Por Emilio Nazar Kasbo
Nuestro país vive un colapso, que tiene
antecedentes históricos antiguos, viviendo una degradante decadencia cada vez
mayor y más rápida.
DE LA RECESIÓN AL
CORRALITO
Argentina está viviendo un colapso económico en
una lenta agonía que viene desde el año 1997. Durante el gobierno de Carlos Saúl Menem hubo una gran recesión
que se agudizó justamente en 1997 y que se prolongó hasta 1999.
Al asumir luego como Presidente Fernando de la Rúa, el gobierno se
financió con grandes préstamos extranjeros, sin realizar las modificaciones
nacionalistas que nuestra Patria reclama desde hace décadas y décadas. Por tal
motivo, cuando los parámetros económicos empezaban a dispararse, fue convocado Domingo Cavallo, el inventor del
sistema “uno a uno”, “un dólar por un Peso”, y el plan estalló en las manos de
su mismo creador.
La recesión, unida al vaciamiento de las
entidades financieras, acabó en una debacle que arruinó a la clase media y con
los ahorros nacionales. “Que se vayan todos”, gritaban los ahorristas, quienes
no percibían la degradación moral y espiritual a que estaban siendo sumidos
gradualmente.
DE DUHALDE A KIRCHNER
Quien acabó asumiendo fue Eduardo Duhalde, tras designaciones de funcionarios que seguían el
orden de sucesión constitucional pero que sólo duraban horas o días en el
cargo. Se establecieron medidas paliativas para quienes habían perdido su
trabajo y sus ahorros, se establecieron planes sociales, pero faltaron medidas
correctivas para los efectos directos del “corralito financiero”. Su brazo económico
fue Rodolfo Lavagna, quien hacía pública
su concepción de que una “mano invisible” pusiera orden económico.
Duhalde eligió a Néstor Kirchner como su sucesor. Kirchner continuó manteniendo a Rodolfo Lavagna como ministro de Economía. De este modo, se continuó
con los planes sociales que no fueron acompañados por la reactivación económica
acorde. Los buenos ingresos del campo, más la obtención de más créditos
internacionales le permitieron el financiamiento de un sistema antiproductivo.
Vencido su primer interregno y tras haber sido reelecto, propuso a su esposa
como sucesora en el poder.
Cristina Fernández
Wilhelm continuó
con el mismo programa, pero dado que los programas sociales fueron aumentando
sin un crecimiento acorde del PBI, el uso de impresión de billetes para suplir
la falta de financiamiento (que venía del gobierno de su esposo) comenzó a
desarrollar un espiral inflacionario. Así, la estanflación está imperando en la
Argentina: no hay condiciones productivas, no hay mercado interno y el mercado
externo resulta prohibitivo, excepto para los commodities y para Empresas que
necesariamente deben dar participación (directa o indirecta, en los más amplios
sentidos de ambos términos) a funcionarios gubernamentales.
LA SUCESIÓN TIRÁNICA
La inflación está comiendo los planes sociales
y los salarios, la inflación cada vez mayor se ha convertido en el impuesto a
todas las clases sociales económicas.
En el medio, el proyecto político consiste en
eliminar toda educación formal, toda educación de contenidos, y eliminar toda
educación excepto la “sexual”, consistente en inducir a los niños a la lujuria
desde la más temprana edad, incluso a la lujuria invertida, comprometiendo el
futuro de la Patria.
El proyecto político es de naturaleza
espiritual: erradicar el Catolicismo y suplirlo por un inmanentismo lujurioso
carente de sentido personal y social. Finalmente, la viuda de Néstor Kirchner ahora piensa en la reforma de la Constitución
Nacional para habilitar su nueva reelección.
La corrupción (en el sentido más amplio del término)
carcome cada vericueto gubernamental, y la reelección produciría una
continuidad familiar en el poder desde 2003 hasta el 2019… y no hay tiento que
aguante.
DESDE 1852… AL
TERRORISMO
Pero el problema es mucho más antiguo. Todo no
llega de un día para el otro, y siempre hay antecedentes que producen efectos
que se van sumando a escala social.
La Argentina desde la caída del Brigadier
General Juan Manuel de Rosas, padece
de cipayismo, masones en el poder, de una deformación laicista cada vez mayor,
que arrancaba con la Ley de Matrimonio Civil y leyes similares hasta llegar al
sistema aberrosexual de hoy, con una educación “laica” que en realidad es
anticatólica y hoy hasta antinatural, y con el desmantelamiento de toda
estructura productiva, con la prohibición del desarrollo de la Energía Nuclear
para usos pacíficos, la venta de los recursos naturales no renovables como si
fuesen frutos (petróleo, minas, agua, etc.), de gobiernos que sumieron a la
población en la incultura y la miseria, y de gobiernos que comprometieron el
patrimonio nacional al asumir compromisos financieros internacionales con cláusulas
leoninas que endeudaron la Nación.
Hubo siempre, además, católicos ejemplares, como por ejemplo y sin pretender exhaustividad, dejando a muchos en el tintero, Dalmacio Vélez Sársfield, Juan Manuel Estrada, Gustavo Martínez Zuviría, Jordán Bruno Genta o el autor del Código de Justicia Militar, Oscar Ricardo Sacheri, y hasta el Padre Leonardo Castellani que incursionó en la partidocracia para luego repudiarla, todos los cuales actuaron en todo tiempo en la política nacional, pero fueron excepciones, siempre en distintos gobiernos e incluyendo los inicios del primer gobierno del General Juan Domingo Perón.
Además, en la década de 1960 surgieron las
ideas hippies y revolucionarias terroristas que se agravaron en la década de
1970, para desencadenar en las órdenes del presidente General Juan Domingo Perón y luego de su viuda María Estela Martínez de Perón,
ordenando el Operativo Independencia para combatir a los ejércitos militares
terroristas. Económicamente, la hiperinflación golpeó con el denominado “Rodrigazo”.
DEL PROCESO A LA
DEMOCRACIA
Finalmente, asumió el Gobierno del Proceso de
Reorganización Nacional para terminar con la subversión, continuando con una
metodología heredada del gobierno peronista anterior, violando la Dignidad de
la Persona Humana y sus Derechos Naturales en el marco de la Guerra
Antisubversiva.
Fue durante el gobierno del Presidente General Jorge Rafael Videla, acompañado por el
masón Almirante Emilio Eduardo Massera,
que se impuso como ministro de Economía a José
Martínez de Hoz, uno de los “Chicago Boys” que endeudó a la Argentina por
niveles superiores a los razonables por un gobierno De Facto que carecía de
facultades para ello, convirtiendo así en ilegítima toda deuda producida
durante dicho período.
Tras la Guerra de Malvinas y la rendición de
las Islas, el derrotismo cundió en el país. La veloz entrega del gobierno el 10
de diciembre de 1983 a Raúl Ricardo
Alfonsín acabó con el último período de gobierno militar en el país. Este
gobierno “democrático” se caracterizó por la persecución explícita a la Iglesia
Católica, a los militares y a los sindicatos.
IGLESIA, MILITARES Y
SINDICATOS
El esqueleto de la Nación está formado por la
Iglesia, por los Militares y por los sindicatos, así como por las Provincias
(anuladas siempre y en todos los gobiernos por la centralización del poder al
modo de los Unitarios) y por las Asociaciones Intermedias (hoy llamadas ONG’s).
Este esqueleto ha sido desarticulado completamente, de modo que cualquier
reacción defensiva se hace imposible sin ellos.
La Jerarquía de la Iglesia Católica empezó a
callarse ya desde los tiempos del Gobierno Militar, como adiestrada en tal
sentido, ante los graves atropellos que cada vez son mayores. En medio del Concilio Vaticano II y sus reformas, el tercermundismo y el terrorismo como brazo armado izquierdista sumado a la represión, produjeron condiciones en que la Jerarquía eclesiástica argentina debió asumir una postura "políticamente correcta", realizando críticas a los excesos que la represión al terrorismo producía pero en forma reservada.
Los militares tuvieron sus levantamientos
carapintadas que dejaron fuera de las Fuerzas Armadas a sus más nobles cuadros,
muchos de ellos héroes, tuvieron las amnistías y los indultos durante el
gobierno de Menem, para acabar en la
despiadada persecución vengativa del gobierno kirchnerista.
En cuanto a los sindicatos, supieron callar
durante la época de Menem las
alocadas privatizaciones del Patrimonio Nacional, así como el plan liberal que
el mismo implementó. Tal debilidad sindical comprometió su independencia, y
disolvió los reclamos de los trabajadores. Tras la asunción del gobierno
kirchnerista apareció el contrapeso de los “movimientos sociales” de
desocupados beneficiarios de planes sociales, y fue reforzada la CTA, cuya
intención es disolver lo positivo que aun queda de los sindicatos peronistas de
orientación católica, con su devoción a la Virgen María, condenándolos a su práctica
extinción.
COMO DESPUÉS DE UNA
GUERRA…
Miles de argentinos mueren de hambre, existe
una desnutrición infantil no atendida, y los más ancianos mueren sin atención médica
digna. Las jubilaciones resultan míseras, los sueldos insuficientes, y los
planes sociales no alcanzan a cubrir ni remotamente las más básicas necesidades
de los beneficiarios porque la inflación carcome su poder adquisitivo.
En este año 2012 se cumplen 30 años de la
Guerra de Malvinas, y 37 años del Operativo Independencia. Sin embargo, después
de 29 años de democracia no se puede echar la culpa ni al Proceso Militar, ni a
la Guerra de Malvinas, ni a la Guerra Antisubversiva. La culpa de la situación
actual, es de todos los gobiernos “democráticos”.
Vivimos como si hubiésemos padecido una guerra,
pero solamente en sus consecuencias, sin que se haya disparado ni un solo tiro.
Es imperioso despertar y salir de esta trampa que nos hunde, que mata en la
miseria a los propios compatriotas.
AUTOSUICIDIO BIOLÓGICO
La proliferación de “villas miserias” cada vez
mayores, además, generan el problema de la salud y de la higiene. Y mientras
los discursos gubernamentales pasan por la “ideología de género”, la mujer no
ocupa su verdadero puesto en la sociedad ni se encarga de sus tareas más
importantes, debido a la incultura mediática a la que es sometida.
Es más, tras una guerra lo que se pierden son
las generaciones de adultos, conservándose una población de niños importante
que serán el recambio del futuro en las actividades sociales y laborales. Sin
embargo, la Argentina ha comenzado su “invierno demográfico”, y en vez de tener
las familias cada vez más hijos para poblar nuestra extensa Nación, sucede todo
lo contrario.
La pirámide poblacional actual muestra cómo no
hay suficientes niños menores de 10 años para sostener a las futuras
generaciones, y de proseguir la tendencia nos autosuicidaremos biológicamente.
SALARIOS Y RIQUEZA
La proporción de los salarios en el producto
final económico en nuestro país, en la actualidad es ínfima, y carece de
incidencia real en el precio de los bienes y servicios.
Tal situación hace que además no sea
conveniente a quien recibe un plan social el emplearse formalmente en un
trabajo, ya que tendrá que gastar en ciertos rubros (indumentaria, transporte,
etc) para obtener casi el mismo resultado económico que el plan social obtenido
sin trabajar. La persona de este modo no se dignifica, ni con el plan social,
ni con un trabajo que es carente de rentabilidad salarial suficiente.
La distribución de la riqueza es inequitativa,
y actualmente cerca del 50% del presupuesto nacional es destinado al pago de la
deuda pública.
POLÍTICA EDUCATIVA DE
ANALFABETISMO
El analfabetismo cunde en nuestro país, y la última
generación no analfabeta la produjo la Primaria del Proceso Militar.
La aplicación del fracasado sistema educativo
ideológico no represivo de Emilia
Ferreyro implementado como método, y la sucesión de planes educativos
afines, acabaron por exterminar los contenidos informativos y formativos de los
planes educativos. Los métodos aplicados ya habían fracasado en otros países
cuando fueron impuestos en nuestro país.
Hoy, a la escuela solamente van los niños a
recibir la degenerada “educación sexual” y a ejercer sus actos de violencia en
imitación de los contenidos que reciben en sus hogares de la TV y de Internet.
Hasta de las Universidades están egresando analfabetos que desconocen las
operaciones matemáticas básicas, así como carecientes de lectura comprensiva…
eso sí, manejan la computadora regalada por el Gobierno con propaganda
oficialista. De esta base saldrán los futuros médicos, los futuros militares, y
los futuros sacerdotes… entre otros.
GARANTIZAR LA
INSEGURIDAD
El garantismo pretende bajar la población
carcelaria, mediante el artilugio de dejar libres a los delincuentes. Los
peores delitos quedan impunes, y sujetos a una manipulación mediática
inusitada.
Las cárceles, igualmente, están superpobladas,
y muchas continúan con el sistema edilicio que es prácticamente del Siglo XIX. El
mejor sistema educativo actual es el carcelario, donde un simple infractor por
motivo de una contravención puede ir aprendiendo a cometer los peores crímenes
de la mano de verdaderos especialistas… hasta que algún funcionario
gubernamental se de cuenta y lo convierta en parte de la educación formal,
otorgando títulos oficiales que certifiquen tal conocimiento.
Para colmo de males, la desocupación es un
aliciente al delito, sumada a la gran difusión de las drogas que lo potencian.
Así, la inseguridad se incrementa en las calles, mientras nadie está seguro en
sus bienes ni en su propia vida.
El garantismo busca perpetuar indefinidamente,
por siempre, esta situación.
IMPRODUCTIVIDAD
Las industrias están desalentadas, y el agro ha
sido conducido a la producción de soja como monocultivo, que es lo más rentable
aun con la aplicación de confiscatorios porcentajes de retenciones.
El agro argentino, otrora líder mundial en la
diversidad de la producción, que imponía precios en el mercado global, hoy
carece de capacidad ganadera para abastecer siquiera el mercado nacional,
mientras la actividad agrícola está librada a su suerte, sin una política
racional que guíe al sector.
Argentina no es ya una potencia agrícola ni
industrial, sino que el Gobierno ama tanto a los pobres y a los que viven en la
miseria que cada vez produce más de ellos.
SIN OBRAS PÚBLICAS
No existen obras públicas de relevancia, y las
Empresas concesionadas por el Estado carecen del más mínimo contralor.
La
inversión pública es vista como un negocio más, o como un negociado…
¿Hospitales? ¿Rutas y Autopistas? ¿Viviendas
sociales? ¿Escuelas?
Todo brilla por su ausencia.
Lo más resonante fue Meldorek, la Empresa
paragubernamental de los Derechos Humanos más corrupta que se ha visto
mundialmente.
¿Cuánto representan las obras públicas en el Presupuesto Nacional o de las Provincias? ¿Qué avances hay? ¿Cómo puede haber avances, si la proporción de la Deuda Pública es inaudita?
EMIGRACIÓN ARGENTINA
Además la Argentina, que desde la concepción
alberdiana se convirtió en un país de inmigración, desde la época de los
militares por motivos políticos y desde la época democrática por motivos económicos,
se ha convertido en un país de emigración.
Cientos de miles de argentinos hoy viven en el
extranjero, y nadie se preocupa por ellos. Son argentinos, pero como si no lo
fueran… situación idéntica a quienes vivimos en este suelo patrio.
¿Y qué decir de la juventud, abandonada a la pésima
educación mediática, contagiada por los peores ejemplos, sin ideales, sin
anhelos, sin proyecto y sin futuro? Analfabetos crónicos, incluso en lo
espiritual, la mayoría de ellos carecen de propia iniciativa porque el mismo
sistema los desalienta. No quieren aportar nada, y todo lo esperan de los demás.
Así, no hay futuro ni para los jóvenes ni para la Patria.
LOS FUNCIONARIOS
Finalmente, el sistema estatal es cada vez más
elefantiásico. Fueron expulsadas de numerosos cargos las personas capacitadas y
con experiencia, siendo suplidas por nuevos funcionarios carentes de orientación,
sin capacitación ni experiencia, cuyo único mérito es una afinidad ideológica
(real o aparente) con el oficialismo.
¿Qué hacen los Ministros? Son testaferros de
las más altas autoridades políticas del país, siguiendo sus instrucciones cual
sátrapas imperiales. Su misión es recaudar para la corona, tal como lo exigía el príncipe usurpador
Juan Sin Tierra en la ausencia del noble Rey Ricardo Corazón de León.
¿Qué hacen los legisladores? Duermen, juegan a
los crucigramas, hacen discursos ideológicos repetitivos y vacíos, venden su
aprobación de proyectos legislativos al mejor postor, y se autoaumentan su
dieta en un cien por cien, mientras los trabajadores buscan paritarias que
rondan entre el 20 y el 30 por ciento para este año. La brecha es enorme, y los
méritos por la retribución también.
¿Qué hacen en el sistema Judicial? Salta a la
vista. No hay nada que explicar, ya que nada escapa “al sistema”.
Todo es una trampa. Las elecciones se ganan con fraude, los índices económicos se mienten con cálculo de indicadores armados de mala fe, desde el Ejecutivo se promueven Jueces ante la Legislatura adicta al régimen, y todo en un círculo que se cierra sobre sí mismo y que no permite siquiera el ingreso de la honestidad ni de la auditoría. Así funciona.
LA SALIDA
CORPORATIVISTA
¿Cómo se sale de este atolladero? ¿Cómo se
despierta de semejante pesadilla?
Primero hay que saber que el Sistema Corporativista es también llamado Democracia Orgánica, porque es el sistema más participativo que existe, donde toda la ciudadanía se expresa a través de sus instituciones naturales, sin partidocracia artificial.
Solo el sistema católico corporativo,
organizado con la planificación armonizadora del Estado de todos los sectores
productivos en su faz empresaria, laboral y creativa, puede llevarnos a buen
puerto.
El buque necesita un giro de 180 grados, en una
difícil maniobra… hay que reconquistar la Patria del mismo modo que se
recuperaron en el Operativo Rosario las Islas Malvinas: obtener la victoria con
el mayor respeto al enemigo y sus socios, resguardando la vida, el honor y los
bienes de las personas, y sin causar bajas…
Pero para eso hace falta reparar el buque, que
está MUY averiado, y que aparezca el Capitán que sepa conducirlo en nombre del
Armador, que es el verdadero dueño del navío: Nuestro Señor Jesucristo.