Por Emilio Nazar Kasbo
Estamos por cumplir 100 años del
Decreto que iniciara el Genocidio Islámico Turco Otomano contra los Armenios y
otros cristianos, el 24 de abril de 1915. Ese fue el último Genocidio, pero
antes hubo muchos otros en la región. Los armenios que hoy seguimos vivos,
somos los sobrevivientes de numerosos genocidios.
Desde que los Jóvenes Turcos
asumieron funciones de Gobierno en el Imperio Otomano, y principalmente desde
1915, las mayores calamidades recayeron en la población de Mardin, ciudad que
actualmente se encuentra en Turquía, que antes pertenecía a Siria, en tanto que
es una ciudad perteneciente a la Armenia Histórica, aledaña a la ciudad de
Diarbekir (originalmente denominada Tigranaguert)
No todos los descendientes de
mardinsíes reconocen esto que acabo de mencionar. Es más, estos comentarios a
muchos “no gustan”, o resultan “desagradables”, sin más explicación. Imposible
resulta hurgar en los motivos. No se trata más que de un “negacionismo”
protagonizado por los mismos descendientes de las víctimas.
Los descendientes de quienes
conformaron inicialmente el Club Mardin de La Plata y el de Quilmes, son todos descendientes
de armenios católicos de raza e identidad armenia. Pero somos armenios arabófonos, armenios que
hablamos árabe, motivado ello por un genocidio anterior al de 1915 que además
alteró los apellidos.
Hoy dicen muchos que son
árabes. Pero el árabe es un idioma. No es ni una raza ni una religión. Decir que “soy árabe” es como decir “soy
mandarín” o “indostani”, que también son idiomas.
Hay una sola excepción: puede
decirse “árabe” el originario de Arabia Saudí; sin embargo, quien esto quisiera
sostener debería acreditarlo primeramente con su tipo racial, con sus genes.
Los mardinsíes son todos de un tipo racial blanco, caucásico, en tanto que las
tribus de Arabia Saudí son de rasgos semitas, de color grisáceo.
Yo hablo árabe coloquial, pero mi
identidad es armenia. Mi abuelo tenía Pasaporte sirio, y por tanto soy segunda
generación de sirio (como nacionalidad asignada por el dominio sobre Mardin en
su tiempo). Lo mismo sucedió con la rama familiar materna: tras el Genocidio y
la Caravana de la Muerte sobrevivieron en Aleppo, donde los planes turcos de
exterminarlos a todos no pudieron concretarse por la derrota en la Primera
Guerra Mundial y el cambio geopolítico sufrido como su consecuencia. Mi madre
nació bajo régimen francés, además, puesto que Siria se convirtió en una
Colonia de Francia, siendo su derecho derivado del mismo nacimiento. De modo
que a su vez soy hijo de una persona francesa, y por vía materna también segunda
generación de nacionaldiad siria. Por ambas partes, dado que todos mis
bisabuelos y bisabuelas eran originarios de Mardin, soy Tercera Generación de
víctimas del Genocidio, y mis hijos son la Cuarta.
No tengo rasgos tártaros como los turcos. Soy blanco y no tengo rasgos semitas como palestinos,
libaneses o algunos sirios, dado que en Siria coexisten diversos grupos, y en
su zona Oriental hay numerosos Kurdos y Armenios, al igual que siempre hubo
gran concentración de armenios en la zona de Aleppo y muchos otros dispersos
por el país. Y todos tienen una similar contextura y tipo racial, excepto los
descendientes de armenios fundadores de Mardin que se han casado con personas
libanesas o de otro origen (entre quienes incluso deben ser contabilizados
algunas mujeres que eventualmente hayan sido violadas en el marco del Genocidio
por los turcos, transmitiendo así otros rasgos diversos a su descendencia).
Además, muchas familias han tenido
propiedades en Mardin. Las de mi familia están reclamadas. Algún día las
recuperaremos nosotros. No sé si el
resto conoce cuál fue el destino de sus propiedades familiares que en algún
momento tuvieron en Mardin.
A casi cien años del Genocidio…
¿Quién prepara los actos del centenario?
Soy armenio católico arabófono descendiente de mardinsíes de
tercera generación desde el Genocidio, y ya viene la cuarta, en medio del
olvido y la negación de muchos. Y así, a muchos les resulta “desagradable” lo
que digo. Pero nadie explica con fundamentos cuál es el error en su caso,
mientras continúan debatiéndose acerca de su propia identidad: “¿y nosotros,
qué somos?”, preguntan. Nadie les dará una respuesta.
Soy armenio católico arabófono descendiente de mardinsíes. Mi Parroquia
en Argentina en Charcas 3529 de Capital, que es la Catedral que me corresponde.
Soy armenio católico arabófono descendiente de mardinsíes, y estoy
aprendiendo el idioma armenio, que se sumará a otros idiomas que conozco, como
el inglés. El resto de los descendientes que viven en Argentina, hasta donde yo
sé, prácticamente han perdido el idioma árabe. La mayoría hoy ya no son “armenios arabófonos”
ni “armenios arabizados”, sino que hoy son “armenios castellanizados”, “armenios
hispanizados” o “armenios argentinizados”. Pocos son conscientes de ello, creo.
Soy armenio católico arabófono descendiente de mardinsíes, y
conozco la historia de mi familia. Ya sé que a muchos no les importa, no les
interesa.
Soy armenio católico arabófono descendiente de mardinsíes, y he
visitado Siria, pero también he estado en Mardin.
Soy armenio católico arabófono descendiente de mardinsíes. Los
demás, que sigan debatiendo su identidad.
Soy armenio católico arabófono descendiente de mardinsíes.