Por Cosme Beccar Varela
Buenos Aires, 10 de Noviembre del
año 2011 - 1069
Va quedando muy poco espacio para
la solución pacífica del conflicto creado entre esta tiranía multifacética y
multiforme, sostenida por una minoría inmoral, y el pueblo indefenso.
Los atropellos más aberrantes de
esta tiranía se cometen contra ciertas víctimas elegidas para intimidar al
resto de la población que, desgraciadamente, está reaccionando con falta de
inteligencia, sin comprender las implicancia de esos atropellos o, mejor dicho,
con una ceguera voluntaria para no verlas..
He mencionado muchas veces en
este periódico el escandaloso secuestro de más de mil militares, policías y
civiles en las cárceles del régimen, avalado por jueces ideológicamente
identificados con el régimen o intimidados o sobornados, o las tres cosas a la
vez.
De esas víctimas ya hay más de
140 muertos por homicidio que no puede calificarse como involuntario ya que era
fácil comprender que retener indebidamente en mazmorras indecentes a personas
de avanzada edad, varias de ellas enfermas, sin la debida atención médica ni la
alimentación adecuada, más la angustia causada por la notoria injusticia
cometida con ellas y por el abandono infame de la sociedad, junto con la
penuria desgarradora de sus familias, es fácil, comprender, digo, que todo eso
junto es capaz de matar. Y siguen muriendo nuevas víctimas de este sistema
criminal que poco se diferencia de los campos de concentración nazis o de las
cárceles comunistas.
* * *
En estos días vuelve a
presentarse otro caso de bestialidad "judicial" al que ya me he
referido en el nro. 554 de este periódico, el 17 de Febrero del año 2004, bajo
el título "Julio César *descubrió* al asesino de María Marta G.B.", y en otros artículos posteriores.
En ese nro. 554 me refería a la
acusación del Fiscal Molina Pico
contra el Sr. Carrascosa al que
achacaba el asesinato de su esposa, María
Marta García Belsunce. (Le ruego que lea ese artículo que doy aquí por
reproducido).
Allí mostraba la fantasiosa y
descarada arbitrariedad de ese Fiscal al acusar al Sr. Carrascosa dando como motivo del crimen una novela que lo enlazaba
con el "cartel de Juarez" y el narcotráfico y con los banqueros Rohm, no trepidando en enlodar a la
propia víctima diciendo que ésta "formaba parte o, en su caso, estaba
anoticiada de la actividad mafiosa (de su marido), de su accionar, de sus
movimientos ilegítimos de dinero ilegal" ("Clarín", 17/2/2004,
pag. 38). Y terminaba diciendo: "Parafraseando a (Julio) César, pero con
humildad (¡sic!), puedo concluir diciendo que, con la eficaz colaboración del
personal a mi cargo investigué, descubrí, acusé" ("Clarín",
17/2/2004, pag. 38)"
¡Y pensar que semejante
mistificador era (y creo que sigue siendo) Fiscal penal, con poder de amenazar
la libertad y el buen nombre de cualquier persona! Yo no sé cómo ese personaje
nefasto se atrevió a arruinar la vida de toda una familia -que ya había sufrido
la muerte de su esposa, hermana, cuñada o amiga- sin pruebas, inventando un
motivo rocambolesco como ese del "cartel de Juarez" y sosteniéndolo
después con una actuación histriónica en las audiencias judiciales, hasta el
punto de que el Dr. Rizzi, Vocal del
Tribunal que condenó al Sr. Carrascosa,
en su voto absolutorio en disidencia (brillante voto que destruye toda la
acusación) acusa de incongruencia al "Ministerio Público, cuyos
integrantes parecían no compartir la línea de la acusación en forma unánime, lo
que se manifestó inéditamente, en la audiencia del día 21 de marzo, cuando el
fiscal Molina Pico desautorizó el
interrogatorio que propiciaba uno de sus colegas. Y al final del alegato, el
nombrado tampoco se ahorró una impertinente admonición al tribunal, más propia
de un discurso político que de una pieza jurídica."
* * *
Y eso es lo que realmente es: un
asunto político, recogido por la prensa con una saña lucrativa y venenosa, con
todas las características de un linchamiento cometido abiertamente y en forma
continuada desde hace más de nueve años.
Su aspecto político podría
definirse como una incitación al odio de clases, sugiriendo la idea de que
absolver a los acusados del círculo de la familia García Belsunce sería un acto de favoritismo en beneficio de unos
"oligarcas" que viven en un "country" y que ese
"favoritismo" es la actitud permanente de la Justicia que no hesita
en condenar a los acusados de otras clases sociales.
Este argumento fue explícitamente
usado por el Fiscal Molina Pico en
su acusación cuando explicó que todo eso lo hacía "para restablecer la
justicia dañada y para que no se siga diciendo que sólo el villero es el que
sufre el rigor penal en la Argentina" ("La Nación", 17/2/2004,
pag. 11).
Y eso queda ahora otra vez en
evidencia en la versión periodística de la marcha realizada ayer 9/11/2011 en
la Plaza de Mayo por más de 150 parientes y amigos de la víctima (o mejor
dicho, de las víctimas, porque a la asesinada se agregan ahora sus parientes y
amigos oprimidos por la "Justicia").
Según ella, un individuo se
acercó a la hermanastra de la Sra. María
Marta y le espetó la siguiente frase con la misma ponzoña: "Cuando
muere un pobre, ni a usted ni a ninguno de los que vinieron hoy acá les
importa". Y una mujer agregó;: "¡Vos y todos estos delincuentes,
vuelvan al country!" ("Clarín", 10/11/2011, pag. 44).
En este desgraciado país, hoy en
día, los delincuentes asesinan personas todos los días sin que ni el gobierno,
ni la prensa se conmuevan ni se muevan para poner fin a esta sangría.
Así es como hoy mismo, la Cámara
de Casación de la Pcia. de Buenos Aires,
que tan dura ha sido con los García
Belsunce, resolvió bajarle la pena de 17 años de cárcel a 10 (para salir en
libertad dentro de poco), a un individuo que asesinó a su mujer con un martillo
y 40 puñaladas y eso porque le había causado una "buena impresión
personal" al Juez ("Clarín", 10/11/2011, pag. 45). El diario se
limita a mencionar que el mismo preopinante del Tribunal, llamado Piombo, ya ha pergeñado reducciones de
penas a otros asesinos (¡de gente pobre!) sin razón alguna y sin protesta alguna.
Si algún "favoritismo"
existe en este momento en el país no es en beneficio de las clases cultas sino
de las clases bajas. Basta para probarlo la total impunidad de los piqueteros,
de los sindicalistas, de los que usurpan tierras o casas, a pesar de que cada
vez que cortan una calle o una ruta o cierran la salida de una fábrica o
"escrachan" a alguien, cometen varios delitos en concurso real, sin
que haya un solo Fiscal (ni siquiera Molina
Pico) que los acuse, ni un solo Juez que los condene, ni un solo policía
que los detenga. Eso a la prensa no le parece mal, porque si le pareciera mal
no se limitaría a escribir una editorial que no lee nadie de vez en cuando,
sino que haría una campaña en regla como la que hacen contra los García Belsunce.
* * *
La última noticia de esta saga
siniestra es que la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal de San
Isidro le ha negado a los condenados por "encubrimiento" del Sr. Carrascosa la libertad condicional
mandándolos a una cárcel común, aunque la pena que les impuso, de tres años, es
siempre condicional, salvo reincidencia, que no se alega en este caso.
Y la rechazó porque dijo que el
pedido de "habeas corpus" habría sido presentado "fuera de
término" (¡la libertad personal dependiendo de un término de pocas horas!)
e invocando falsamente el artículo 405 y siguientes del Código Procesal Penal,
cuando ninguno de esos artículos fija término alguno. En cambio, el artículo
407 dice que "podrá ser formulado a cualquier hora" del día o de la
noche y el 420 dice que "incurrirá en falta grave el Juez" que no
cumpliera con las disposiciones de ese Código acerca del "habeas
corpus"
* * *.
Para terminar, debo decir que me
parece insultante que esos jueces pretendan que se crea que toda una familia y
sus amigos se habrían confabulado para "encubrir" el supuesto
"crimen" del Sr. Carrascosa
contra su mujer, hermana o amiga de casi todos los condenados. ¿Por qué habrían
de encubrir semejante horror, si hubiera existido?
Me dirán que es imposible que no
se hayan dado cuenta de que la causa de la muerte fueron cinco balazos en la
nuca. Pues bien, es posible porque ni siquiera fueron advertidos por los
médicos legistas que, según menciona el Dr. Rizzi en su voto, después de practicar la autopsia de la Señora "afirman
que se percataron de la existencia de lesiones producto de arma de fuego,
cuando aserraron la calota de la víctima y examinaron el cerebro hallando las
balas, todo lo cual traduce que lo que para algunos era evidente, para otros
que son forenses especializados, era todo lo contrario."
Si hubo encubrimiento, son
sospechosos de él tanto los Fiscales actuantes desde Molina Pico en adelante, como los Jueces que condenaron a los García Belsunce y sus amigos, porque no
quisieron investigar la obvia posibilidad de que el asesino fuera una persona
de la vigilancia del "country" que estaba robando en la casa y fue
sorprendido por la Señora, que lo reconoció. Al ser atacada por aquel, ella
intentó defenderse con un palo, hirió al ladrón (es de él la sangre cuyos
rastros se encontraron en la escalera y que nunca se supo de quién eran) y éste
con la furia del inferior fuerte herido por una mujer "del country"
la persiguió escaleras arriba. Ella quiso encerrarse en el baño pero no tuvo
tiempo y el asesino la mató con un ensañamiento (cinco balazos en el mismo
lugar de la nuca) propio de un "crimen pasional", pero no de celos,
sino por una furia de canalla herido, inesperadamente, por una débil mujer que
le arruinó el “programa” de robo.
Esta investigación fue detenida
por Molina Pico probablemente para que
un vigilador, tal vez un villero, no fuera el sospechoso cuando alrededor suyo
tenía varias personas "del country" cuya acusación podía darle prensa
y honores. Ahora, 9 años después, es imposible descubrir la verdad y el
vigilador, sea o no villero, estará riéndose de los inocentes condenados y
gozando de su impunidad obtenida por el odio de clases en cuya lucha larvada él
está del lado vencedor, o sea, del lado de lo más bajo que hay en la sociedad,
que no son los pobres, sino la canalla que nos domina.
* * *
He querido comentar este asunto
espantoso a riesgo de excederme en la longitud de este artículo porque creo que
es un síntoma de la inminencia de dos gravísimos peligros:
1) La ausencia de una Justicia
imparcial y confiable, hace temer que cualquiera de nosotros puede ser acusado
de cualquier cosa en cualquier momento y ser condenado sin pruebas, dentro de
una tormenta mediática, si a la tiranía le resulta útil.
2) Hay una lucha de clases en
gestación que será sangrienta, ya sea que haya gente de bien que tenga valor
para defenderse de la chusma marxista, o que no la haya y que todo se resuelva
en una "noche de los cuchillos largos" en la que esa misma gente
perecerá sin resistencia, por cobardía, por imbecilidad y por estar totalmente
desorganizada, o deberá someterse a una humillante esclavitud.
Cosme Beccar Varela
e-mail: correo@labotellaalmar.com