«MILES SERÁN SACRIFICADOS EN EL ALTAR DE UNA IMAGINARIA DEMOCRACIA»
Siria: la Iglesia Ortodoxa rusa acusa a EE.UU de comportarse una vez más como el justiciero internacional
Mientras parece cada vez más inminente una intervención militar occidental en contra del régimen de Bashar al-Assad, la Iglesia ortodoxa rusa expresó su «fuerte preocupación» por los posibles escenarios que se presentan en Siria. «Una vez más, como en el caso de Irak, los Estados Unidos se comportan como justiciero internacional», denunció el metropolita Hilarion de Volokolamsk, presidente del departamento que se ocupa de las relaciones públicas del Patriarcado de Moscú.
28/08/13 12:09 PM
(AsiaNews/Vatican Insider) En una entrevista con la agencia AsiaNews, el representante de la Iglesia ortodoxa rusa criticó duramente la postura de los Estados Unidos, que «de manera absolutamente unilateral, sin ningún aval de las Naciones Unidas, quieren decidir el destino de todo un país con millones de habitantes».
«Una vez más –advirtió Hilarion– miles de víctimas serán sacrificadas en el altar de una imaginaria democracia». Entre ellas, según el metropolita, estarán antes que nada «los cristianos, de cuya suerte nadie se preocupa». Justamente ellos «corren el peligro de convertirse en los principales rehenes de la situación y las principales víctimas de las fuerzas extremistas radicales, que con la ayuda de los Estados Unidos llegarán al poder».
«La comunidad internacional –concluyó– debe hacer todo lo posible para evitar que los eventos se desarrollen de esa manera».
Siria. Mismos protagonistas. Mismos errores. Mismas víctimas
28.08.13 A las 11:49 AM,
Por Luis Fernando
Todo indica que estamos ante una nueva reedición de una metedura de pata colosal por parte de eso que se conoce como “Occidente". Esta vez va a ser en Siria, país que lleva inmerso en una guerra civil desde hace largos meses. La excusa es el supuesto uso de armas químicas contra la población civil por parte del régimen.
Que se ha usado ese tipo de armamento parece demostrado. Que haya sido idea del mismísimo Bashar al-Asad ya no está tan claro. No porque ese sujeto, ideológicamente afín al Saddam que gaseaba kurdos, no sea capaz de cometer semejante atrocidad. Pero no tiene sentido que en un momento en que la guerra ha entrado en una fase más o menos favorable a su régimen, sea tan obtuso como para llevar a cabo una acción que puede servir de justificación para que le bombardeen norteamericanos y europeos. Ya me dirán ustedes qué puede ganar el tirano sirio llenando los medios de comunicación occidentales de niños fallecidos tras una agonía neurológica espantosa.
A estas altura de la película, sabemos que en este tipo de conflictos juega un papel importantísimo el combate por ganar el respaldo de la opinión pública internacional. Y como es claro que los opositores al régimen sirio han demostrado ser mayormente unos salvajes, no descarto que todo haya sido una fruto de una estratagema para presentar al líder baazista como un ser repugnante y despreciable.
Una de las cosas que más me llama la atención de “Occidente” -Obama, Hollande y Cameron- es esa especie de hipersensibilidad sobrevenida fruto del uso de armas químicas. En Siria llevan bombardeando la población civil desde hace mucho tiempo. Yo creo que los muertos son igual de dignos cuando mueren bajo una bomba que cuando mueren tras respirar gas sarín. Ciertamente es mejor morir de golpe que tras sufrir convulsiones, pero el resultado final es el mismo: inocentes pagan los platos rotos.
Lo último que ha partido de la administración Obama es que el ataque que pueden llevar a cabono busca derrocar al régimen sirio. Que va a ser solo una advertencia. Pues digo yo que si de lo que se trata es de “advertir", bastan las palabras. No hace falta enviar misiles que lleven en su cola una pancarta que rece “Bashar, que sepas que te estamos advirtiendo”. Si de lo que se trata es de que el régimen entienda que los países occidentales pueden llevar a cabo una intervención militar, basta con recordarle lo que ha pasado en Libia, Irak o Afganistán. No vaya a ser que con un advertencia a misilazos, la población siria cercana al lugar donde se realice el ataque acabe añadiendo cifras a la lista de muertos y heridos.
El régimen ya ha advertido que si se le ataca, va a responder. Y como quiera que Israel está bien cerquita, podemos hacernos una idea de por dónde irá su respuesta. Y también cuál será la reacción del estado judío. Si así ocurre, entraremos en una escalada militar de incalculables consecuencias. Saddam Hussein intentó meter a los israelitas en el conflicto. Pero lo que él no consiguió, lo mismo sí lo consigue Al-Asad
No está de más que recordemos que lo que se juega en Siria no es si ganan los buenos o los malos. Allí todos son malos. Reconozco mi incapacidad de entender la razón por la que los gobernantes occidentales piensan que es mejor para ese país un régimen fundamentalista islámico que una dictadura de corte laicista. Eso de que hay que llevar la democracia al país es una broma pesada. Para los islamistas, la democracia ses buena si sirve como instrumento para alcanzar el poder. Una vez alcanzado, adiós a la libertad. Salvando las distancias, es lo que pasó en Alemania con Hitler, que llegó al gobierno tras ganar unas elecciones.
Lo único que tenemos claro es que los cristianos sirios no quieren la victoria de los que se oponen al régimen. Como en Egipto, saben que la llegada del fundamentalismo islámico al poder es una pesadilla de la que hay que escapar. No hay más que ver lo que ha ocurrido en Irak. La caída del régimen de Saddam -en muchos aspectos deseable- ha sido seguida de un éxodo masivo de cristianos en busca no ya de una vida mejor, sino de simple y llanamente una vida. De hecho, no pocos cristianos iraquíes acabaron trasladándose a Siria. ¿A dónde van a ir si llegan los islámicos gracias a la intervención irresponsable de Occidente?
En este “deja vu” que nos toca vivir, lo único claro es que se repiten los mismos protagonistas, los mismos errores y las mismas víctimas. Lo único que cambia, al menos en España, es que se vuelve a demostrar que la izquierda considera que el pacifismo es una especie de ramera a la que se alquilan sus servicios solo cuando interesa. Si el que ataca se llama Bush, la izquierda se tira a la calle. Si el que lo hace se llama Obama, todos en casa. Lo único que quizás les haría cambiar es que Rajoy decidiera poner sus pies en una mesa mientras apoya una intervención militar en Siria. Pero seguramente Mariano anda más pendiente de la Vuelta ciclista a España que de lo que ocurre en Oriente Medio.
La Iglesia, como siempre, parece ser la única voz sensata. Y, también como siempre, nadie la hará caso.
Luis Fernando Pérez Bustamante
¿Siria?
27.08.13 A las 9:58 PM,
Por el P. Guillermo Juan Morado
Son variadas y repetidas las intervenciones de los líderes religiosos cristianos a propósito del conflicto sirio. El papa Francisco, el pasado domingo, se refirió de modo explícito a esta cuestión alzando la voz para subrayar la necesidad de que se pare el ruido de las armas: “No es el enfrentamiento lo que ofrece perspectivas de esperanza para resolver los problemas, sino la capacidad de encuentro y de diálogo”, dijo al final del ángelus.
También se han expresado públicamente otros obispos; entre ellos, Mons. Antoine Audo, obispo católico de Alepo, quien ha alertado, de modo muy claro, que una intervención armada en Siria supondría el riesgo de una guerra mundial. La comunidad internacional, insistió, debe ayudar a dialogar y no a hacer la guerra.
Pero quizá de un modo más decidido aun ha hablado Hilarión de Volokolamsk, arzobispo ortodoxo que preside el Departamento para las relaciones externas del Patriarcado de Moscú. El arzobispo advierte de los posibles desarrollos que podría desencadenar esta crisis: “Una vez más – dice -, como en el caso de Iraq, los Estados Unidos se comportan como justicieros internacionales”.
Parece sensato pensar que, sin el aval de las Naciones Unidas, un solo país, o una alianza de países, por poderosos que sean, no pueden decidir, de modo unilateral, el destino de Siria.
No se trata de condenar una “injerencia humanitaria”. Pero hay que pensar muy bien si una intervención armada externa entra dentro del marco de lo que podemos considerar “injerencia humanitaria”.
Cualquier guerra, cualquier decisión de recurso a las armas, ha de ser proporcionada y ha de calibrar los posibles efectos. ¿Hay alguna garantía de que la intervención en Siria solucione algo sin provocar males mayores?
¿Qué pasará con los cristianos de Siria? Se trata de un tema que parece no preocupar en nada a Occidente. ¿A quién beneficiaría una operación similar? ¿A los demócratas o a los extremistas radicales? También la población musulmana, mayoritaria en ese país, sufriría de modo incalculable.
El recuerdo de Iraq está muy cerca. Lo suficientemente cerca como para no repetir errores. El papa Juan Pablo II hizo, en su día, todo lo posible para evitar esa guerra. Sin éxito. Ojalá no tengamos con Siria un “Iraq II”, o algo mucho peor.
A las autoridades de los Estados, y no a los religiosos, les compete tomar ese tipo de decisiones (cf Catecismo 2309). Esperemos que se dejen guiar por la prudencia.
Guillermo Juan Morado.
«¿ESTAMOS SEGUROS DE LOS HECHOS SOBRE EL TERRENO?»
El primado anglicano advierte a los diputados británicos sobre las «consecuencias imprevisibles» de intervenir en Siria
El arzobispo anglicano de Canterbury, Justin Welby, ha advertido de que una posible intervención militar en Siria podría tener «consecuencias imprevisibles» por todo el mundo árabe y musulmán, en un artículo publicado hoy por el rotativo The Daily Telegraph. Los diputados deben preguntarse si están «seguros» antes de optar por una posible acción militar, en una «situación realmente delicada y peligrosa», dijo.
28/08/13 10:16 AM
(Efe/InfoCatólica) Welby, que promovió durante varios años la reconciliación en zonas de guerra en África y Oriente Medio, admitió además que no hay «una buena respuesta» ante el conflicto sirio y que una solución sencilla «simplemente no existe».
El arzobispo recuerda que recientemente viajó por Oriente Medio para reunirse con líderes cristianos y musulmanes y que percibió una sensación de miedo «más allá de toda descripción» además de notar una sensación «tangible» de que la región atravesaba una «época terriblemente peligrosa».
Welby urgió a los políticos a tener en cuenta que «todo lo que ocurre» en Oriente Medio tiene «consecuencias» en otros lugares.
«Lo que los diputados tendrán que considerar en lo que será un debate muy, muy difícil es, primero: ¿estamos seguros de los hechos sobre el terreno?», dijo. «Y segundo: ¿Es posible tener una respuesta cuidadosamente calibrada que incluya a las fuerzas armadas, si están seguros sobre los hechos sobre el terreno, que no tenga ramificaciones imprevisibles por todo el mundo árabe y musulmán?», reflexionó el arzobispo anglicano.
Las declaraciones de Welby llegan después de que el primer ministro británico, David Cameron, anunciara ayer que el Parlamento se reunirá mañana, tras interrumpir su receso estival, para debatir la postura del Reino Unido ante las recientes denuncias de ataques químicos contra civiles en Siria por parte del régimen de Bachar al Asad del pasado día 21.
Cameron presidirá hoy una reunión del Consejo Nacional de Seguridad a la que asistirán ministros, responsables militares y de inteligencia para tratar la crisis