Por Emilio Nazar Kasbo
Se me enseñó desde pequeño a no ser fariseo, a no ser formalista, a no exagerar los detalles. Así siempre he sido, y tanto que no me interesé por la Liturgia, o al menos al estudiar no me han formado en tal materia. Desde pequeño estudié el Magisterio, la Biblia y el Plan de Salvación, la Teología Dogmática, Cristología, Eclesiología, Mariología, Doctrina Social de la Iglesia… pero nunca Liturgia. Y no es que sepa yo “algo” del Misterio, muy lejos de eso estoy. Pero sí trato de tener una Fe ilustrada, razonada, y de allí las preguntas que surgen.
LOS “FARISEOS”
Por lo que digo, por mi desconocimiento sobre el Rito, siempre he confiado en el mayor saber y entender de los sacerdotes y Obispos en materia de Liturgia, mientras que he sabido distinguir cuándo se apartan en sus homilías del Magisterio y de la Tradición. Mal se me puede llamar o tildar de exagerado, pues, en materia litúrgica, primero por el hecho referido de que me enseñaron a no ser farisaico, tal como lo predicaba además el Padre Leonardo Castellani, ya que se trata de un espíritu que no sólo afecta a la Jerarquía de la Iglesia, sino también a los laicos, en segundo lugar por mi confianza permanente en la Iglesia, tal como rezo en el Credo, pero en tercer lugar, y principalmente, por desconocimiento en la materia. Pero además hay un cuarto argumento: yo no he tenido conciencia del cambio litúrgico llevado a cabo en la Iglesia, ya que era muy pequeño en ese tiempo, y por tanto siempre me ha sido ajeno y carecí de apego a esa Liturgia desde mi desconocimiento. Mal por tanto se me puede tildar de “fariseo”, de excesivamente rigorista en Liturgia, o cosas semejantes.
Ahora bien, ¿Qué tan importantes son las palabras y su sentido único en la Misa? Veámoslo primero en el mundo seglar: si alguien va a un restaurante y pide un jugo de naranja, le traerán un jugo de naranja; pero si al traer el mozo el jugo de naranja el cliente le pregunta “¿Por qué trae usted jugo de naranja, si yo cuando digo jugo de naranja estaba pensando en un café, y por eso quiero que Usted me traiga lo que yo pienso respecto de mis palabras y no lo que mis palabras dicen?”, lo más probable es que el mozo lo mande a realizar un tratamiento psicológico, pero como mínimo le explicará que no sabe leer el pensamiento, y que si lo que quería era un café, debe pronunciar la palabra “café”; y si el cliente pretende no pagar porque el mozo trajo algo distinto a lo que él pensaba, el mozo le hará pagar el efectivo pedido que el cliente ha pronunciado, como es lógico.
Si en la Santa Misa alguien pronuncia una palabra, la misma ha de tener un significado unívoco para todos. El significado equívoco debe ser excluido, ya que introduce la confusión, y por tanto unos entenderán una cosa mientras que otros entenderán otra completamente distinta. Si en la Misa se pierde la solemnidad de vivir la Pascua, la Muerte y Resurrección de Jesucristo, se la despoja de aquello que eleva al alma, si la Liturgia se convierte en un “juego” por el cual se le pueden agregar o quitar cosas a puro antojo, y se convierte en un lugar mundano de alegría mundana donde se canta, se baila y la gente no tiene la menor preocupación que han tenido los Santos de que partículas de la Eucaristía caigan al suelo porque el mismo Jesucristo está allí, al punto de inventar liturgias inexistentes que se dirigen a lo sensible y no a las más elevadas facultades del alma humana… entonces hay que reconocer que algo grave está pasando en la Iglesia, porque una cosa es una variación en la Liturgia, y otra muy diversa la irreverencia hacia Dios, darle la espalda para vivir “lo humano” pero no en Cristo sino en lo mundano, tal como se hacía antes del Diluvio Universal.
DESACRALIZACIÓN
La Santa Misa entonces se convierte en la simple “Misa”, despojada de lo santo, despojada de aquello que conduce al alma al encuentro con Dios tal como Jesucristo mismo enseñó. Despojada la Santa Iglesia de lo “Santo”, queda la Iglesia, despojada de su principal característica que la santifica, y que es Jesucristo mismo como Cabeza: se trata de una “iglesia”… decapitada. Esa es la consecuencia directa de una iglesia que renuncia a lo Sobrenatural para mundanizarse, para reducirse meramente al Orden Natural… o tal vez en una proyección sea un paso más en dirección al desorden antinatural anunciado en el Apocalipsis.
Repito que nada de lo que estoy afirmando viene de los estudios, ya que sacerdotes y Obispos más entendidos que yo podrán corregirme en las afirmaciones. Pero o se juega con la Liturgia… o con la Liturgia no se juega.
No he sido testigo de los “grandes cambios” en Liturgia, como he dicho. Pero sí soy testigo de los “pequeños cambios”.
Pero sucede que todo cambio, grande o pequeño, es minimizado sistemáticamente como si no tuviera importancia. Pero si no tiene importancia… ¿por qué el cambio?
CAMBIOS EN LA CONSAGRACIÓN
En la Transubstanciación, la sustancia del pan cambia, por un milagro, gracias a la eficacia de la Palabra de Cristo y a la acción del Espíritu Santo, al pronunciar el sacerdote las palabras de la consagración, y en ese momento se convierte en la sustancia del cuerpo de Cristo. Las palabras a pronunciar por el sacerdote son las mismas de Jesucristo, en su mismo sentido literal, tal como han sido transmitidas por la Sagrada Tradición. “Tomando Jesús pan, y habiendo bendecido partió y dio a los discípulos diciendo: “Tomad, comed, éste es el cuerpo mío.” Y tomando un cáliz, y habiendo dado gracias, dio a ellos, diciendo: “Bebed de él todos, porque esta es la sangre mía de la Alianza, la cual POR MUCHOS se derrama para remisión de pecados” (Mt 26, 26-28) “HACED ESTO en memoria mía” (Lc 22, 19). Aquí hay tres instituciones de la doctrina católica en juego: 1° el sacramento de la Eucaristía; 2° el sacrificio de la Misa; 3° el sacerdocio.
La Iglesia Católica profesa la fe de que, diciendo “este es el cuerpo mío”, Jesús convirtió la substancia del pan en su Cuerpo, así como después la substancia del vino en su Sangre.
He sido testigo del “pequeño cambio” en la fórmula de la Consagración, ya que el sacerdote deja de decir “esta es mi sangre de la Alianza, la cual POR TODOS se derrama para remisión de pecados” (dando a entender que remite los pecados de todos), para decir “esta es mi sangre de la Alianza, la cual POR MUCHOS se derrama para remisión de pecados” (es decir, derramada para remisión de pecados de los elegidos exclusivamente). ¿Es esto un cambio substancial o un cambio intrascendente? ¿Ha sido un problema de mera traducción, meramente? ¿al pronunciar las palabras “POR TODOS” antes el sacerdote en realidad estaba significando “POR MUCHOS”? He llegado a escuchar que estando mal la fórmula de la Consagración del vino, éste no es consagrado… es decir, que el sacerdote no tomaba la Sangre de Cristo sino meramente vino sin consagrar ¿habrá sido así por tantos años y nadie dijo nada?
Este cambio en Liturgia que vemos en Argentina, tiene un similar actual en la Liturgia realizada en lengua vernácula en inglés, para todos los países de dicha habla. El respeto por la pronunciación de las mismas palabras de Jesucristo que están en el Evangelio diciendo “POR MUCHOS” en la Consagración, está siendo motivo de una grave resistencia por sacerdotes y Obispos, afirmando que es “menos inclusivo”… Porque sucede que al aceptar la lengua vernácula, se perdió la unidad de la Iglesia en materia litúrgica.
LITURGIAS INVENTADAS
Recién aparecía el movimiento carismático entre los católicos, cuando una vez en la ciudad de Mar del Plata anunciaron en una Misa que en un día de semana habría una “misa carismática” en la iglesia Nuestra Señora de Pompeya, lugar donde ya en ese momento se promovía el “yoga”. Corría el año 1985. Tuve la idea de ir a ver de qué se trataba, y pude ver a un nutrido grupo de monaguillos con bombos y una música rítmica que parecía africana que hacía retumbar y vibrar todo el edificio, y todos cantando y bailando en la Misa. Llegué presenciando todo hasta el momento de la Consagración, porque me entró una duda: esto se está haciendo en ámbito católico, pero tal vez es un sacrilegio del cual no voy a participar. Y me retiré.
Después me dijeron personas que habían asistido a las reuniones del grupo, que se dedicaban a practicar el Don de Lenguas. ¿Cómo es eso? Pregunté curioso. Y me explicaron que la gente se reúne y dice la combinación de letras que se les ocurre como práctica, y que eso es iluminado por el Espíritu Santo ¿Pero alguien entiende lo que dicen? pregunté, ya que si una persona dice “himbsti untral chela biras telartoistn bubululu” y eso es “Don de Lenguas” para el que lo pronuncia, y nadie lo entiende, en realidad son personas que no están bien, y que pretenden que eso es el Espíritu Santo. El mismo San Pablo decía que no hay que hablar si no hay quien interprete las palabras que se están pronunciando. El Don de Lenguas fue dado a los primeros cristianos, y mediante el mismo ellos hablando en un idioma eran interpretados en el propio idioma de quienes los escuchaban, en un hecho milagroso. Ahora que si a estos carismáticos no hay quién los entienda… si pronunciaran esas cosas que ni para ellos tienen significado ante Jesucristo, ¿Qué no les diría Él?
En el ámbito litúrgico, no hay abuso que no se cometa, según las diversas fuentes que se pueden comprobar hoy por Internet, en videos subidos por personas que creen que están haciendo un bien.
Pero la pregunta más grave es: ¿Esto se ha introducido en la Iglesia Católica? ¿Esto ha sido aprobado por el Papa? Y finalmente, la liturgia de Kiko, que no es la que desarrolló la Iglesia Católica en la Tradición, sino que tiene partes netamente inventadas, en un contexto grave.
¿PERDONA NUESTRAS DEUDAS U OFENSAS?
Siempre supe que al decir “perdona nuestras deudas” al rezar el Padre Nuestro, se abarca todo, pero que también habla de las deudas materiales.
Efectivamente, ¿por qué Jesús dijo “perdona nuestras deudas”? Es fácil descubrirlo: porque dijo que no se puede obedecer a dos Señores, porque a uno se lo amará más que a otro, referido a que no se puede amar a Dios y al dinero.
Así es: Jesucristo está pidiendo de una manera muy clara a Dios que nos de un trato en la misma medida que nosotros dejamos de adorar al Becerro de Oro. “Perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”, hace alusión a la parábola del deudor a quien sus deudas eran perdonadas, pero que éste a su vez no perdonaba las deudas de las que él era acreedor.
¿Es lo mismo perdonar deudas que ofensas? ¿Es lo mismo decir “jugo de naranja” que “café” a un mozo? No soy ritualista, no soy fariseo, ya lo dije antes. Pero algo está sucediendo en Liturgia, porque incluso los Leccionarios han variado el texto del Padre Nuestro, que sólo podremos hallar correcto en las Biblias anteriores, porque seguramente las Biblias modernas vendrán “corregidas” (es decir, corrigiendo el error que cometió Jesucristo al pedir que se perdonen las deudas).
PASTORAL A DIVERSAS CULTURAS
Con la excusa de obediencia y de que nada cambia, todo está cambiando. Y lo digo porque incluso los Obispos que son considerados “conservadores” o “tradicionales” en general empiezan a ser mal mirados por sus pares, que son partidarios del “progreso”. Eso que condenaba la Encíclica Pascendi, es hoy una realidad: la existencia de “dos Iglesias”.
Es que si hay “dos Iglesias”, necesariamente una es la de Jesucristo y la otra es del Becerro de Oro, al cual hice referencia. No es que haya “dos Iglesias”, sino que hay herejes que están actuando dentro de la Iglesia pretendiendo estar “dentro”, dañando las vocaciones al sacerdocio, desviando el mensaje de Jesucristo y deformándolo al máximo, escandalizando y desorientando a los feligreses… Hay una sola Iglesia, y por “caridad” y por “contemplación” se están permitiendo ojos y manos que ofenden a Dios como parte del Cuerpo Místico, y Jesús mismo dijo que debían ser cortados.
O los Obispos y Sacerdotes tienen una sola prédica, una sola Liturgia, una sola Tradición para transmitir, mostrando así que la Iglesia es Una, o todo lo contrario. Y si es todo lo contrario… los feligreses estamos en un serio problema.
¿Qué “pastoral para diversas culturas” ni qué “pastoral para diversos tiempos”? ¿O no conocen las diferencias que existían en tiempos de Jesucristo y los Apóstoles entre la cultura judía, la cultura helenística, la cultura egipcia, la cultura romana, la cultura hindú o la persa? ¿Acaso los Apóstoles dijeron: vamos a adaptarnos a los vicios que tiene cada cultura a la cual nos enfrentaremos?
PEDAGOGÍA MARTIRIAL
Los romanos eran militares y juristas con un culto al deber y a la norma, los griegos eran filósofos con un culto a la razón y al cuerpo, los egipcios eran un Imperio sojuzgado por Roma con un culto a dioses impuestos por los Faraones, los hindúes son igual que hoy un pueblo resignado según la casta que toca por la creencia de la reencarnación, y los persas eran zoroastristas con una fuerza militar que sostenía ese culto a dos fuerzas iguales que son el bien y el mal, que pelean eternamente entre sí. Los Apóstoles predicaron lo mismo, del mismo modo, a todos los pueblos, y sus sucesores hicieron lo propio en todos los tiempos desde los Apóstoles hasta el presente.
He llegado a escuchar que la muerte de Santo Tomás Moro no tenía sentido, porque en definitiva el divorcio del Rey Enrique VIII era una cuestión del orden civil no una cuestión teológica. ¿Hasta dónde pueden llegar las ofensas a Dios en los testimonios vivos de santos y de mártires cuya vida y cuyo sentido en la vida es completamente deformado?
El pueblo armenio era zoroastrista, mazdeísta, y llegaron San Judas Tadeo y San Bartolomé a fundar la Iglesia, que en el año 300 por la conversión del Rey produjo el primer Estado Cristiano del mundo. El pueblo armenio es converso del paganismo, y eso es un orgullo, porque del error se pasó a la Verdad. Pero los persas iniciaron una guerra por ese motivo, enviando sus legiones para aplastar a los cristianos. Los mártires armenios se prolongan a lo largo de los Siglos, bajo la opresión de cada Imperio que sojuzgó el territorio de la Armenia Histórica. Así fue la “pedagogía” armenia: plagada de mártires por no renunciar al mensaje que los Apóstoles transmitieron. Murieron para que no impidan la Liturgia ofrecida a Dios, para que no impidan la profesión de Fe, para que no eliminen la moral cristiana… todo para que venga un grupo de modernistas y pretenda imponer eso mismo pero desde dentro de la Iglesia, como si los mártires hubiesen sido unos tontos.
“Nada nuevo hay bajo el sol”, dice la Biblia, y después de Jesucristo no hay más novedad. Pero los modernistas dicen que eso fue hace dos mil años, y que ellos son la “novedad” que se debe adaptar a la cultura de cada uno como estrategia de “marketing religioso” y poder “vender”. Algo tan falso como que Jesucristo derramó Su Sangre “POR TODOS”.
HETERODOXIAS E INMORALIDADES
Blasfemias y herejías se multiplican dentro de la Iglesia Católica. Y quien osa levantar la voz denunciando los abusos y delitos litúrgicos así como las heterodoxias es tildado de “ultraconservador”, de “lefebvrista”, de “filolefebvrista”, del mismo modo con que los medios de comunicación tachan de “nazi” a quien buscan dañar su imagen generando un prejuicio social contra la persona.
Es lógico que todo error teológico implica una falsa concepción del mundo, una falsa filosofía y por tanto una falsa moral.
Al despojarse de la Moral tradicional católica, de la Teología Ascética, así como de toda Teología Dogmática y Moral, la persona, ya sea laico, sacerdote u Obispo, queda sujeto a su propio criterio, al juicio propio, que generalmente se desvía hacia su propia conveniencia conforme el vicio predominante de quien predica el error teológico.
Así, Lutero que planteó una herejía en materia teológica, que quemó las Tesis de Santo Tomás, tuvo su propio desvío moral que justificó con una “teología” armada en función de sus propios vicios. Todos los protestantes omiten afirmar que el origen de “los evangélicos”, es decir, de los protestantes, es la vida de un sacerdote católico que se fue con una monja. Lo mismo sucede con los heterodoxos que pretenden estar viviendo dentro de la Iglesia Católica.
¡Cuántos heterodoxos son obsecuentes ante la presencia del Obispo, pero cuando enseñan en los Seminarios muestran sus uñas de guitarreros! ¡Cuántos representantes legales y directores de varios colegios hacen lo mismo! ¡Cuántos docentes, personal contratado y profesionales asesores, igual!
“Culpa in eligendo” se llama a la responsabilidad de quien designa a una mala persona para un cargo de responsabilidad, o a quien designa a la persona indicada para el puesto menos indicado.
¿Quién va a predicar la virginidad para quien no está casado, y la castidad que corresponde a cada estado, si eso es algo que corresponde a la “moral pacata” y “preconciliar”? Y aclaremos que para los “naturalistas” (léase quienes pretenden vivir desnudos en público y sin intimidad, como animales, como los cínicos griegos), toda moral es “pacata”, ya que han derogado no solamente la Moral natural, sino también la Sobrenatural.
OBISPOS ACORRALADOS
La Iglesia Católica ha entrado en la fase de un colapso: asediada desde fuera como siempre lo ha sido, es dañada desde dentro por los herejes a quienes no se desea condenar, palabra que parece “represiva” y por tanto “repulsiva” a los refinados oídos modernistas.
El ejemplo paradigmático ha sido un sacerdote caracterizado por su prédica tradicional en Austria, país lleno de Obispos heréticos. Ese sacerdote fue designado Obispo por el Papa Benedicto XVI, e inmediatamente todo el Episcopado austríaco presentó sus quejas, multiplicadas por los medios de comunicación. El sacerdote presentó su renuncia a ser Obispo, que fue aceptada.
La ortodoxia quedó acorralada por la heterodoxia. Si las cosas que hoy se presencian en la Iglesia hubiesen sido vistas hace 40 años, muchos Obispos tal vez se habrían hecho lefebvristas, o algo hubiese sucedido en la Iglesia para corregir los desmanes. ¿Qué pruebas hacen falta? ¿Estadísticas? ¿Cantidad de Naciones Católicas que dejan de serlo y se convierten en sociedades postcatólicas? ¿Cantidad de feligreses que no son coherentes con la Fe? ¿Cantidad de sacerdotes que no predican la Tradición a la cual se comprometieron al ser ordenados? ¿Cantidad de Obispos que tampoco predican la Tradición? ¿Caída de las vocaciones religiosas? ¿Multiplicación de herejías en la Iglesia que no tienen valla alguna en la “era de la comunicación”, que llegan al Vaticano inmediatamente en el instante en que son pronunciadas, y donde nadie se escandaliza?
¿Se está preparando una Iglesia de las Catacumbas? ¿Son los Obispos cómplices de esta situación, por acción o por omisión? “¿Y qué quiere que haga?”, dirá algún Obispo acorralado.
FELIGRESES ESCANDALIZADOS
“Todo es católico”, parece ser. Se ha derogado todo Dogma, todo Magisterio, toda la Tradición, toda la Liturgia. Ahora sí que hay “libertad” ¿no? ¿Acaso no es precisamente esa la prédica modernista, condenada en la Pascendi?
No se trata de otra “libertad” más que la prometida por Satanás a Eva en el Paraíso…
Hasta el Papa escribe libros en que pide que los lectores lo contradigan, o concede entrevistas a periodistas donde las palabras que dice no serían pronunciadas en el almuerzo de un hogar decente. ¿Es “dogma” algo de lo que allí dice o hace? No, de ninguna manera. Pero está dando un mal ejemplo… me parece a mí, aunque para Usted seguramente será altamente edificante la cuestión.
SEÑOR OBISPO…
Señor Obispo que dice responder a la Tradición pero que desconoce completamente la Liturgia de la Misa Gregoriana y el Motu Proprio: si Usted dice que ni los sacerdotes de su Diócesis le responden, siendo Usted la autoridad… ¿pretende que yo de respuestas? Nada de lo que he dicho aquí pretende ser dicho con la “infalibilidad del Papa”, más que aquello que los mismos Papas han dicho que es infalible. Pero primero hay que reconocer la existencia del problema, para después solucionarlo.
Señor Obispo que dice responder a la Tradición: los sacerdotes de su Diócesis salen generalmente del Seminario donde Usted envía a los seminaristas… que luego son los sacerdotes que le desobedecerán.
Señor Obispo: los feligreses estamos escandalizados, porque en la Iglesia Católica no hay un solo mensaje unívoco, sino que hay múltiples mensajes equívocos presentados como “nuevos modos de evangelización” que jamás enseñó ni Jesucristo, ni los Apóstoles ni dos mil años de Tradición… y si tales “nuevos modos de evangelización” no vienen de Jesucristo… ¿de dónde vendrán entonces?
Señor Obispo que dice responder a la Tradición: cuando haya más Cardenales heterodoxos (no es posible decirles herejes porque el Papa no los excomulga), si no es por acción milagrosa del Espíritu Santo, tendremos un Papa heterodoxo en medio de una multitud de Obispos y sacerdotes heterodoxos. Y allí no estará la Iglesia, sino en una minoría que esa sí será condenada como hereje (porque el heterodoxo, al igual que el materialista, es débil con los fuertes y fuerte e implacable con los débiles, como en la parábola de Jesús a que hice referencia acerca del perdón de las deudas).
APOCALÍPTICO
Un “catolicismo” sin Fe Sobrenatural, y cuya filosofía es una anti-metafísica y un anti-realismo en cualquiera de sus variantes, un “catolicismo” de moda, temporal, un “catolicismo eternamente pastoral”, es un “catolicismo” vacío… (como si no hubiesen existido dos mil años de Pastoral, marcados principalmente por los mártires). Ese es el “catolicismo” modernista condenado por la Pascendi, que todo lo trastoca, que todo lo subvierte, porque odia a Dios.
He llegado a escuchar por Radio María de Argentina a personas que le dan el perdón a Dios… ¡Ni los paganos llegaron a tanto! ¡El hombre imperfecto perdona a la Perfección Absoluta! ¿Cómo es posible tanta irracionalidad, tanta blasfemia, y que nadie se inmute?
Pero sí, soy un “exagerado”, un “fariseo”, un “rigorista moral”. Sí, soy un “pacato”. Afortunadamente Usted que critica no cree en el infierno, y cree que Dios será tan Infinitamente Misericordioso que le perdonará todas sus “deudas”, aunque usted no perdone a “sus deudores”.
Vivo en plena unión con la Iglesia y reconozco al Papa como tal, conforme lo que enseña el Concilio Vaticano I. Pero los dilemas son grandes, y cada vez surgen más, como la interpretación sincrética del ecumenismo y del “diálogo inter-religioso” en un marco hostil que proviene desde las Naciones Unidas. Todo es realmente apocalíptico, no metafóricamente hablando, sino conforme a la Revelación de San Juan.
Si el Obispo quiere sacerdotes santos, primero él ha de buscar la santidad con todas sus fuerzas, y predicar con el ejemplo. Ahora que si la santidad consiste en la “calidad de vida” mundana… ¿Quién ha de velar por la Tradición?
He tratado de resumir los gravísimos problemas en la Jerarquía de la Iglesia, vistos desde la posición de un laico escandalizado. Señor Obispo que dice responder a la Tradición: y Usted… ¿no está escandalizado?