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lunes, 5 de diciembre de 2011

LA ENSEÑANZA FILOSÓFICO-TEOLÓGICA HERÉTICA


Por Emilio Nazar Kasbo
¡Tantas herejías se pueden aprender en los institutos donde se enseña Filosofía y Teología! 
¡Algunas herejías de las que se enseñan requieren una inteligencia muy aguda y una espiritualidad muy elevada para encontrarlas, distinguirlas y refutarlas! ¡Y con qué precisión se enseñan las herejías!
Al que le gusta la apologética, seguramente tiene que ir a estudiar en esos Institutos y Seminarios, donde se aprenderá algo de ortodoxia, y el resto dependerá de que el Espiritu Santo lo ilumine para hallar los errores!
Por supuesto que no lo digo en tono de ofensa! Si una persona va a conocer la Verdad, y no tiene espíritu apologético de distinguir el error ¿qué verdad -con minúsculas- defenderá?
¿Acaso estudiar a Kant o a Descartes, no es estudiar una herejía?
¡Hay docentes que saben transmitirlos a la perfección en sus enseñanzas! (eso es señal de que son muy buenos transmisores)
Estoy dando solamente un ejemplo. Por supuesto que la verdad de Descartes, de Kant o de Marx es tan bien enseñada como Santo Tomás o San Agustín (a eso me refiero con aprender "algo de ortodoxia")
Entonces, el que estudia en esos lugares católicos, tales como en los Seminarios, Institutos terciarios, Universidades Católicas de diversas ciudades, etc) aprende "todas las verdades" de los autores por igual ¿Quedó claro, o necesito aclarar más? ¡Por supuesto que no hablo solamente del Instituto de Teología! Hay toda una corriente en instituciones católicas en el mismo sentido.
Y no quiero decirlo en forma reduccionista, para nada. Freud, Marx, Darwin, materialismo histórico, materialismo dialéctico, corriente histórica revisionista marxista, Kierkegaard, Deconstruccionismo, postdeconstruccionismo, conductismo, Escuela de Frankfurt, y una interminable lista es abarcada en los planes de estudio, debiendo estudiar hasta la última novedad (porque de lo contrario se queda desactualizado). Así que por eso, todo se transmite con total fidelidad a tales autores, hasta las últimas novedades, porque de ese modo el que termina la carrera conocerá todo esto como el mejor.
Si ha estudiado en un Seminario, tras toda la deformación filosófica que implican las desviaciones de lo racional (pero fielmente enseñadas tal como el autor ha expuesto sus desviaciones, eso sí), tendrá ahora toda la Teología para poder estudiarla del mismo modo en todas las desviaciones heréticas. Claro que algo de ortodoxia conocerán también, pero lo interesante es el nivel de conocimiento del razonamiento herético, transmitido con total fidelidad, tal como se hace en la Filosofía previamente estudiada.
Con toda esta mochila, el diácono ya está listo para ser sacerdote... obispo y hasta llegar a Papa.
Así, se podrá transmitir con total fidelidad a San Agustín, a Santo Tomás y a Kant y Sartre por igual.

REVALORIZAR EXISTENCIA FUERZAS ARMADAS

 Por el Grl. Bg. (R ) Augusto Alemanzor
El próximo 10 de diciembre 2011 comienza un nuevo período de gobierno, circunstancia oportuna para ratificar el propósito de revalorizar la existencia de las Fuerzas Armadas, hecho que de concretarse, abriría la esperanza de una futura reconciliación nacional.
Motiva este requerimiento, la necesidad de neutralizar y revertir el actual proceso de degradación institucional, segregación social y retracción económica en el que están sumergidas,  desde  hace más de un cuarto de siglo, pero agravado con notoria virulencia en los últimos ocho años . El propósito de revalorizarlas impone definir y establecer el posicionamiento institucional, digno y justo, que legítimamente les correspondería en el marco de la República, en coherencia con la misión de proveer a la defensa común en nombre y representación del Estado-Nación, según lo determina la Constitución.   
Hacer realidad este propósito, normalizaría la vigencia del sistema representativo y republicano, porque se les restituiría a las Fuerzas Armadas el equilibrio de su trayectoria institucional, desarticulado el 10 de diciembre de 1983, oportunidad en la que de super factor de poder político, pasaron a la deshonrosa realidad actual, ambas situaciones irregulares por anticonstitucionales .
La instrumentación autoritaria y arbitraria que se hizo de la subordinación, fue la visagra que posibilitó este cambio deliberadamente agresivo, desnaturalizando con ello el  espíritu conciliador con el que los constituyente de 1853 concibieron esta norma, transgiversada en la realidad con el Decreto 158/83, por el que se dispuso el juzgamiento de las Fuerzas Armadas como instituciones, sentándolas en el banquillo de los acusados, como responsables de todos los males que aquejaban al país  .
La pasividad e indiferencia de la sociedad en general y de los dirigentes políticos en particular, por los efectos y consecuencias negativas que generó este Decreto, posibilitó que el proceso de degradación del brazo armado nacional, se transformara en la matriz conductora de la ofensiva ideológica dirigida a instalar un nuevo modelo de país, que sustentado en el odio y la venganza, utiliza el resentimiento como instrumento de acción para promover un revisionismo histórico sectario .
El centro de gravedad de esta ofensiva está dirigido a quebrar la moral del componente humano, médula espinal que nutre y consolida la estructura espiritual de las Fuerzas Armadas. Prueba irrefutable de este accionar lo constituye el desamparo jurídico y denigrante tratamiento, al que están actualmente sometidos un número alarmante de sus integrantes, tendenciosamente juzgados por una supuesta participación profesional en el marco institucional, cumpliendo la misión impuesta por un gobierno constitucional .
Hasta tanto no se cierre esta herida, abierta por la virulenta segregación a la que están sometidas las instituciones militares, la vigencia del estado de derecho será una ilusión y una meta inalcansable, las perspectivas de una sólida integración nacional, síntomas graves de un país enfermo, que condicionan el futuro de la Argentina como Nación .
Buenos Aires, 23 de noviembre 2011
AUGUSTO ALEMANZOR
Grl.Bg.(R)
D.N.I. 6734117        

OBISPO CORRIGIÓ NUEVO MISAL ROMANO NOVUS ORDO EN ESTADOS UNIDOS



Monseñor Robert J. Foys, Obispo de Covingnton, en EE.UU. ha dirigido a sus fieles, con fecha 18 de noviembre, una Carta Pastoral anunciando la entrada en vigor de la nueva traducción del Misal Romano, Novus Ordo, en EE.UU., y un decreto puntualizando algunas cuestiones sobre materia litúrgica.

El Obispo recuerda que nadie, ni sacerdotes ni fieles, tiene derecho a introducir ninguna innovación en la Sagrada Liturgia, según lo dispuesto por el Concilio Vaticano II en la constitución Sacrosantum Concilium.
Por lo tanto, las acciones y posturas de los fieles deben ser las que establece la Ordenación General del Misal Romano y aquellas que, en virtud de esta ordenación, pueden ser reguladas en cada país.
En Estados Unidos, continúa el obispo, está prescrito que los fieles se arrodillen desde el Sanctus hasta el "gran Amén" (es decir todo el Canon). Y también deben arrodillarse tras el Agnus Dei hasta el momento de comulgar. Por su parte los diáconos se arrodillarán desde la Epíclesis hasta la ostensión del cáliz.
Respecto a la oración del padrenuestro, según la Ordenación General del Misal Romano solo el sacerdote está establecido que extienda las manos.
Ni los diáconos ni los fieles.
Por lo tanto los fieles no extenderán las manos, y tampoco se tomarán de las manos con otros fieles.
   
Fuente: http://surgepropera.blogspot.com/2011/12/un-poco-mas-claro-que-las-ultimas.html 
 
    

DESVENTURADOS LIBERALES




El pensamiento de Mons. Richard Williamson
Obispo de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X

Número CCXXIX (229)
03 de diciembre 2011

El liberalismo es una enfermedad espantosa, que lleva millones y millones de almas al Infierno eterno. “Libera” la mente de la verdad objetiva y el corazón (voluntad y afectos) del bien objetivo. El sujeto reina supremamente. Es el hombre en lugar de Dios, con el hombre permitiéndole a Dios solamente la importancia que el hombre elige permitirle, y esa normalmente no es mucha. ¡Dios Todopoderoso está atado con una correa, por así decir, como un cachorrito obediente! De hecho el “Dios” de los liberales es una burla del verdadero Dios. Pero “Dios no se deja burlar” (Gal. VI, 7). Los liberales están castigados en esta vida volviéndose falsos cruzados, verdaderos tiranos, y hombres afeminados.

Un ejemplo clásico del falso cruzado lo dan los sacerdotes revolucionarios de la Teología de la liberación, según el Arzobispo Lefebvre en una conferencia que pronunció en América del Sur. El acostumbraba decir de los sacerdotes, habiendo perdido (1) la Fe bajo la influencia del movimiento modernista (2) en la Iglesia, (3) se habían convertido en los mas temibles revolucionarios porque (4) a la falsa cruzada del Comunismo ellos debían oponer (5) toda la fuerza de la verdadera cruzada para la salvación de las almas, en la cual habían sido entrenados, pero en la cual no creían más.

Siendo la verdadera cruzada para Dios, para Jesucristo, para la salvación eterna, entonces cuando ya no se cree en ella deja correspondientemente un vacío enorme en la vida de la gente, el cual ellos tratan de llenar lanzándose a la cruzada que es por ninguna cosa importante e impulsada por cualquier motivo (6): por la prohibición del tabaco (pero libertad para la marihuana y la heroína); por la prohibición de la pena capital (pero libertad para ejecutar extremistas de derecha (7)); por la prohibición de tiranos (pero libertad  para bombardear cualquier país para llevarlo a la “democracia”); por la sacralidad del hombre (pero libertad para abortar el bebé humano en el seno de la madre) – la lista puede seguir indefinidamente. Estas contradicciones así resaltadas están perfectamente en consonancia con la cruzada de los liberales para reemplazar el orden Cristiano del mundo por el nuevo orden mundial (8). Ellos pretenden que no están combatiendo a Cristo, pero tal fábula resulta cada vez menos creíble.

Los liberales se vuelven también “lógicamente” verdaderos tiranos. Ya que ellos mismos se han “liberado” de cualquier Dios, o Verdad o Ley por encima de ellos, y entonces permanece solamente la autoridad de sus propios espíritus y voluntades para imponer a sus contemporáneos lo que sea. Por ejemplo, habiendo perdido todo sentido de cualquier Tradición que limite su autoridad, Pablo VI impuso a la Iglesia Católica en 1969 su Nuevo Orden de la Misa, para encajar con el Nuevo Orden Mundial, a pesar de que apenas dos años antes un número importante de obispos había rechazado un rito experimental de la Misa substancialmente parecido. ¿Qué atención prestó a las opiniones de cualquier subordinado a él, a menos que fueran liberales como él mismo? (9). Ellos no sabían lo que era bueno para ellos. El sí.

Lógicamente de nuevo, los liberales se vuelven afeminados porque no pueden evitar tomar todo a título personal. Sin embargo, cualquier oposición sana a su autoritarismo está fundada sobre la Verdad o la Ley por encima de todos los seres humanos, de las cuales los liberales se mofan. Es así como el Arzobispo Lefebvre resistió al liberalismo de Pablo VI, pero Pablo VI no pudo pensar otra cosa que el Arzobispo quería tomar su lugar como Papa, como él mismo se lo dijo personalmente. Estaba incapacitado para entender que había una autoridad muy por encima de la suya propia, en la cual el Arzobispo se apoyaba con toda tranquilidad. ¿Quién necesita preocuparse de que el Señor Dios jamás falla  (10)?

Sagrado Corazón de Jesús, concédenos el merecer los buenos jefes que sólo pueden venir de Ti.

Kyrie eleison.

NOTAS DE DIARIO PREGÓN DE LA PLATA: En el original en castellano traducido del inglés dice:

(1)   perdiendo
(2)   modernizante
(3)   que ellos
(4)   traían
(5)   Agregado en nuestra edición el texto en cursiva
(6)   por cualquier cosa. El texto original del inglés fue sustituido en nuestra edición por el texto en cursiva.
(7)   derechistas eficaces. El texto original del inglés fue sustituido en nuestra edición por el texto en cursiva.
(8)   del mundo
(9)   En el original en castellano: “¿Qué le importó las opiniones de cualquier subordinado, a menos que fueran liberales como él mismo?”. Sustituido en nuestra edición por el texto en cursiva.
(10)     nos falle alguna vez?

MONS. AGUER HABLÓ DEL NACIMIENTO DE JESÚS, DEL APOCALIPSIS, Y DE LA ESPERANZA SOBRENATURAL



En el programa “Claves para un Mundo Mejor” (América TV), Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, dedicó su habitual reflexión televisiva al comienzo del tiempo litúrgico del Adviento con una bella enseñanza de la virtud teologal de la Esperanza.

Comentó “que son las cuatro semanas en las cuales nos preparamos para celebrar la próxima Navidad”, recordando que “la Navidad representa para nosotros el acontecimiento central de la historia humana que es la venida de Cristo” y que “el Tiempo de Adviento no solamente se refiere a ese hecho pasado, que es siempre presente, sino que también nos dirige hacia el acontecimiento futuro que es la segunda venida de Jesús”.

“Por la fe nosotros creemos en la vida eterna. Creemos que Jesucristo nació en Belén, vivió, murió y resucitó para abrirnos las puertas de la vida eterna. Creemos que en su segunda venida, precisamente, concluirá la historia humana e introducirá a su Iglesia en la bienaventuranza”, explicó.

Y añadió: “Nosotros por la esperanza aguardamos ese dichoso final que será nuestra plena realización. Lo deseamos, confiadamente, lo aguardamos y lo deseamos con pasión, apoyados en la gracia que nos da el Espíritu Santo, en la misericordia omnipotente de Dios. Por la esperanza teologal nos situamos especialmente en el nivel, a la altura, de aquel premio definitivo, de la auténtica felicidad que es la vida eterna en la comunión con Dios para siempre”.

En su catequesis televisiva, el prelado recordó que “los antiguos, los filósofos paganos, decían de la esperanza concreta del hombre, de la esperanza humana, que es la elevación del ánimo” y destacó que “creer en la vida eterna no es una quimera, no es una fantasía. Nosotros creemos en la vida eterna por la fe, pero estamos ordenados a ella, la deseamos y la aguardamos por la esperanza. Quiere decir que la esperanza teologal nos pone en comunicación, en comunión con Dios. Es en nosotros una facultad, una función de la gracia de Dios, que nos eleva a ese plano divino”.

Luego se detuvo en la enseñanza de Santo Tomás de Aquino que decía, respecto de la Esperanza teologal, “que de Dios no podemos esperar menos que a Dios mismo. Es decir que por la Esperanza esperamos de Dios y esperamos a Dios”. Por eso, para un cristiano “desde esta cima de la esperanza teologal, se esclarecen y adquieren sentido y consistencia todas las legítimas esperanzas humanas. Con esta esperanza orientada a la vida eterna nosotros esperamos muchas cosas buenas para nuestra vida temporal”.

Mons. Aguer manifestó que “todas las rectas esperanzas humanas tienen que ser medios, instrumentos, para alcanzar aquel último fin, y en ese sentido son asumidas por la esperanza teologal. Así el talante espiritual, psicológico, afectivo, de la esperanza colorea la vida del cristiano”.

Recordó que el Apóstol San Pablo a las primeras comunidades les decía que debían estar alegres por la Esperanza”, y por eso “a pesar de las muchas cosas que tengamos que afrontar y que no son nada agradables, a pesar de que muchas de nuestras pequeñas esperanzas cotidianas no se cumplan e incluso se frustren dejándonos una buena cuota de dolor, sin embargo, nos alegramos por aquella esperanza fundamental que da sentido y orientación a nuestra vida. Así también aprenderemos en qué cosas debemos poner nuestra esperanza”.

Transcribimos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:
“Estamos viviendo el tiempo litúrgico de Adviento, que son las cuatro semanas en las cuales nos preparamos para celebrar la próxima Navidad”.

“La Navidad representa para nosotros el acontecimiento central de la historia humana que es la venida de Cristo. Pero el Tiempo de Adviento no solamente se refiere a ese hecho pasado, que es siempre presente, sino que también nos dirige hacia el acontecimiento futuro que es la segunda venida de Jesús. En el Credo profesamos que volverá, con gloria, para juzgar a  vivos y muertos y su Reino no tendrá fin”.

“Entonces, el Adviento tiene esta doble dimensión: por un lado celebramos el primer nacimiento de Jesús, su primera venida, y por otro lado, aguardamos su segunda venida, la afirmamos en la fe. Pero de uno y otro Adviento recogemos la actualidad de la presencia del Señor, que ha venido, viene continuamente con su gracia y vendrá definitivamente al fin de los tiempos”.

“Por la fe nosotros creemos en la vida eterna. Creemos que Jesucristo nació en Belén, vivió, murió y resucitó para abrirnos las puertas de la vida eterna. Creemos que en su segunda venida, precisamente, concluirá la historia humana e introducirá a su Iglesia en la bienaventuranza.”.

“Nosotros por la esperanza aguardamos ese dichoso final que será nuestra plena realización. Lo deseamos, confiadamente, lo aguardamos y lo deseamos con pasión, apoyados en la gracia que nos da el Espíritu Santo, en la misericordia omnipotente de Dios. Por la esperanza teologal nos situamos especialmente en el nivel, a la altura, de aquel premio definitivo, de la auténtica felicidad que es la vida eterna en la comunión con Dios para siempre”.

“¿Cómo podemos desear eso? ¿Cómo nos hacemos capaces de aguardarlo como algo realmente posible, que debemos conquistar con la ayuda de la gracia de Dios? Precisamente por esta especie de elevación que produce en nosotros la Esperanza”.

“Los antiguos, los filósofos paganos, decían de la esperanza concreta del hombre, de la esperanza humana, que es la elevación del ánimo”.

“Creer en la vida eterna no es una quimera, no es una fantasía. Nosotros creemos en la vida eterna por la fe, pero estamos ordenados a ella, la deseamos y la aguardamos por la esperanza. Quiere decir que la esperanza teologal nos pone en comunicación, en comunión con Dios. Es en nosotros una facultad, una función de la gracia de Dios, que nos eleva a ese plano divino”.

“Santo Tomás de Aquino decía, respecto de la Esperanza teologal, que de Dios no podemos esperar menos que a Dios mismo. Es decir que por la Esperanza esperamos de Dios y esperamos a Dios”.

“Ahora bien, para un cristiano, desde esta cima de la esperanza teologal, se esclarecen y adquieren sentido y consistencia todas las legítimas esperanzas humanas. Con esta esperanza orientada a la vida eterna nosotros esperamos muchas cosas buenas para nuestra vida temporal. Pero ¿por qué podemos esperarlas así? Precisamente porque las conectamos con aquello que es nuestro último fin. “Decía yo: “todas las legítimas esperanza humanas”. Todas las rectas esperanzas humanas tienen que ser medios, instrumentos, para alcanzar aquel último fin, y en ese sentido son asumidas por la esperanza teologal. Así el talante espiritual, psicológico, afectivo, de la esperanza colorea la vida del cristiano. En este tiempo de Adviento, sin duda, pero de algún modo siempre porque podemos interpretar el Adviento como una especie de parábola litúrgica de la existencia cristiana. Por eso el Apóstol San Pablo a las primeras comunidades, sobretodo a los Romanos, les decía que debían estar alegres por la Esperanza”.

“A pesar de las muchas cosas que tengamos que afrontar y que no son nada agradables, a pesar de que muchas de nuestras pequeñas esperanzas cotidianas no se cumplan e incluso se frustren dejándonos una buena cuota de dolor, sin embargo, nos alegramos por aquella esperanza fundamental que da sentido y orientación a nuestra vida. Así también aprenderemos en qué cosas debemos poner nuestra esperanza”.