Mons.
Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, en su reflexión televisiva
semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (América TV), tomó palabras recientes del Papa Francisco, con quien estuvo hace
pocos días en Roma, y un estudio del filósofo italiano Sergio Romano, analizando la relación existente entre Democracia, Poder y
Dinero
indicando
que “este
es un problema que atañe al mundo entero. Es un problema real de las democracias
de hoy”.
Recordó que el Papa Francisco decía, refiriéndose a la
situación económica del mundo “que la mayoría de los hombres y mujeres de
nuestro tiempo siguen viviendo precariamente el día a día con consecuencias
funestas” y apuntaba que una de las causas “es la relación que hemos establecido con el
dinero, aceptando su predominio sobre nosotros y nuestras sociedades”, haciendo ver “que la reciente crisis financiera
internacional se funda en un problema antropológico. La relación del hombre con el dinero ha quedado
completamente alterada, en un sentido antiético y también antirreligioso”.
Además dijo que el Papa apunta a “que mientras las
ganancias de unos pocos van creciendo exponencialmente, las de la mayoría
disminuyen. Se trata de un afán de poder y de tener que no conoce límites. En este hecho se
manifiesta un problema ético que implica un rechazo de Dios, porque consiste en
convertir al dinero, a la riqueza, en un ídolo. Cuando no se relativiza el dinero y el poder,
y se los convierte en un absoluto hay una falla ética fundamental”.
Asimismo se propugna, de
acuerdo a la tradición de la Iglesia, “una reforma financiera verdaderamente ética,
de la cual se seguiría una reforma económica beneficiosa para todos. Pero esto requiere,
afirma Francisco, un cambio de actitud enérgico por parte de los dirigentes políticos”.
Por eso lo relacionó con un artículo, que se
publicó pocas semanas antes, de Sergio Romano, “un intelectual y periodista italiano de primer
nivel, y que apunta en el mismo sentido” sobre el “problema de las democracias, de las
democracias modernas, y de una connivencia inmoral del poder con el dinero”.
“Dice: “la historia de la
democracia es también una historia de ambiciones muy terrenas y de personas que
aprovechan su estatus político paras enriquecerse”. Y pone ejemplos
tomados del siglo XIX y del siglo XX en los principales países del mundo. Él
está apuntando sobre todo a Europa y a Estados Unidos. Dice además que “entre el 800 y el 900 hubo escándalos clamorosos y
grandes fortunas acumuladas gracias a un uso desprejuiciado del poder”.
Mons. Héctor Aguer explicó que
“poder
y dinero se potencian; hace falta dinero para alcanzar el poder y el poder
ayuda a acrecentar la riqueza. Pero eso es suerte de unos pocos y el autor
aquí pone ejemplos de importantes funcionarios que están sospechados,
procesados o condenados en sus respectivos países”.
“Sergio Romano presenta
este problema “como un drama de la democracia. Es un virus o un bacilo, es una
enfermedad que se llama el excesivo dinero, el demasiado dinero”. En el fondo tendríamos
que decir el amor al dinero, haciendo referencia a una frase del apóstol San
Pablo que dice que la raíz de todos los males es el amor al dinero”.
También destacó que
Romano comenta “el caso de la última campaña electoral en los Estados Unidos que
gastó 5 mil millones de dólares y dice que la crisis de Wall Street y de las
finanzas norteamericanas, que tuvo sus consecuencias luego en todo el mundo,
tiene que ver precisamente con una cierta promiscuidad del mundo del dinero con
el poder político”.
Luego de indicar que Sergio Romano “es un demócrata” que piensa “que la democracia ha
demostrado en el pasado que sabe corregir sus propios vicios y sanar las
propias instituciones” dijo que “si este un problema actual, hay que saber ver no solo sus consecuencias
sino también sus causas”. Y añadió que “en el régimen democrático los gobiernos son
elegidos por la población, por la mayoría de la población. Aquí se juega
entonces una instancia ética y también religiosa, porque tiene que ver con la
relación con Dios. No es compatible una recta relación religiosa con Dios con
el amor al dinero, con la idolatría del dinero. Y especialmente con esta
especie de promiscuidad, como dice Sergio Romano, entre el dinero y el poder”.
Por último recordó que la
“Doctrina
Social de la Iglesia siempre ha hablado en esta línea y es interesante cómo el
Papa Francisco hoy actualiza esa enseñanza hablándole a embajadores de países
muy diversos; este es un problema que atañe al mundo entero. Es un problema
real de las democracias de hoy”.
Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:
“Hace
poco más de una semana el Papa Francisco, en un discurso dirigido a un grupo de
embajadores que presentaban sus cartas credenciales, les habló acerca del
problema de la finanza internacional. Quiero recoger algunos de los párrafos
del mensaje papal, porque me parecen de una gran importancia en cuanto a
actualización de una enseñanza permanente de la Iglesia en su magisterio
social”.
“El Papa Francisco decía
en el discurso mencionado, refiriéndose a la situación económica del mundo, que
la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo siguen viviendo
precariamente el día a día con consecuencias funestas”.
“Y apuntaba, en seguida,
a una de las causas de esta situación que es la relación que hemos establecido
con el dinero, aceptando su predominio sobre nosotros y nuestras sociedades.
Hacía ver, el Papa que la reciente crisis financiera internacional, reciente
aunque se está tornando crónica, porque parece que no tiene solución
definitiva- que esa crisis se funda en un problema antropológico. Es decir que
la relación del hombre con el dinero ha quedado completamente alterada, en un sentido
antiético. Y en un sentido, digámoslo también, antirreligioso”.
“El Papa apunta, al mismo
tiempo, que mientras las ganancias de unos pocos van creciendo exponencialmente,
las de la mayoría disminuyen. Se trata de un afán de poder y de tener que no
conoce límites. En este hecho se manifiesta un problema ético que implica un
rechazo de Dios, porque consiste en convertir al dinero, a la riqueza, en un
ídolo. Cuando no se relativiza el dinero y el poder, y se los convierte en un
absoluto hay una falla ética fundamental”.
“Entonces el Papa
propugna, de acuerdo a la tradición de la Iglesia, una reforma financiera
verdaderamente ética, de la cual se seguiría una reforma económica beneficiosa
para todos. Pero esto requiere, afirma Francisco, un cambio de actitud enérgico
por parte de los dirigentes políticos”.
“Yo quiero ahora
relacionar este discurso del Papa con un breve artículo, que se publicó pocas
semanas antes, de Sergio Romano, que es un intelectual y periodista italiano de
primer nivel, y que apunta en el mismo sentido. Habla del problema de las
democracias, de las democracias modernas, y de una connivencia inmoral del
poder con el dinero”.
“Dice: “la historia de la
democracia es también una historia de ambiciones muy terrenas y de personas que
aprovechan su estatus político paras enriquecerse”. Y pone ejemplos
tomados del siglo XIX y del siglo XX en los principales países del mundo. Él
está apuntando sobre todo a Europa y a Estados Unidos. Dice además que “entre el 800 y el 900 hubo escándalos clamorosos y
grandes fortunas acumuladas gracias a un uso desprejuiciado del poder”.
“Es decir, poder y dinero
se potencian; hace falta dinero para alcanzar el poder y el poder ayuda a
acrecentar la riqueza. Pero eso es suerte de unos pocos y el autor aquí pone
ejemplos de importantes funcionarios que están sospechados, procesados o
condenados en sus respectivos países”.
“Sergio Romano presenta
este problema “como un drama de la democracia. Es un virus o un bacilo, es una
enfermedad que se llama el excesivo dinero, el demasiado dinero”. En el fondo tendríamos
que decir el amor al dinero, haciendo referencia a una frase del apóstol San
Pablo que dice que la raíz de todos los males es el amor al dinero”.
“Romano apunta el caso de
la última campaña electoral en los Estados Unidos que gastó 5 mil millones de
dólares y dice que la crisis de Wall Street y de las finanzas norteamericanas,
que tuvo sus consecuencias luego en todo el mundo, tiene que ver precisamente
con una cierta promiscuidad del mundo del dinero con el poder político”.
“Por supuesto Sergio
Romano es un demócrata, y piensa que la democracia ha demostrado en el pasado
que sabe corregir sus propios vicios y sanar las propias instituciones. Pero si
este un problema actual, hay que saber ver, entonces, no solo sus consecuencias
sino también sus causas”.
“En el régimen
democrático los gobiernos son elegidos por la población, por la mayoría de la
población. Aquí se juega entonces una instancia ética y también religiosa,
porque tiene que ver con la relación con Dios. No es compatible una recta
relación religiosa con Dios con el amor al dinero, con la idolatría del dinero.
Y especialmente con esta especie de promiscuidad, como dice Sergio Romano,
entre el dinero y el poder”.
“La Doctrina Social de la
Iglesia siempre ha hablado en esta línea y es interesante cómo el Papa
Francisco hoy actualiza esa enseñanza hablándole a embajadores de países muy
diversos; este es un problema que atañe al mundo entero. Es un problema real de
las democracias de hoy”.