Por
Emilio Nazar Kasbo
Una vez, un amigo que trabaja al servicio de los presos y encarcelados, privados de su libertad por diversas causas judiciales, me comentó la siguiente cuestión: un malo puede hacerse bueno, y en su obra será bien recibido, para lo cual deberá abandonar a sus "cómplices" (que no son amigos); pero un bueno que se hace malo, es rechazado por los malos (que jamás le perdonarán su pasado, su presente ni su futuro), y también perderá a sus verdaderas buenas amistades, que idénticamente lo rechazarán.
Un malo puede hacerse bueno, se puede convertir, pero un bueno que se convierte en malo... tiene por destino pasar las de Caín.
RAZA
Recuerdo que una vez ví una película que jamás fue exhibida por la TV, ni recuerdo que haya sido vista en los cines.
La película, filmada en 1939 tras la victoria de las tropas de Franco sobre los revolucionarios republicanos "matacurasymonjas", y su título es "Raza". ¿Estará prohibida por algún motivo? Lo desconozco. El guión fue escrito por el mismo Generalísimo
Francisco Franco, y fue reestrenada en la década de 1980 bajo el título "El espíritu de una Raza", tras haberle borrado partes sustanciosas contra la masonería, sustituyendo unas escenas por otras.
En el filme, uno de los coprotagonistas del denominado "bando nacional" comienza a dudar, y hasta piensa en pasar a las filas enemigas porque su familia estaba viviendo del lado republicano, la guerra se demoraba y no veía la hora de poder reencontrarse con ellos; precisamente en el momento en que está por cruzar la trinchera, le informan que alguien lo estaba buscando (el protagonista), quien tras posar su mano sobre el hombro de su amigo le dice que los locos son los que pelean desde el bando contrario.
EL PUSILÁNIME
¿Qué se podría decir de una persona completamente formada, que conoce cuál es la raíz de los males, y que con posterioridad se decide a abandonar la lucha por la cual debe estar dispuesto a los mayores padecimientos por sostener La Verdad? ¿Le cabe el calificativo de "cobarde"? ¿Tal vez las ventajas de negociar una y otra vez para lograr algo "de más valor" se convierta en "la zanahoria ante el burro" que le hace perder de vista incluso dónde está parado y dónde se está metiendo? ¿Un ascenso tal vez justificará una serie de renuncias a cambio de fútiles promesas, para luego quedarse sin el pan y si la torta? Sin lugar a dudas, hay algo peor que un "cobarde", y es el "pusilánime".
El pusilánime es el hombre más infeliz del mundo, porque aunque logre todas sus expectativas, sus manos estarán vacías, ya que lo efímero jamás calmará la sed de Verdad y de coherencia en la Caridad en cuanto al modo de llevar la vida, ofreciéndola a Dios. El esclarecimiento intelectual no siempre es acompañado por obras coherentes.
Pusilánime viene del latín, pusillanĭmis, y es un adjetivo que
refiere la falta de ánimo y valor para soportar las desgracias o para superar
grandes desafíos. Pusilánime proviene de
“pusillus animus”, significando espíritu mezquino, ya que “pusillus” es
pequeño, y “animus” es epíritu o alma. Precisamente, es lo contrario del magnánimo.
El pusilánime siempre es "políticamente correcto", ya sea para evitar problemas o para escalar posiciones. Es más, jamás defiende ni siquiera a sus más férreos defensores.
TÉCNICAS DE NEGOCIACIÓN
Una vez en un curso de los que realicé, nos dieron clases sobre técnicas de negociación, de las cuales extraje una conclusión que viene al caso comentar.
Quien ingresa en una espiral negociadora, queda envuelto en el espiral hasta el final, que siempre es nefasto para quien todo lo negocia. Efectivamente, iniciada una negociación en la cual empiezan a surgir dificultades, se deben exteriorizar dichas dificultades y no disimularlas, a fin de cortar la espiral negociadora sin fin que llevará al desastre.
El problema es cuando se negocia la Familia, la Patria o la Fe. Allí la cuestión es grave, y precisamente son dos de las cuestiones que no se pueden negociar. O se las defiende, o se las traiciona. No hay términos medios en este tema. Quien los negocia, fatalmente quedará con las manos vacías, pues quienes emprenden tales comercios carecen de escrúpulos, y efectúan su intercambio con personas de idéntica o peor calaña. ¿Negociarías con un mentiroso? ¿Qué negoció Cristo con el Diablo cuando éste se le presentó en el desierto?
UN PLATO DE LENTEJAS
Alcanzar los puestos más encumbrados a costa de renunciar a la propia identidad, a los propios principios, y negociar precisamente aquello que es innegociable, tal como lo hizo Esaú, es vender por un plato de lentejas los tesoros más preciados por los que incluso se debe estar dispuesto a dar la vida en martirio.
Vivimos en una sociedad pusilánime, donde no hay ni laicos ni Obispos dignos. Incluso los más dignos toman distancia, y no saben defender a sus más fieles defensores. Es tipico de una sociedad que se rige por las normas satánicas, en que todo funciona por la "ley del gallinero", en medio de intrigas, sospechas y acusaciones por causas banales y efímeras.
El "espíritu del Concilio" ha sido excelentemente retratado en una película titulada "La Duda", que hace no mucho tiempo fue estrenada. ¿Qué hace cambiar el ascetismo por las comilonas, y el espíritu humilde de San Francisco por el de fastuosas reuniones masónicas donde incluso está prohibido hablar no sólo de política sino también de Religión (y mucho menos de la Católica, que es su enemiga)? ¿Qué hace cambiar la disciplina por una falsa "caridad", y el ascetismo por una "revalorización del mundo" que no es más que una revalorización de lo mundano (que incluso es pecado)?
OVEJAS SIN PASTOR
¿A quién acudiremos si no es al mismo Jesucristo y a su única Iglesia, fuera de la cual no hay salvación posible? Lamentablemente, esto que es una Verdad Revelada y propia de la Tradición Católica, ni los sacerdotes ni los Obispos lo creen... ¿Qué restauración de la Iglesia habrá entonces?
Hay Obispos malos, que no se convierten ni al momento de su muerte; hay sacerdotes que también siguen ese mismo derrotero, y laicos que han sido engañados por ellos a montones... Sí, los santos son minoría, pero no hace falta mucho esfuerzo para hallar algunos que son auténticos, gracias a los cuales la Iglesia Católica sigue en pie.
¿Quién podría haber afirmado que dentro de la Iglesia Católica muchos fieles nos encontramos como antes de su fundación por Cristo: "como ovejas sin pastor"?
¿HABRÁ FE?
"¡Pero esto es la Iglesia!", dirán algunos que en realidad llaman Iglesia a lo que con materialista mirada contemplan como un cuerpo sin alma, como un organismo sin Espíritu Santo, como una institución más en el mundo sin sentido que transita, como todo en él, hacia la nada. Venden una "Iglesia deconstruída", que sólo conserva el nombre, pero que en su espíritu ya fue abandonado el ascetismo, el "valle de lágrimas" y la compunción, para cambiarlos por la juerga, el baile, la "fiesta", y todo exceso vicioso, ya que "Cristo vino a traer calidad de vida a la gente". Una "Iglesia artificial", que ha dejado de ser sal y levadura. Algo ha cambiado demasiado... y no son los fieles que se mantienen en la Tradición católica.
Jesucristo mismo lo había adelantado con una pregunta: "Cuando vuelva el Hijo del Hombre, ¿habrá Fe sobre la tierra?". El P.
Leonardo Castellani reflexionó mucho sobre esta cuestión, sobre este Misterio, y lo abordó en numerosas oportunidades.
Quienes han transmitido algo que jamás fue recibido por la Tradición ¿pueden afirmar de modo completo que están transmitiendo la misma Fe de los Apóstoles?
VERDAD O MENTIRAS
Cambiar la pertenencia a la Iglesia Católica por la amistad con la masonería, incluso con la masonería judía, es un grave pecado. Someter a la Iglesia Católica a los dictados del Becerro de Oro, del materialismo crudo, o a la adoración de Lucifer, es la mayor perversión. Porque lo malo es la subversión de lo mejor.
Quien se haya descarrilado por algún motivo, y se da cuenta que se descarrió, debe regresar al redil de Cristo... Y si tiene más de 60 años, debe saber que aquello que le enseñaron en el Catecismo cuando era pequeño, es la Verdad, y todo lo que contradiga eso que aprendió, y que ha sido capaz de forjar a grandes santos durante dos mil años de Historia, es mentira. Defienda ese Catecismo y esa Liturgia incluso con su vida si es necesario, hasta el grado del martirio, de la difamación pública y de todo tipo de injusticias personales o sociales. ¿Usted cree o no cree en Jesucristo y que esta vida es un tránsito al Reino de los Cielos? ¡Caramba!
Estamos como en Covadonga... y no hay salida más que por el frente.
Simples reflexiones en graves momentos para la Barca de Pedro... Y al que le quepa el sayo, que se lo ponga.