Nos dirigimos a Usted, como hija biológica de un Suboficial de la Armada, que prestando servicios en los Astilleros Río Santiago, festejaba a su Madre durante 1952, y que ante la duda fundada de su paternidad, optó por pedir su traslado como maquinista en la Flota de Superficie con asiento en Puerto Belgrano a fines de ese año.
Este breviario, consideramos oportuno hacerlo, por cuanto a cada quien, sin importar su jerarquía, se le debe mencionar, conforme sus reales lazos sanguíneos y no los que pretende introducir como válidos.
Como su data familiar, es el emblema de lo apócrifo, también hemos omitido dirigirle estas líneas a Usted, como Doctora, pues carece del grado académico habilitante para reconocerle tal condición.
Damos en cambio, por cierto y probado su abultado y frondoso prontuario como adúltera, durante su oprobioso tránsito por el Parlamento, que en su momento fue un vergonzante secreto a voces, en todos los pasillos del Congreso.
Y no descartamos incluso, su participación por acción y/u omisión, en el homicidio de su cónyuge en su Palacio de El Calafate, el que será ventilado, cuando se restañe el servicio de Justicia, al que daremos la obligatoria reapertura con Magistrados probos, en pocos meses mas.
En una paralela pesquisa judicial, imparciales Jueces, seguramente pondrán también al descubierto
la reconstrucción de su patrimonio originario y el crecimiento exponencial del mismo, desde sus épocas de oscura paniaguada en el suburbio platense de Tolosa hasta nuestros días.
Ya que Usted es el epifenómeno de la transgresión y del apoderamiento de la Cosa Publica para sus perversos fines personales y el de sus cómplices, somos de la opinión que su siniestro paso por la función publica debe cesar inmediatamente.
Sin embargo, a los efectos de evitar un innecesario derramamiento de sangre, que interpretamos será inexorable, la invitamos, para que a la mayor brevedad, presente su renuncia ante el Parlamento, junto a su Vice y la totalidad de Ministros y Secretarios de Estado.
Frente a la hipótesis que haga caso omiso a nuestra proposición de declinar su cargo, por las buenas, finalmente lo hará por las malas y debe creernos, que será de una manera mucho más cruenta.
Señora, cuando el espiral de límites ha sido rebasado con su denodado afán, cualquier individuo
medianamente cuerdo, debe avizorar las secuelas de sus criminales acciones.
Con sus constantes e irresponsables desatinos, que hicieron de la impericia y el desapego, una curiosa forma de gobernar, ha sumido Usted a los desvelos de todo un país, cuyos Ciudadanos, desorientados como están, no alcanzan a mensurar el coloso de indignidades que Usted ha prohijado.
Quizás dicha inconexión colectiva, abreve en la ausencia de una clase política, que de haber existido, hubiese incoado su destitución por el sendero constitucional, que provee los simples mecanismos para que Usted y los suyos, fuesen ya un triste y doloroso borroso recuerdo.
Y precisamente esa inexistencia de resortes, nos ha llevado a deducir que sus acartonados detractores, deban también rendir cuentas sobre su ominosa actitud.
Porque estos jueces y legisladores, hijos de este "modelo", deben junto a Usted, ser encartados por sus malas artes, desplegadas por la simple inacción.
En síntesis Señora, si opta Usted por eludir su renuncia al cargo de Presidente de la Nación Argentina, será sometida con todo el rigor de la Ley a la pena de Traición a la Patria.
Nosotros, no seremos otra cosa, que los ejecutores de la norma jurídica que taxativamente lo indica.
Señora, Usted hizo y hace gala de un desempeño, que no solo es criminal, sino que de forma sistémica viola las más elementales normas de buen gusto, que se aguardan de alguien que ocupe su cargo.
En otras palabras, ha demostrado a todo el Pueblo Argentino que es una devota refractaria del más simple concepto de lo moral.
Por ello, insistimos, abandone su cargo y también sus pertenencias terrenales, antes que vayamos por Usted.
Medite y extracte la utilidad sobre el plazo de gracia de cuatro largos meses que le otorgamos, para que haga las pases con su desordenada y malsana conciencia.
Coronel -EA014- Coronel -EA023- Coronel -EA036- Coronel -EA051- Coronel -EA068- Coronel -E-A072- Coronel -EA090- Teniente Coronel -EA114- Teniente Coronel -EA117- Teniente Coronel -EA127- Teniente Coronel -EA132- Teniente Coronel -EA133- Teniente Coronel -EA135- Teniente Coronel -EA141- Teniente Coronel -EA142- Teniente Coronel -EA150- Teniente Coronel -EA155- Teniente Coronel -EA164- Teniente Coronel -EA177-