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viernes, 21 de septiembre de 2012

ESCUELAS CATÓLICAS DEL INTERIOR PROMUEVEN LA HOMOSEXUALIDAD



Por Emilio Nazar Kasbo

Nos ha llegado información de diversas fuentes, que señalan la aplicación de la ideología propia de la Escuela de Frankfurt en escuelas católicas.
El hedonismo reemplaza a la Fe Católica, y es instalado como sentido "integral" de la vida, aplicado de modo "transversal" en todas las materias. De ese modo, bajo la excusa de "educación sexual", está siendo impuesta la homosexualidad a los niños.
En diversos centros educativos privados, que supuestamente dependen de la Iglesia Católica en el orden espiritual, están realizando reuniones de padres, en los que son informados en la "tolerancia" y de que no se sorprendan si algún hijo o hija va a la casa de algún compañerito y se encuentra con que es una familia "con dos papás" o "con dos mamás".
Y no solo eso, sino que se habla de "distintos tipos de familia" en esas "reuniones de padres", en que los mismos son informados de la orientación que dichas instituciones educativas ¿católicas? aplicarán en el futuro.
Además, la cuestión no es meramente institucional, sino que se advierte que esos principios serán aplicados en las aulas. Es decir, instituciones católicas fomentarán la homosexualidad aun donde no exista.
En todos los casos, la reacción de los padres es de SILENCIO. Nadie se queja, porque saben que si alzan la voz sus hijos serán expulsados. El dilema surge porque los padres deben optar entre la continuidad en el Colegio ¿católico? y la integridad de sus hijos en la educación de sus afectos, así como su propia estabilidad emocional y preservación de la castidad. A esta altura del año, en pleno mes de septiembre ¿puede alguien darse el lujo de hacer perder el año a su hija o a su hijo? Perdón a quienes les suena mal el masculino o el femenino no sólo gramatical sino real... pero en esta materia el "neutro" no existe.
¿Están en conocimiento de esta situación los Obispos? ¿Acaso los Obispos dan una indirecta venia a los colegios católicos para que actúen de ese modo? ¿Hasta qué punto es desplazada la Fe por el hedonismo como sentido de la vida, y la lujuria como norma básica de comportamiento social?
No es la Fe la materia transversal en las instituciones educativas católicas: es la ideología sexual de  Segismundo Freud.
El problema no es la "discriminación", sino la negación del pecado. Hacen cacerolazos por dinero... mientras mandan a sus hijos a "prestigiosos" colegios "católicos" para que se los devuelvan como "nenitas"... y mandan a sus hijas a los mismos centros educativos para que les devuelvan "chicas fáciles"... o tortas.
Cambiar a Jesucristo por Herbert Marcuse... por parte de Obispos, Sacerdotes y laicos católicos, es un mal negocio. ¿O no lo saben?

"¡LES REGALO TODOS MIS JUGUETES, PERO POR FAVOR NO LE HAGAN NADA A MI ABUELITO!"




Por el Dr. Cosme Beccar Varela
Buenos Aires, 21 de Septiembre del año 2012 - 1128

¡Dios mío! ¡Qué horror! Creo que hemos tocado el fondo de la perfidia, el fondo de la indiferencia cínica y cómplice de la mayoría de los "argentinos". Lo que ha pasado ayer en Rafael Castillo, Provincia de Buenos Aires, es lo más horrendo que ha ocurrido en estos años horrendos.

Un par de malditos asaltaron a una familia. Los dos demonios con forma humana que invadieron la casa de Víctor Granada, un hombre de 74 años que vivía con su esposa, su hijo Alejandro y su nieto Hernán, de siete años, querían robar plata. Los amenazaron, con armas en la mano. El nietito Hernán, intuyendo que esos degenerados estaban dispuestos a todo, que su abuelo, con pleno derecho, no quería darles la plata que era de él, ganada con el sudor de su frente, y que de esa confrontación resultaría una tragedia, les suplicó a los demonios: "¡No le hagan nada a mi abuelito, les regalo todos mis juguetes para que se los lleven, pero por favor no le hagan nada!" ("La Nación", 21/9/2012, pag. 23). Inclusive, según dice la abuela, hasta les ofreció una naranja que tenía en la mano.

Pero los degenerados no se conmovieron: mataron al pobre abuelo, fríamente, de un tiro en el corazón. Y se llevaron $100 y un teléfono celular. Ese era el precio de las lágrimas del niño y de la vida de un hombre.

Todos los días hay dos o tres asesinatos. Pero este, cometido a pesar de esa súplica infantil capaz de conmover a una piedra, revela que la delincuencia en la argentina ha pasado los límites del Código Penal y ha entrado en los del genocidio y el castigo sale de las manos complacientes e ineficaces “de la ley” para pasar a las de la venganza social y personal. Yo puedo asegurar que si hubiera estado en el lugar y si hubiera tenido el porte de armas que me niega esta tiranía infame, hubiera fusilado a esos canallas sin ninguna duda lamentando no haber estado antes para matarlos antes de que cometieran su crimen.

Los delincuentes que están asolando a la población indefensa, mientras los corruptos del gobierno se dedican a robar en vez de cumplir, aunque más no sea, el deber elemental de todo gobierno de garantizar la vida de los habitantes, son de una clase de malditos que han dejado de ser humanos para pasar a ser sirvientes del demonio.

Nuestro Señor Jesucristo dijo de Satanás que fue "asesino desde el principio". Ese rasgo criminal de Lucifer se reproduce en los delincuentes de los tiempos terminales, cuando ya no se conforman con robar o defraudar sino que además matan por el puro placer de matar, aunque el asesinato no les reporte más que $100 y un teléfono portátil.  

De sólo imaginarme que estos criminales están sueltos y vanagloriándose de su cobarde crimen me siento enfermo. Si además me imagino que fueran presos pero que por negligencia de los carceleros, se escapan, o que si son "juzgados", por desidia inmoral de los jueces, pueden ser dejados en "libertad condicional" o que por venalidad de la prensa sus fotos aparezcan sonrientes en los tribunales en los que son procesados y donde, por el hecho de ser parte de la plebe vil, son tratados con una benevolencia con la que no es tratado el inocente Carrascosa, preso hace tres años por el capricho de un fiscal “patuquito” y trepador y la injusticia demagógica de los jueces de apelación, siento que la sangre me corre por las venas en el sentido contrario al que debería y se me atosiga el corazón de una rabia tan feroz como impotente.

Si el pobrecito Hernán pudiera leer estas líneas quisiera que sepa que en el vasto territorio de la indiferencia en el que él sobrevive hay por lo menos una persona que se compadece infinitamente de él, admira incondicionalmente su coraje y su amor filial y desea intensamente que la sangre de su abuelo sea vengada.

Eso no significa que quiero que juzguen y castiguen a los criminales. Eso no basta. Para alimañas como estas no se hizo el Derecho. Identificados debidamente los culpables deben ser eliminados como ratas que son. Y al igual que ellos, los autores de todos los crímenes que enlutan nuestro país desde hace años con la complicidad de esta tiranía de montoneros criminales.

Es evidente que el Estado de Derecho ya no existe. Hemos vuelto a la ley de la selva en la que el débil muere y el fuerte mata.

Execrados sean los políticos que con su hipocresía se oponen a permitir que los ciudadanos pacíficos se armen y de defiendan contra la jauría de perversos que nos acosan.  Y si no existe el Estado de Derecho, como es notorio que no existe, entre otras razones porque los jueces de la Corte Suprema convalidan todos los delitos de los funcionarios que roban impunemente a cuatro manos y los criminales hacen lo que se les da la gana todos los días, entonces el derecho de defensa propia, el más elemental y primero de todos los derechos, recobra íntegramente sus fueros y debemos armarnos para matar a demonios como los que desoyeron la súplica del pobrecito Hernán Granada.

Y no me vengan los clérigos progresistas a decirme que “hay que perdonar”, que la venganza no está permitida. Ellos son culpables en primer lugar de esta situación, porque la plebe ha caído en este abismo de perversidad porque ellos han dejado de enseñar el catecismo y, en cambio, predican la herejía permisivista del progresismo.
En una situación como la que vivimos el perdón debe ser sólo para los que se arrepienten y lo piden sinceramente con el debido propósito de enmienda y nunca si ese perdón equivale a la impunidad que incentiva nuevos crímenes.

El perdón debe ser concomitante con el castigo y si por un milagro inesperado, esos degenerados que mataron al abuelo de Hernán Granada pidieran perdón, habría que decirles: “Que Dios los perdone, que sus víctimas los perdonen, pero la sociedad que Uds. han contribuido a hacer peor de lo que ya es, exige que Uds. mueran, perdonados pero culpables, para que los otros miserables de  calaña de Uds. que pretendan hacer lo mismo mañana, sepan cual es el castigo que les espera.”

Cosme Beccar Varela     
e-mail: correo@labotellaalmar.com

¡¡¡SÓLO UN TEMA DE OPORTUNIDAD!!!








En la foto: El asesino Vaca Narvaja, el primero de la derecha el de la izquierda el conocido SERVICIO Firmenich. En el centro, Yasser Arafat.

Por Víctor Rubén García

Entrevista a Vaca Narvaja, Revista NOTICIAS, 2004. El futuro Ministro del Gobierno de Río Negro dice sobre el asesinato de José Ignacio Rucci:

"Estuvo bien, solo que no era el momento adecuado... Si hubiese sido en el 71 o 72 hubiera sido una acción normal... del mismo modo que en el año 75 o 76...  Rucci era enemigo nuestro claramente y era enemigo de la gente y del movimiento obrero, por más que ahora se lo tome como un líder, un héroe..."

CHE PIBE, VENÍ, VOTÁ



Por Ricardo Romano



¿Cómo pretende ampliar derechos un gobierno que no puede garantizar los que ya existen?

El martes pasado, en José C. Paz, mataron a puñaladas a un joven de 17 años para robarle el celular. Sucedió mientras iba hacia el colegio, temprano por la mañana. El Gobierno, que no protegió su vida, estaba hablando de su “derecho a votar”.

Mientras la inseguridad se cobraba la vida de uno de los destinatarios de la última ocurrencia demagógica del oficialismo, los políticos estaban dando el triste espectáculo de discusiones estratosféricas para la gente que, día a día, debe soportar la mayor de las indefensiones.

De todas maneras, el drama presente no pasa porque los políticos sean oficialistas u opositores, sino porque no hay dirigentes que sientan amor por la gente y que, en consecuencia, encarnen como propios sus problemas.

Por eso, una vez más, el gobierno logra que todos –propios y extraños- se concentren en los señuelos que lanza para justificar que no se ocupa de lo que debe. No defiende el poder adquisitivo de la gente porque no combate la inflación; no garantiza el transporte seguro para los trabajadores y la gente humilde en cuyo nombre habla, porque está ocupado en peleas mezquinas; no les asegura educación de calidad a los jóvenes pero los quiere llevar a las urnas; tampoco combate la delincuencia porque no siente que sea su responsabilidad cuidar la vida de los argentinos. La ministra de (in)Seguridad, funcionaria de este gobierno desde el año 2005, habla como una turista. Para ella, la conducción de la fuerza pública es un aspecto exterior a su responsabilidad.

En nuestro país, según cifras del propio Indec, casi un millón de jóvenes de entre 15 y 24 años ni estudia ni trabaja.

Pero el gobierno que no garantiza el acceso de todos de los jóvenes al estudio, a la formación, al trabajo para que, entre otras cosas, puedan emanciparse y formar una familia; el Gobierno que no protege su derecho a la vida, discursea sobre la ampliación de sus derechos con la complacencia de prácticamente toda la clase política.

Un dato más para los legisladores que, sin la menor impudicia, seguirán en estos días debatiendo la “ampliación de derechos” de los jóvenes: Leonardo Amarilla, el chico asesinado esta semana en José C. Paz, estaba cursando el último año del secundario, en el Instituto Glaciar Perito Moreno. Hacia allí se dirigía cuando lo interceptó un delincuente. Los vecinos del muchacho contaron que Leonardo trabajaba como barrendero en la línea de colectivos 182 para “poder pagarse el viaje de egresados”. “Ya tenemos miedo de mandar los chicos a la escuela porque no sabemos qué puede pasar”, dijo uno de ellos.

A los políticos les cabe Raúl Porchetto:


Si hay que triunfar
siempre te vamos a llamar
para guerras o elecciones
pibe no nos abandones

che pibe vení votá   Fuente: Tábano Informa