Según informa desde Infocatólica Luis Fernando Pérez Bustamante, la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, por Mons. Bernard Fellay, no aceptó el preámbulo que desde el Vaticano se les ha propuesto para iniciar conversaciones. Afirma en su nota que hay contradicciones en el actual Magisterio en materia de "ecumenismo" y de "libertad religiosa", y niegan que sea el Catecismo el instrumento de dicha interpretación.
Muchos especulan que el modo del diálogo con la Fraternidad Sacerdotal San Pío X debe ser mediante gestos y acciones concretas. Es decir: retomando el Magisterio con claras palabras, aplicando la disciplina en ese sentido dentro de la Iglesia Católica (incluyendo a los nuevos movimientos católicos que han crecido en los últimos 40 años), y volviendo a la aplicación de anatemas a las fórmulas condenadas, de modo que las mismas no sean repetidas dentro de la Iglesia, todo ello junto con la aplicación efectiva del Motu Proprio como norma Universal.
Es posible que desde la FSSPX vean en el Vaticano como un "doble discurso": por un lado se los acepta, y por el otro se acepta del mismo modo ciertas desviaciones del Magisterio, de la Liturgia y de la Moral. Resulta claro que si no hubo cambios en el Magisterio, las formas anteriores al Concilio Vaticano II conservan toda su validez, y han sido una vía efectiva de alcanzar la santidad por casi dos mil años, y tal vez este sea el camino viable de conversación con la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. O hay "dos Iglesias" o hay una, y este es el centro del debate.
Tras la nota, publicamos otra de la misma fuente, que a continuación se stranscriben:
Y los lefebvristas dijeron no
¿A alguien le extraña que Monseñor Fellay haya dicho que no pueden
aceptar lo que la Iglesia Católica les ha pedido que acepten? A mí no,
desde luego. Hay cosas que no cambian por mucha buena voluntad que se
quiera poner en ello. Y el lefbvrismo lleva décadas empeñado en que el Concilio Vaticano II se opone a la doctrina católica
en cuestiones como el ecumenismo y la libertad religiosa. Y ante la
posibilidad de interpretar los textos conciliares conforme a la
tradición, no aceptan de ninguna de las maneras que el Catecismo sea el instrumento que marque dicha interpretación.
Se confirma que la división entre la Iglesia y los lefebvrianos es de carácter doctrinal. Lo cual les situa prácticamente en el mismo lugar que los protestantes,
aunque obviamente las diferencias doctrinales entre católicos y
lefbvristas son menores, y todavía menos graves, que entre católicos y
protestantes. Pero son lo suficientemente importantes como para que los
lefebvrianos digan no a lo que Roma les ha pedido que acepten.
No hace falta ser doctor de la Iglesia para entender que cuando un
grupo afirma no estar de acuerdo con la doctrina que la Sede Apostólica
propone como católica, está reconociendo implícitamente que no está en comunión con el Papa ni acepta su plena autoridad doctrinal y pastoral.
El lefebvrismo pretende erigirse como verdadero intérprete de la
Tradición y defensor del depósito de la fe, aunque ello le lleve a
enfrentarse doctrinalmente al Vicario de Cristo y la Santa Sede.
No sé bien qué hará la Santa Sede ante esta negativa de los
lefebvrianos. Puede que se considere que los puntos de divergencia
doctrinal no sean lo suficientemente graves como para negar cualquier
condición católica a la FSSPX. Pero el principio de “no acepto la doctrina que Roma pide que acepte” es en sí mismo incompatible con dicha condición.
Acabo este post citando al Papa santo que da nombre a la FSSPX:
“No permitáis que vosotros mismos seáis engañados por las taimadas declaraciones de aquellos que persistentemente claman que desean estar con la Iglesia, amar a la Iglesia, luchar para que la gente no salga de ella… sino juzgarlo por sus obras. Si ellos desprecian a los pastores de la Iglesia e incluso el Papa, si intentan por todos los medios evadir su autoridad para eludir sus directivas y juicios… entonces, ¿de qué Iglesia hablan esos hombres? Ciertamente no de la establecida sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, con Jesucristo mismo como la piedra angular” (Ef 2,20)
Luis Fernando Pérez Bustamante
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Insiste en que existen profundas diferencias doctrinales
Mons. Fellay asegura que la FSSPX está obligada a decir no a la propuesta de la Iglesia Católica
El superior de los lefebvrianos, mons. Bernard
Fellay, dijo ayer durante una homilía en el seminario tradicionalista
Santo Tomás de Aquino de Winona, Minnesota, que la Fraternidad
Sacerdotal San Pío X «está obligada a decir que no» a la propuesta de
reconciliación del Vaticano. La homilía fue publicada en el sitio del
seminario. Monseñor Fellay explicó a sus seguidores que la Santa Sede
«ha aceptado todas nuestras peticiones», desde el punto de vista
organizativo y práctico, mejorando así la propuesta que había hecho el
14 de septiembre del año pasado, pero confirma que desde el punto de
vista doctrinal todavía existe una profunda distancia.
(Vatican Insider) La Pontificia Comisión Ecclesia Dei, encargada de las relaciones con los grupos tradicionalistas, según Fellay, pide a los lefebvrianos que acepten los “puntos controvertidos del Concilio (puntos ambiguos sobre los que hay discrepancias), como el ecumenismo y la libertad religiosa, que deben ser interpretados siguiendo la doctrina perpetua de la Iglesia. Si, pues, hay algo ambiguo en el Concilio, debéis leerlo como la Iglesia ha enseñado a hacerlo durante la historia”.
El problema, para el superior de los
lefebvrianos, es que, como ejemplo de continuidad entre la doctrina
tradicional de la Iglesia y las enseñanzas del Concilio Vaticano II, se
plantean el ecumenismo y la libertad religiosa “tal y como se
interpretan en el Catecismo de la Iglesia católica, que son exactamente los puntos que nosotros rechazamos del Concilio”.
La respuesta lefebvrianos fue enviada a Roma y
ahora se encuentra en la Comisión Ecclesia Dei, que la está analizando:
“Están reflexionando todavía, lo que quiere decir que se encuentran, probablemente, indecisos”,
comenta el superior de los lefebvristas. “Hemos dicho claramente que
si nos aceptan tal y como somos, sin cambios, sin obligarnos a aceptar
estas cosas, estamos listos. Pero si quieren hacernos aceptar estas cosas, entonces no lo estamos” concluyó.
“Creo que no podría haber una confusión mayor”, comenta en tono irónico el líder tradicionalista, al indicar que las palabras “tradición” y “coherencia” tienen un significado para la jerarquía católica distinto al que le atribuyen los lefebvristas.
“Es por ello –resume Fellay– que nos vemos obligados a decir que no.
No firmaremos. Estamos de acuerdo con el principio, pero consideramos
que las conclusiones son contrarias”.