¿QUE ESTA PASANDO EN LA PLATAFORMA CONTINENTAL ARGENTINA, EN EL MAR ARGENTINO Y EN NUESTRO SECTOR ANTARTICO?
Autor:
Ulises
Fuente: http://fmsoberaniactes.wordpress.com/2010/03/31/%C2%BFque-esta-pasando-en-la-plataforma-continental-argentina-en-el-mar-argentino-y-en-nuestro-sector-antartico/
NOTA DE DIARIO PREGÓN DE LA PLATA: El artículo referido se encuentra fechado el 10 de marzo de 2010. No hay mayores informaciones más que la publicada en su oportunidad en nuestro medio. La desinformación sobre la actual situación de esta temática continúa, mientras existen graves responsabilidades políticas de funcionarios que pueden calificarse como "traición a la Patria".
(Sobre la autoría del
trabajo puedo decir que se trata del resultado de experiencia
perseverancia y profesionalidad. Ing. Mario Cafiero).
“La libertad de
expresión no significa que cada cual diga lo que quiera, sino
garantizar que todo lo que haya que decir sea dicho, y que los
ciudadanos cuenten con la información necesaria para poder evaluar a
los gobiernos… Que el debate público sobre los temas de importancia, de
mayor importancia, sea amplio, abierto y robusto.”
Owen Fiss
(profesor en Yale y ex secretario de la Justicia de los EEUU. Publicado
en La Nación 23/07/08)
I. LA DISPUTA DE LOS RECURSOS NATURALES DEL
ATLANTICO SUR Y LA ANTARTIDA:
Los acontecimientos y el debate
generados en el país a partir del dictado de la Resolución 125 de
retenciones móviles determinaron la inclusión definitiva del tema del
campo, su realidad y sus recursos como cuestión prioritaria y esencial
en la agenda de todos los sectores de la sociedad argentina y de su
dirigencia.
También destacaron la importancia de la cuestión
institucional, el rol del Parlamento y que el debate público, robusto y
comprensible para la ciudadanía es el camino para afianzar una República
representativa, democrática y federal; de conformidad con la
Constitución Nacional y el sentir unánime y legítimo de la sociedad
argentina.
Este aprendizaje democrático colectivo debe servirnos como
guía para enfrentar otros desafíos comunes a nuestro destino nacional.
Me refiero concreta y específicamente a la cuestión del Mar Argentino y
su plataforma continental en torno a Malvinas, Antártida y archipiélagos
australes. Una asignatura pendiente de máxima y similar magnitud que no
ha sido realizada, fundamentalmente por el desconocimiento y la
desinformación inducidos por el sistemático hermetismo que la encubre,
en particular desde 1989.
Me refiero a los inmensos recursos
minerales, pesqueros, genéticos, biodiversidad, etc.; de esa inmensa
pampa sumergida que la naturaleza, el derecho, la geografía y – para los
creyentes- la Providencia han colocado frente a nuestras costas.
Recursos que han mul-tiplicado su valor por su carácter prístino, en un
mundo depredado y ecológicamente contaminado.
La tenencia de
recursos naturales parece ser el tema central de la geopolítica en el
siglo XXI. Un ejemplo de ello es la severa puja por la delimitación y
apropiación de los recursos del Ártico, de la cual son protagonistas:
EEUU, Rusia, Canadá, Noruega y Dinamarca. La intensidad y contornos
conflictivos que la misma ha adquirido, deben servirnos de llamado de
atención para la cuestión de los recursos naturales de la Antártida y el
Atlántico SUR
El redespliegue de la IV Flota de los EEUU no es ajeno
a la trascendencia que los poderes del mundo otorgan a este vasto
reservorio de recursos de todo tipo.
El Atlántico Sur se ha
convertido en la vedette y el centro de la exploración y explotación de
petróleo offshore a nivel planetario, sustituyendo rápidamente al Mar
del Norte, pionero en la materia en la década de los 70. Nuestro vecino
Brasil y desde la otra costa Nigeria, Guinea Bissau, Angola y otros
Estados africanos, todos ellos ribereños del Atlántico Sur son países en
pleno auge petrolero.
Es decir que el control de los recursos
naturales, central a los problemas del Atlántico Sur, no es una obsesión
de un grupo de trasnochados sino una cuestión real y de candente
actualidad.
I. ¿Que esta en juego?: 400 millones de hectáreas.
Gran
Bretaña disputa a la Argentina más de 3.000.000 de km2 de plataforma
continental en Malvinas, Georgias, Sándwich y Antártida. Se trata de la
mayor controversia por territorios marítimos del planeta. Implica una
enorme superficie marina y submarina que se extiende desde áreas
adyacentes a las costas patagónicas y el sur de la Provincia de Buenos
Aires, a través del Atlántico Sur y sus Islas hasta el Polo Sur. No
existe en el mundo controversia alguna de esta magnitud y potencial de
recursos geoeconómicos en disputa.
Sin embargo, no hay signos de
actividad relevante alguna por parte de nuestro país y parece que la
pasividad Argentina en esta materia marca la única excepción. Mientras
que por el contrario, se verifica una hiperactividad británica en
Malvinas, Georgias, Sándwich del Sur y Antártida, de la que existe
amplia información accesible en el web-site de la Falkland Islands.
La
plataforma continental es la prolongación natural submarina del
territorio de un Estado ribereño y desde el punto de vista jurídico
significa obtener los derechos soberanos sobre la exploración y
explotación de todos los recursos del área con exclusión de terceros
Estados. Argentina es un país pionero en esta evolución del derecho del
mar, ya que el 11 de octubre de 1946 el entonces Presidente J.D. Perón
firma el Decreto 14708 que proclamó la soberanía sobre el zócalo y mar
epicontinental.
Luego le sucedieron la declaración del presidente
Truman de los EEUU y las reivindicaciones de Perú, Chile y Ecuador en
el Pacifico. En 1982 las Naciones Unidas adoptan la Convención de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, conocida como CONVEMAR. En su
art. 76 la CONVEMAR fija un limite mínimo de doscientas millas marinas
medidas desde la costa y permite su extensión hasta 350 millas y aun más
allá en casos excepcionales para los Estados cuyo lecho y subsuelo
marinos presenten cier-tas características geológicas batimétricas y
orográficas definidas en el mismo art. 76.
Para consolidar derechos
soberanos más allá de las doscientas millas es necesaria la
presentación y aprobación de la Comisión de Limites de la Plataforma
Continental (CLPC) de Naciones Unidas dentro de un plazo. Más allá del
límite externo de la plataforma continental los fondos marinos son
patrimonio común de la humanidad.
La reivindicación de
plataforma es un “juego de suma cero”: lo que no se le reconozca a un
Estado ribereño, será apropiado por otro Estados ribereños, o por
Estados con reclamos superpuestos o por “la Humanidad”, cuyo patrimonio
administra la Autoridad Internacional de Fondos Marinos.
Por la
característica de nuestras costas la Argentina podría incorporar a su
territorio una superficie adicional de aproximadamente 4.000.000 de km2 o
sea 400.000.000 de hectáreas de esta nueva “pampa sumergida”.
La
disparada de los precios de los combustibles, el agotamiento de las
reservas argenti-nas de gas y petróleo, y la gravísima situación de
escasez de energía que afecta muy seriamente nuestro país, hacen
imperiosa la incorporación efectiva de la plataforma conti-nental, y
comenzar cuanto antes la exploración y explotación del petróleo y gas
que se encuentran en el subsuelo marino.
Según la información del
máximo experto oficial británico sobre este tema, Christ Carleton, Jefe
de la División del Derecho del Mar de la Oficina Hidrográfica
Británica, el volumen del petróleo existente bajo el mar solo en la
región de Las Malvinas es inmen-so, ya que pruebas sísmicas indican que
allí hay alrededor de sesenta mil millones (60.000.000.000) de barriles
de crudo. (The Guardian 20/9/2007: “¿El nuevo imperio británico? El
Reino Unido planea anexar el Atlántico Sur”, Ver Anexo).
Estas
magnitudes son similares a los recientes descubrimientos de petróleo
oficialmente anunciados por Brasil con respecto a su propia y vecina
plataforma. Asimismo el gobierno de Brasil habría suministrado en el
más alto nivel oficial (Presidencia y Cancillería) información precisa
al gobierno argentino, indicando que sus estudios sísmicos permiten
determinar que la magnitud del potencial petrolero submarino argentino
es similar y podría ser aun mayor que el de la plataforma continental
brasileña.
En términos de bienestar concreto para nuestra población, a
cada argentino cualquiera sea su edad o sexo, incluidos los isleños
nacidos en Malvinas les corresponderían 1500 barriles de petróleo, o sea
200.000 dólares tomando un precio de 135 U$S/barril. Y esto
considerando exclusivamente lo que se refiere al petróleo de la
plataforma que rodea Malvinas.
Naturalmente existirían costos de
exploración y explotación a ser tenidos en cuenta, pero de todos modos
el margen de esta nueva renta petrolera sería enorme para la economía
nacional y sus propietarios somos los 40 millones de argentinos.
Esta
fabulosa riqueza torna manifiestamente absurda toda estrategia centrada
en la “seducción” de los isleños, quienes, por supuesto siempre
preferirán ser billonarios a dejarse seducir.
Incorporar
definitivamente los recursos de la plataforma continental y extraerlos o
NO hacerlo o hacerlo negligentemente, hará la diferencia entre el
desarrollo y la prosperidad o el progresivo estancamiento y distribución
de la pobreza para nuestra población.
El problema -dilema- es
perentorio y de máxima urgencia. El plazo que tiene la argentina para
efectuar su presentación ante la Comisión de Limites de la Plataforma
Continental (CLPC), vence indefectiblemente el 13 de mayo de 2009.
La
fecha del 13 de mayo del 2009 no es tentativa sino definitiva. Se trata
de una última oportunidad, ya que en el 2005 la Argentina pidió la
única prorroga posible. No lo hicie-ron otros países que obraron de
forma más diligente.
Es conveniente destacar los claros términos del
derecho internacional vigente: “La pre-sentación se efectuara lo antes
posible, y en todo caso dentro de los diez años siguien-tes…” (CONVEMAR
Anexo 2, art. 4). La fecha indicada es pues un plazo máximo y
3
así
los entendieron todos los Estados ribereños con importantes plataformas
continenta-les. La única excepción a esta regla de oro de la
presentación oportuna y temprana es la Argentina.
En efecto, según
Documento Oficial de la CLPC -actualizado al 17/6/2008- efectuaron sus
presentaciones los siguientes Estados: Federación Rusa 2001, Brasil
2004, Australia 2004, Irlanda 2005, Nueva Zelanda 2006,
Francia-Irlanda-España y Gran Bretaña 2006, Noruega 2006, Francia 2007,
Méjico 2007, Barbados 2008, Gran Bretaña 2008, Indone-sia 2008 (Anexo
2).
Cabe señalar que EEUU, Dinamarca y Canadá no están sometidos al
plazo del 13 de mayo del 2009, disponiendo Dinamarca de plazo hasta el
16/11/2014 y Canadá hasta el 7/11/2013. EEUU no se sujetó a plazo alguno
por no haber ratificado la CONVEMAR, aunque como es público y notorio
ha dispuesto recientemente -por un decreto presidencial- la iniciación
de la explotación de hidrocarburos en las plataformas submarinas de
Alaska y el Pacífico, poniendo fin a la veda hasta entonces imperante.
II.
¿Que se ha hecho a la fecha en nuestro país?
La COPLA (Comisión
Nacional del Limite de la Plataforma Continental) creada en el ámbito
del MRREE por ley 24815 en el año 1997 es una Comisión interministerial
cuyo objetivo es elaborar -de conformidad con lo establecido por la
CONVEMAR- una pro-puesta definitiva para el limite exterior de la
plataforma continental argentina y obtener la aprobación internacional
de esta propuesta por la Comisión de Limites de la Plataforma
Continental (CLPC) de las Naciones Unidas, con sede en Nueva York,
consolidando el ejercicio de los derechos soberanos de nuestro país
sobre los recursos existentes en un vastísimo territorio.
De acuerdo
a la escuálida información disponible, podemos trazar el siguiente
cuadro de situación:
1) Superficie a relevar:
En todos los
documentos de la COPLA y de la Cancillería se efectúa siempre la misma
estimación de 1.000.000 de km2. No se suministra fundamento alguno para
dicha afirmación, ni se hacen referencias geográficas concretas. Esta
cifra es sensiblemente menor a otras estimaciones y parece excluir la
plataforma continental antártica.
Falta también toda referencia
geográfica clara, en los documentos conocidos de la CO-PLA y de la
Cancillería que se refieren a las campañas oceanográficas. Hacen
referencia a actividades entre el Río de La Plata y el golfo San Jorge, y
a campañas de recolección de datos al “noroeste” de las Islas Malvinas.
Recién en mayo del 2008 hay referencias “por primera vez” a trabajos
realizados por el Buque Puerto Deseado en el área Malvinas y Georgias.
No existe referencia alguna, ni siquiera de tipo general a la plataforma
continental antártica y subantártica. En realidad se relevan las zonas
de menor potencial y se ignoran o postergan las más relevantes.
2)
Medios disponibles:
Flota utilizada para el relevamiento: dado que se
trata de una labor esencialmente oceanográfica el instrumento idóneo
son naturalmente los buques. La Argentina ha per-dido en 1989 -en la
Antártida- por hundimiento el buque Bahía Paraíso, y no fue
reemplazado. En abril de 2007, se incendió el Almirante Irizar y no fue
reparado ni reemplazado. La perdida del A. Irizar conllevó la
inutilización de los dos helicópteros de buen porte de los que disponía.
En enero de 2008 sufrió serias averías el ARA Puerto Deseado
que fue auxiliado y reparado. Otros buques han sido retirados de
servicio por obsolescencia.
En resumen, tal como señala un documento
oficial ( pag. 46 Convenio Gobierno argen-tino – PNUD) “El buque
oceanográfico Puerto Deseado constituye la única unidad oceanográfica
adscripta al Servicio de Ideografía Naval y es prácticamente el único
buque de investigación del Estado Argentino con capacidad para efectuar
un releva-miento batimétrico en aguas profundas (con profundidades
superiores a los 5.000 me-tros), en las condiciones requeridas por las
Directrices Científicas y Técnicas del CLPC de la CONVEMAR”.
La
austeridad, que se refleja en la unicidad de la flota – o sea UN solo
buque- asignado a tan importantes tareas, constituye un caso único de
minimalismo que contrasta con la variedad y diversidad de elementos y
buques de todo tipo utilizados por el resto de los países que realizan o
realizaron tareas similares. Una vez mas la Argentina es un caso único y
no en el mejor de los sentidos.
Esta austeridad se convierte en
menesterosidad cuando leemos en los informes de la COPLA que para el
relevamiento se han utilizado “buques de oportunidad”(o sea: usando el
“dedo”). Una extraña denominación que no aclara de que tipo o
nacionalidad eran esas “oportunidades”. Reconoce la COPLA y la
Cancillería haber utilizado los servicios de un buque propiedad del
Estado alemán (confederado del Estado británico en la Unión Europea).
3)
Presupuesto:
La escasísima información difundida se limita a hacer
vagas referencias al decreto 732 del año 2000, y al Programa PNUD
(Programa Naciones Unidas para el Desarrollo) que “coordina y supervisa
los gastos”. Hay también quejas de la misma COPLA por demoras de tipo
administrativo y contable. Es positivo destacar que el Congreso Nacional
aprobó por unanimidad en ambas cámaras una partida de 40.000.000
pesos/dólares hacia el mes de octubre del 2000 a pedido del entonces
Presidente De la Rua. El Congreso conciente de la trascendencia
nacional de las tareas de la COPLA aprobó sin dila-ciones el
requerimiento del PEN.
Sorprendentemente el mismo PEN vetó su propio
requerimiento mediante el decreto Nro 1003 del 2000, sin fundamento
expreso y trasladando, casi de inmediato, al funcio-nario que había
solicitado los fondos. Otro caso único: el PEN veta un aumento de
pre-supuesto que el mismo había solicitado poco antes al Congreso.
Cabe
señalar que por ese entonces -fines del año 2000 -disponíamos de una
flota, de un horizonte de nueve años para llevar adelante la tarea y de
la importante suma que el Congreso había otorgado y el PEN rehusó
recibir. Pareciera ser un caso de boicot o auto boicot donde se lesionó
la autonomía financiera y la confidencialidad de los trabajos de la
COPLA que paso a depender de un Programa Internacional con los
consiguientes condicionamientos. En otras palabras, la Argentina supo
tener plata propia, buques y tiempo; la plata la vetó el propio PEN, el
tiempo pasó y los buques envejecieron, se averiaron o se incendiaron.
Supo la COPLA tener… pero empezó a padecer y no delineó la frontera, que
siempre es difícil cuidar…
4) Confidencialidad:
Es obvio que la
masa crítica formada por los datos obtenidos del relevamiento de
nuestro lecho y subsuelo marino son un material de alto valor
estratégico y comercial y, por tanto, de estricta confidencialidad. En
especial con referencia a la prospección minera y de hidrocarburos. Una
máxima que circula entre los expertos internacionales es que donde
hay plataforma continental puede haber petróleo, pero que donde hay
petróleo siempre hay plataforma continental.
Los datos recogidos por
la COPLA no tienen garantía real de confidencialidad por cuan-to han
sido compartidos al menos con el PNUD y con un barco del Estado alemán,
tal vez también con anónimos buques de oportunistas y probablemente con
incluso los bri-tánicos, por acuerdos o entendimientos firmados en la
cancillería y guardados hasta aho-ra bajo siete llaves. La
confidencialidad e incluso el hermetismo han sido firmes y constantes
solo frente y contra la opinión pública, la sociedad en general y los
me-dios de comunicación argentinos.
5) Hermetismo y desinformación a
la opinión publica, los medios de prensa y la sociedad argentina:
El
gobierno y en particular la Cancillería deben informar al Parlamento
Nacional y a la opinión pública en forma detallada y precisa cuales
fueron los acuerdos, entendimientos y contenidos de las reuniones
celebradas con los británicos y acompañar los textos correspondientes.
Se
reitera que la fijación de límites territorial es función del Congreso
nacional y que la publicidad y responsabilidad de los actos de gobierno y
el derecho de los ciudadanos a la información son principios básicos de
todo sistema republicano consagrado desde el comienzo de nuestra vida
independiente. Naturalmente, no pueden existir secretos para los
argentinos de actos informaciones o documentos conocidos por los
británicos y/u otros estados extranjeros.
6) Autoridades de la COPLA:
Es
necesario conocer la nomina completa de los presidentes de la COPLA de
su funda-ción en 1997 y el período durante el cual se desempeñaron y las
tareas realizadas por cada responsable. Por ejemplo llama la atención
que la misma persona haya ocupado simultáneamente los cargos de
Presidente de la COPLA y de la CARU, (Comisión Administradora del Río
Uruguay) cuya gestión coincidió con el conflicto todavía abierto con
nuestros hermanos uruguayos por las papeleras de Gualeguaychu.
La
COPLA dispone en sus presupuestos anuales y ha utilizado partidas
especiales para la difusión de sus actividades.
7) El festejo
anticipado y ficticio de obras no realizadas constituye otro acto
excepcional:
Las autoridades argentinas, Ministra de Defensa,
vicecanciller y presidente de la CO-PLA y el diputado Basteiro coinciden
en considerar finalizadas las tareas de la COPLA al “ver coronado con
éxito” dicho esfuerzo. Se festeja el logro ficto en el Palacio San
Martín (ver Clarín 26 de julio de 2008, página 20) y el Proyecto de
Resolución 3916/2008 -del referido parlamentario- expresa “el
beneplácito de la Cámara de Diputa-dos por la labor que permitió
delimitar los limites exteriores del Mar Argentino”.
Simplemente,
nada de eso es cierto. Las tareas de la COPLA y sus tribulaciones
terminaran solo con la aprobación en Nueva York de la presentación
argentina. Al día de hoy no hay ni presentación, ni mucho menos
aprobación, solo la recolección de datos parciales que
irresponsablemente no incluirían a la Antártida y que aún están
pendientes de procesamiento.
Es una burla a la opinión pública
festejar por adelantado la finalización de una obra cuando esta todavía
se encuentra en la etapa de colocación de los primeros cimientos.
III.
Situación en relación con nuestra controversia con el Reino Unido sobre
Malvinas, Islas del Atlántico Sur, Antártida y espacios marítimos
adyacentes
Naturalmente la COPLA y sus tribulaciones arriba
reseñadas constituyen solo un seg-mento -importante sin duda-, de la
cuestión de disputa de la soberanía con el Reino Unido. A partir de la
firma de los llamados acuerdos de Madrid –octubre de 1989 y enero 1990-
la Argentina se embarca en lo que se ha denominado “un política de
Estado” sobre estas cuestiones.
Si se descarta el palabrerio
distractivo y la concentración en cuestiones laterales (ositos,
cotillon, viajes, auto elogios, etc.), resulta obvio que la sustancia de
la cuestión pendiente con el Reino Unido consiste casi exclusivamente
en una controversia sobre enormes territorios fundamentalmente marítimos
y su colosal potencial de recursos naturales.
El balance de dicha
política es a todas luces un fracaso sin fisuras y esta reflejado en
cifras concretas que pueden ser fácilmente verificadas con la simple
ayuda de un compás y un mapa.
En 1989/90 el Reino Unido pretendía
jurisdicción pesquera sobre 214.000 km2 en el Atlántico Sur y no había
delineado ni reclamado específicamente plataforma continental en la
zona.
Luego de los acuerdos de Madrid se apropio ilegalmente de
1.081.941 km2 en torno a Malvinas, Georgias y Sándwich en carácter de
zona económica exclusiva pesquera y de 1.650.000 km2 de plataforma
continental en la misma área.
Comenzó desde principios de la década
del 90, y luego de los consiguientes acuerdos pesqueros firmados con la
Republica Argentina en el contexto de esta nueva política, una
explotación intensiva, expansiva y progresiva de los recursos icticolas
de este área que no excluyo su virtual depredación.
Con respecto a la
plataforma continental luego de firmado el Acuerdo Argentino –británico
Rifking-DiTella en 1995 sobre hidrocarburos submarinos en le Atlántico
Sur, comenzó la actividad prospectiva y exploratoria en la zona con la
creciente presencia de plataformas y tecnologías para el caso.
La
referida expansión ilegitima, primero normativa y luego fáctica abarcó
el primer pe-riodo de las relaciones argentino británicas. Hoy esta
cifra de 1.650.000 km2 de plata-forma británica pasara en breve a
4.000.000 de km2.
Frente a tal atropellada, los operadores del
establishment seductor contestaron con nuevos mohines, mascaras y
paraguas de soberanía fabricados a medida de las circunstancias.
Un
ejemplo adicional de hermetismo puertas adentro es el Acuerdo firmado
con Gran Bretaña los días 8 y 20 de junio del 2001 sobre plataforma
continental. Solo en septiem-bre del 2005 y ante una requisitoria
parlamentaria la Cancillería informó sucintamente que: “el 8 y 20 de
junio la Republica Argentina y el Reino Unido concluyeron un Acuerdo por
Canje de Notas bajo la formula de soberanía, sobre intercambio de
in-formación acerca de las actividades preparatorias de las respectivas
presentaciones ante la Comisión de Limites de la Plataforma Continental.
A este respecto se han realizado dos reuniones en Buenos Aires, en
junio de 2001 y en diciembre de 2004”.
Reitero que esta información
no es pública y solo fue divulgada como resultado de una requisitoria
parlamentaria que consistió en un pedido de juicio político que varios
diputados nacionales, por instancia del entonces diputado Mario
Cafiero, le promovieran al entonces Canciller Bielsa – en el mes de
junio del 2005 – por su inacción ante la incor-poración de las Malvinas y
Antártida como territorio de ultramar en el proyecto de Constitución
Europea Tampoco ha sido público el documento enviado al embajador
británico el 8 de junio de 2001 suscripto por el Canciller
Rodríguez Giavarini (Ver Anexo). No se conoce cual fue el objeto o
beneficio recibido en canje.
Ese es el resultado concreto de la
llamada “política de Estado” que en contraste con la mega expansión
británica y la apropiación ilegitima y ocultada de inmensos recursos, no
permitió a Argentina ni un kilo de pescado, ni un litro de agua, ni un
barril de petróleo, ni un m3 de gas, ni un lotecito de plataforma
submarina, ni nada de nada tangible o real.
Estos logros de la
diplomacia británica, todavía provisorios y revisables, sin
compensación y sin paralelos históricos fueron posibles como resultado
de una política que consistió, para el Reino Unido en:
a) procurar
expandir y consolidar derechos de soberanía sobre los recursos
naturales renovables y no renovables del Atlántico Sur y de la
Antártida (incluyendo Malvinas y espacios adyacentes).
b) lograr un
hermetismo suficiente en la Argentina para que los avances en el
cumplimiento del objetivo a) no sean conocidos por la opinión publica y
la sociedad argentina, y que en lo posible no trasciendan a la agenda
política local y global. Una suerte de “corralito” informativo.
c)
Promover, premiar y/o estimular a quienes contribuyan a estimular el
cumplimiento del objetivo b)
d) Desalentar a los aguafiestas del
“grand royal festival”, minimizar o ningunear a quienes puedan
contribuir a dificultar el cumplimiento de los objetivos a) b) y c).
La
Cancillería Argentina en vez de contrabalancear el objetivo expansivo
británico punto a), resultó claramente funcional a los objetivos
británicos puntos b) c) y d), por medio del silencio, la desinformación y
la difusión de ejes distractivos.
Es del caso destacar el silencio y
desinterés manifestados ante evoluciones favorables y propicias para el
reconocimiento de las posiciones jurídicas argentinas en materia de
integridad territorial. (Ver: “Corte Internacional de Justicia de La
Haya Camerún c/Nigeria” y fundadas opiniones de un jurisconsulto
argentino con experiencia real y exitosa en litigios internacionales)
De
este modo, una serie ininterrumpida de fracasos que se prolongan desde
1989 se disfraza de “política de Estado” y se festeja como una actitud
razonable y prudente, al igual que con la COPLA, festejos dignos de
mejor causa.
Un colosal operativo de desinformación y ocultamiento de
la realidad que es necesario revertir de inmediato.
IV. ¿Desde
cuando se conoce la cuestión?:
La situación y las graves
consecuencias para el país que surgen de lo expuesto mas arriba, fueron
anticipadas la Canciller Taiana en ese entonces vicecanciller a cargo
del Ministerio, los días 29 y 30 de enero de 2004, ocasión en que se le
hizo entrega de un documento de 13 paginas y anexo de 4 fojas titulado
“Malvinas: la cuestión pendiente de los territorios marítimos y sus
efectos patrimoniales” elaborado por el entonces embajador Horacio
Solari, que mereció por respuesta un hermético silencio Se acompaña como
anexo.
Por otra parte, las sucesivas expansiones marítimas
británicas fueron difundidas por sucesivas “Proclamas” del ilegítimo
gobierno de las Islas Malvinas accesibles por Internet (Proclama No. 2
del 28 de noviembre de 1990, Proclama No. 1 del 22 de noviembre de 1991,
Proclama No. 1 del 7 de mayo de 1993, etc.)
No obstante estas y
otras proclamas claramente lesivas para el interés nacional las
sucesivas delegaciones argentinas, a veces de rango ministerial, a
veces menor, continuaron suscribiendo entendimientos de cooperación y
amistad que, a diferencia de la famosa resolución 125 del Ministerio de
Economía no fueron dadas a publicidad o lo que es lo mismo no fueron
íntegramente difundidas, existiendo declaraciones unilaterales
interpretativas británicas que aun hoy permanecen en la nebulosa
desinformativa caracterís-tica esencial de la llamada “política de
Estado”. No queda en claro a que Estado corresponde esa política.
El
22 de noviembre de 2007 Mario Cafiero, Claudio Lozano, Eduardo Macaluse
y Fernando Solanas realizaron una Conferencia de prensa, en la Cámara
de Diputados bajo el título de “Denunciamos que peligra gravemente
nuestra soberanía territorial marítima”. A pesar de la presencia de
numerosos periodistas no tuvo ningún eco en los medios gráficos.
V.
Próximos pasos de la contraparte británica:
• Presentación ya
anunciada de la Plataforma Continental en torno a Malvinas y Georgias.
•
Similar presentación para la Antártica
• Expansión en el Alta Mar
del Atlántico Sur: Pesca comercial intensiva de especies migratorias y
ahora también sedentarias, bajo la cobertura “conservacionista” de su
interpretación del Acuerdo de Nueva York de 1995. Como se ve, nada del
Atlántico Sur le es ajeno, ni siquiera el Alta Mar.
• Reforma
prevista para este mes de agosto de la “Constitución” isleña a fin de
privilegiar los intereses de la metrópolis en materia de recursos
na-turales y discriminar distintas categorías de pobladores y ciudadanos
se-gún sus conveniencias.
VI. ¿Que hacer en lo inmediato?: el
Congreso Nacional debe tomar cartas inmediatamente en este asunto.
La
delimitación del territorio, incluyendo los límites marinos y la
sigilosa expansión británica no pueden quedar en manos de grupos
reducidos.
La Constitución Nacional es clara al respecto:
Objetivos
a lograr: Preámbulo: “…promover el bienestar general para nosotros para
nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran
habitar el suelo argentino…”.
Disposición transitoria primera: “La
Nación Argentina ratifica su legitima e imprescriptible soberanía sobre
las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios
marítimos e insulares correspondientes por ser parte integrante del
territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el
ejercicio pleno de soberanía, respetando el modo de vida de sus
habitantes, y conforme a los principios del Derecho Inter-nacional,
constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo
argentino.”
Atribuciones del Congreso: art. 75 inc 15: “…arreglar
definitivamente los limites del territorio de la Nación…”.
Art 99 inc
17. Responsabilidades del PE: Art 100 inc 11: “producir los informe y
explicaciones verbales u escritas que cualquiera de la cámaras solicite
al PE”.
Art 103: “los ministros no pueden por si solos, en
ningún caso, tomar resoluciones a excepción de los concerniente al
régimen económico y administrativo de sus respectivos departamentos”.
VII.
CONCLUSIONES y ACCION REQUERIDA:
Deberá entonces asegurarse que se
efectúe la presentación en tiempo y forma del límite exterior de nuestra
plataforma. Es doblemente necesario que dicha presentación revista la
máxima calidad científica y jurídica para el caso de Argentina, que debe
delimitar una zona mayoritariamente superpuesta con los reclamos
británicos. Toda debilidad, morosidad, falencia o precariedad será
inevitablemente utilizada en nuestro perjuicio.
No puede admitirse
que, en una cuestión en la que existe una potencia extranjera con
manifiesta vocación de apropiación, impere un verdadero “corralito
informativo” que envuelve al Atlántico Sur y sus recursos y que sufre el
conjunto de la sociedad argentina.
Para ello debe ponerse fin a un
modus operandi que entierra sus errores con nuevos errores y,
despreocupadamente, gestiona el abandono de un ingente conjunto de
recursos que son patrimonio de todos los argentinos.
Dado el rol
central e inexcusable que le cabe al Parlamento en el tratamiento de las
cuestiones antes expuestas se infiere que su participación debe ser
activa y exhaustiva ya que su silencio o intervención restringida daría
lugar a responsabilidades similares o mayores que las de las sucesivas
administraciones y los funcionarios implicados.
Las Provincias con
litoral marítimo e intereses pesqueros que en muchos casos coinciden
con la presencia de recursos energéticos deben prestar especial atención
a esta cuestión.
La sociedad argentina tiene derecho a saber de que
se trata y también el compromiso de movilizarse para defender el
patrimonio presente y de las futuras generaciones.
LISTA DE
ANEXOS:
a) La Cuestión pendiente de los territorios marítimos y sus
efectos territoriales.
(13 páginas y anexo de 4 fojas). 29/1/2004 y
Diciembre 1998. Embajador Horacio Solari.
b) Propuesta Canje de Notas
Argentino-Británico suscripto por el Canciller argentino el 8/6/2001.
c)
Lista de Estados que efectuaron su presentación ante la CLPC al
17/7/2008.
(http://www.un.org/Depts/los/clcs_new/clcs_home.htm)
d)
Mapa de la reivindicación argentina solo hasta 200 millas.
(
http://islasmalvinas01.blogspot.com/2008/04/mapa-plataforma-continental-argentina.html)
e)
Mapa reclamos británicos superpuestos . Ver Diario The Guardian
(15.10.07. Interactive. Antarctica – British claim _ Special reports _
Guardian Unlimited.mht)
f) Mapa situación en el Ártico.
g) Mapa
tarea terminada de Australia.
(http://data.aad.gov.au/aadc/mapcat/display_map.cfm?map_id=13473)
h)
Articulo diario británico The Guardian, septiembre 22 del 2007: El nuevo
Imperio británico. Planes británicos para anexar el Atlántico Sur.
i)
Pedido de juicio político al Canciller Bielsa. Julio 2005.
Los
anexos que no están referenciados en la web, estarán disponibles en
www.mariocafiero.com.ar