Por Emilio Nazar Kasbo
Estamos viviendo los argentinos una lucha intestina partidocrática en que han quedado descalificados numerosos partidos pequeños sin suficientes cuadros como para cumplir los requisitos eleccionarios. La situación se ha convertido en un ring de boxeo, pero que tiene sólo tres laterales porque esta vez son tres los sectores en pugna… y precisamente porque no son los Titanes de Martín Karadagian.
Para quienes no llegaron a conocerlo, existió un tiempo en que hubo un programa de lucha greco-romana llamado “Titanes en el Ring”, cuyo máximo campeón era Martín Karadagian, quien acababa venciendo a todos los malos que se le presentaban como contrincantes. Los buenos siempre ganaban al final, y los malos recibían su merecido. El “Ancho” Rubén Peuchele, el Indio Comanche, la Momia Blanca, Don Quijote, el Príncipe de Nápoli, Benito Durante y en particular el Caballero Rojo, encarnaban a los buenos. Siempre había por lo general en el espectáculo dos rincones, pero a veces subían más de dos contrincantes o se armaba una trifulca que nadie era capaz de frenar. Pero los buenos siempre vencían. A quienes les interese profundizar el tema, pueden buscarlo en Internet.
Y como en el programa de Titanes en el Ring, presentamos a los contrincantes, cada uno en su rincón.
EL PRIMER RINCÓN
Por un lado está el oficialismo kirchnerista, que utiliza el nombre del difunto expresidente.
Ya todos saben que el oficialismo es lo mismo que hay ahora en una continuidad por cuatro años más: matrimonio de homosexuales, educación sexual que implica degeneramiento de los niños y corrupción de menores desde la infancia, planes sociales sustentados por la emisión monetaria inflacionaria y la corrupción gubernamental que no es posible frenar por el mismo gobierno involucrado, cuyos testaferros aparecen de pronto utilizando autos importados último modelo y cambiando vertiginosamente su nivel de vida… de lo cual en alguna oportunidad deberán rendir cuentas. Su punto fuerte es la humillación de los planes sociales a indigentes obligados a votar según las indicaciones de los punteros.
Este sector tiene inicialmente todas las de ganar… salvo novedades que haya de último momento y que Moyano se vuelque a otro sector no oficialista. Y este sector tiene todas las de ganar en caso de que se presente la tirana gubernamental con pretensiones de ocupar el cargo de modo vitalicio. Si Cristina no se presenta, tal vez sea Alicia Kirchner, para continuar usufructuando el apellido del causante sucesorio… pero en ese caso las posibilidades de ganar se reducirán al mínimo.
Cualquier otro candidato oficialista que no sea Cristina Fernández Wilhelm convertirá al Frente para la Victoria en el Frente para la Derrota… y tal vez Cristina no esté ya en condiciones de continuar con el trajín que le trae tantos “golpes de calor”.
EL RINCÓN CONTRARIO
Del otro lado está la presunta “oposición”, que se reduce a Eduardo Duhalde y Ricardo Alfonsín.
Alfonsín se encuentra desacreditado por todos los grupos provida, ya que ha votado por el matrimonio homosexual y es un claro defensor de la “despenalización” del aborto y de la educación sexual aberrante en las mismas condiciones del actual gobierno, ya que la línea de la internacional socialista con una orientación basada en la Escuela de Frankfurt es común a la UCR y al kirchnerismo.
Duhalde se presenta como una figura que unificaría la “derecha”, ya que miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad estarían dispuestos a votarlo, junto a toda una rama del sindicalismo que será incierta hasta el último momento. Aparece como más ligado a la vida que todo el resto… pero acaba de anunciar que en su fórmula irá acompañado por el abortista chubutense Mario Das Neves, que marcará una diferencia interna en el Ejecutivo de lograr la victoria eleccionaria.
Una de cal, y dos de arena. La materia provida seguirá siendo una deuda pendiente de todos los politiqueros.
EL TERCER RINCÓN
Según las recientes encuestas, el 40% de los alumnos en edad escolar no consideran que la democracia sea el mejor gobierno, lo ponen en duda. Y eso indica que en sus hogares también tienen la misma idea. Tales cifras deben multiplicarse, con lo cual se obtendrá claramente el nivel de abstencionismo y de votos nulos y en blanco que se obtienen en los comicios.
La impunidad con la que se manejan quienes viven en la burbuja de los funcionarios públicos contrasta con el resentimiento social que hasta pareciera tener una mecha encendida. Atentan impunemente contra la vida, contra la familia, contra la verdad histórica, mienten en el presente, y pretenden así gobernar para el futuro. Todo un falso diagnóstico que tiene funestas consecuencias. Gobiernan de espaldas al pueblo y no solamente eso: de espaldas a Dios.
El nacionalismo avanza. La partidocracia deja a la ciudadanía atrapada sin salida, encajonada en una aporía de la cual no puede salir porque incluso ya están los nombres de los posibles ganadores y todo el mundo sabe lo que piensan hacer. Los partidos políticos, después de las elecciones, desaparecerán por dos años…
El tercer rincón es el de la ciudadanía que no aparece en los medios de comunicación, la Argentina oculta, omitida, oprimida, despreciada, extorsionada, explotada y víctima de un genocidio económico, cultural y espiritual. ¡Que se vayan todos! Es el grito que aun queda latente y sin respuesta. Y el Caballero Rojo junto a Martín Karadagian no aparecen para que la contienda sea pareja, y los malos de Titanes en el Ring terminen de perder.