99 años de negociación pacífica y paciente no fueron suficientes para que Gran Bretaña reconociera la Soberanía de la Argentina sobre las Islas Malvinas. Por un acto de piratería, Inglaterra se apoderó de territorios que jamás le pertenecieron. 129 años después, hoy, en nuestro presente, la situación inexplicablemente continúa igual.
LA DECISIÓN
En enero de 1982 la Junta Militar gobernante en la Argentina definió "la solución Malvinas", acción que consistía en utilizar para recuperar las Islas Malvinas los armamentos y la movilización tropas que habían sido dispuestos para una posible guerra con Chile por el Canal de Beagle en 1978.
En 1833 los ingleses se habían apoderado de las Islas Malvinas, expulsando al Gobernador y a los ciudadanos argentinos que allí vivían, deportándolos al Continente, y sustituyendo a las autoridades y pobladores por súbitos de la Corona Británica. Así surgen los denominados “kelpers”, ciudadanos “de segunda” del Imperio Británico que viven en las Malvinas. Estaban a punto de cumplirse 100 años de la ocupación británica, y se contemplaba además la posibilidad de que Inglaterra reclamara como propias las Islas agregando el argumento de 100 años de ocupación (que fueron interrumpidos por el conflicto bélico y la recuperación total de la Soberanía por la Argentina).
Así comenzó entonces la idea que condujo a la Argentina al momento de mayor unidad nacional en la Fe y en la identidad patriótica. Mientras se elaboraban los planes de recuperación de Malvinas, cuya idea fue anterior al gobierno del presidente de facto
Leopoldo Fortunato Galtieri, los militares recibían un entrenamiento especial en secreto, al igual que numerosos soldados conscriptos, siendo estos entrenamientos brindados por Comandos como
Robacio,
Seineldín y
Aldo Rico.
Mientras tanto,
Margarita Thatcher ocultaba sus intereses personales en las Islas Malvinas. Quienes fueron a la Guerra en Malvinas no lo hicieron por el gobierno de turno, lo hicieron por Cristo Rey y por la Patria. Una cuestión que es importante aclarar.
EL RELATO DE YOFREEl martes 12 de enero, la Junta Militar, reunida en el Edificio Libertador a las 9 de la mañana, terminó de completar un "análisis político", según había informado el diario La Nación, en la cual "se trató la planificación militar de Malvinas como acción alternativa en caso de fracasar la solución negociada con Gran Bretaña y teniendo siempre el propósito de lograr el objetivo político a través de un acuerdo. Por resolución no incorporada al Acta de la Junta Militar se designó -por consiguiente- a los señores general de división
García, brigadier mayor
Plessl y vicealmirante
Lombardo para analizar la previsión del empleo del poder político-militar que especificara los posibles cursos de acción. Se planeó asimismo que el trabajo sería secreto y manuscrito, eligiendo distintos lugares de reunión; y que además de los miembros designados, tendrían conocimiento del tema, en el momento oportuno, los jefes del Estado Mayor General de las tres Fuerzas Armadas y el Sr. Canciller". Esto es lo que sostiene la extensa documentación de la Junta Militar. Sin embargo, es difícil de imaginar que
Nicanor Costa Méndez no haya participado, directa o indirectamente, de estas sesiones.
Una semana más tarde, el martes 19 de enero, la Junta Militar volvió a reunirse a las 9 de la mañana en el Edificio Cóndor y "se conversó acerca de la preocupación ante la posibilidad de filtraciones de prensa como la registrada el día 17 de enero referente a la previsión militar del caso Malvinas. Asimismo, se trató acerca de la llegada del señor embajador
Carlos Ortiz de Rozas a Buenos Aires. En forma consecuente con la preocupación del gobierno por la reactivación del caso Malvinas, se intentó evidenciar la importancia que se le otorgaba al tema delante de terceros actores. Es así como el Sr. Canciller
Costa Méndez informó al Senador Baker de los EE.UU, durante su visita de enero de 1982, que la situación entre Gran Bretaña y la Argentina era conflictiva y le pidió que hiciera conocer este tema a su gobierno. Igual pedido fue formulado ante el Sr.
Pryce de la Cámara de Representantes de los EEE.UU.; y su numerosa comitiva cuando éste visitara la Argentina en enero del mismo año".
El martes 26 de enero la Junta Militar se reunió a las 9 de la mañana en el Edificio Libertad. Durante la reunión se resolvió "fuera de acta" que el "Grupo Malvinas" conformado por
Lombardo, García y
Plessl "preparara la exposición de los planes de la alternativa militar a mediados de marzo de 1982". A renglón seguido se produjo la nueva Directiva de Estrategia Nacional (DENAC) 1/82 y el Plan de Campaña Esquemático correspondiente a la Directiva de Estrategia Militar (DEMIL) 1/82.
En la DENAC 1/82 se explicitan conceptos referidos al Poder Nacional: "a) Objetivo Político: consolidar la soberanía argentina en las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur y contribuir a afirmar su pleno ejercicio en el Atlántico Sur; b) Resolución Estratégica Nacional: el Comité Militar ante la evidente y reiterada falta de progreso de las negociaciones con Gran Bretaña para lograr el reconocimiento pleno de nuestra soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias y Sanwich del Sur y convencido de que la prolongación de esta situación afecta el honor nacional, el pleno ejercicio de nuestra soberanía en el Atlántico Sur y la explotación de recursos renovables y no renovables, ha resuelto prever el empleo del poder militar para el logro del objetivo político. Esta resolución deberá mantenerse en el más estricto secreto durante el planeamiento y circunscripta exclusivamente a los titulares de las áreas destinatarias".
La Directiva Estratégica Militar 1/82 era más explícita a los ojos de un lego: "La Operación desde el punto de vista militar es apta, factible y aceptable" y "la Fuerza Conjunta estaría en condiciones de ejecutar la operación a partir del 15 de mayo de 1982". La instrucción, sin embargo, tenía dos condiciones: "Debería mantenerse el actual estado británico de defensa de las islas y, además, de tenerse que recurrir a al fuerza, ésta sería restringida a operaciones incruentas a fin de minimizar la reacción británica y alentar a la mejor posición negociadora. Una vez recuperadas las islas se procedería a retirar las fuerzas de ocupación y se mantendría una reducida guarnición".
En la misma reunión se acordó para "mediados de marzo como más temprana" la fecha para la exposición de los planes del Grupo Malvinas. Luego los tres comandantes, ya fuera de toda formalidad (no quedaba asentada esa charla en actas) "conversaron sobre el lanzamiento de la Propuesta de Reactivación formulada por la Argentina a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Se decidió que debía pedirse una contestación a dicha propuesta antes o durante la próxima ronda de negociaciones en Nueva York el 26/27 de febrero de 1982. Asimismo, se comentaron los contactos efectuados por el canciller con los representantes de los EE.UU. sobre el tema".".
Los párrafos entrecomillados pertenecen al libro de
Juan Bautista Yofre, “1982 - Los Documentos Secretos de la Guerra de Malvinas/Falklands y el Derrumbe del Proceso”
(Sudamericana / 2011), citado por Urgente24.com