrentamiento genuino, ya no existe y lo que se debate es la tendencia ideológica o las ventajas corporativas. ambas desde la concentración del poder, contrario a la democracia.
Es difícil prever el mañana, ante la confusión, pero si se puede alarmar sobre el futuro, por las posibles consecuencias de un proceso político, que se aleja cada vez más de la propuesta que nos hizo Nación y que si ello no es corregido, posiblemente, Argentina será nuestra "patria perdida". El debata actual, debemos comprender, es solo una de las aristas de un enfrentamiento, que esta incrustado en el nivel cupular de las ideas o los intereses de grupos o corporaciones, que olvida, posterga o rehúye la verdad de que, en una democracia, el poder debe estar en las bases y, que, ellas se expresan legalmente, por sus representantes, y no por delegados de aquellas. La experiencia actual, si es aprovechada para reflexionar corrigiendo el mal en lo profundo, será beneficiosa, sino, una nueva frustración en el desanimo del país para ser nación.