“Hemos perdido al más grande de nuestros hijos”, dijo el presidente Jacob Zuma, confirmando la muerte del izquierdista líder Nelson Mandela, en un mensaje dirigido a la Nación sudafricana.
Visiblemente emocionado, Zuma recordó a su pueblo que Mandela fue un hombre con una “increíble determinación por vivir”, sosteniendo que el líder del apartheid “nos unió a todos y todos juntos le vamos a despedir”. “Le amaremos siempre, que su alma descanse en paz, Dios bendiga a África”, concluyó.
Nelson Mandela murió en su domicilio ubicado en la capital, Johannesburgo, donde se encontraba en cuidados intensivos y en un estado crítico.
Mandela es reconocido públicamente por su lucha contra el régimen racista sudafricano, aunque la ideología izquierdista sustentada por él no ha trascendido de forma relevante fuera de su país. Siempre ha recibido más reconocimientos por esa lucha que por su ideología personal.
Nelson Mandela fue héroe de la lucha contra el apartheid, premio Nobel de la Paz en 1993 y fue elegido primer presidente negro de Sudáfrica en 1994. Defendió la dignidad de la persona humana que por Derecho Natural le corresponde, en el marco de su lucha contra el Apartheid, el régimen de segregación entre la minoría blanca que lideró Sudáfrica durante 44 años en la segunda mitad del Siglo XX y la mayoría negra, sometida a la anterior.
Mandela, de 94 años de edad, fue hospitalizado a principios de junio por cuarta vez en seis meses por problemas respiratorios graves que han acentuado su neumonía. La última aparición pública de Mandela se produjo el 20 de abril de este año, donde se pudo apreciar a un anciano de 94 años con un semblante muy frágil y con los ojos mirando hacia ninguna parte.
Su esposa, Graça Machel, anuló un reciente viaje a Londres para quedarse junto a él en la cama del hospital. Makaziwe Mandela, hija de Mandela fruto de su primer matrimonio con Evelyn, también permaneció hasta el último suspiro de la vida de su padre y como representante de más de las dos docenas de familiares y descendientes que forma el clan de los Madiba. Sus familiares afirmaron: "ningún luchador es inmortal".
A mediados del año pasado, Madiba -el apodo cariñoso con el que sus próximos y seguidores le conocían- se retiró al pueblo de Qunu que le vio crecer para descansar y ver la vida pasar con la calma que no tuvo durante más de 50 años dedicados primero, a la lucha y luego a la política en favor de la igualdad en su país.
A los cinco años de edad, Mandela se dedicaba a pastorear ovejas y becerros a las afueras de Ciudad del Cabo, la ciudad que le vio nacer. Fue uno de los 15 hijos de Henry Mgadla Mandela, consejero principal del Jefe Supremo de Thembuland, quien a la muerte de su padre se convirtió en tutor de Mandela.
El joven dirigente participa en las primeras huelgas estudiantiles en 1940 que supuso su expulsión del centro. Tras sus primeras protestas conoce a Walter Sisulu, quien le ofreció un empleo en un bufete de abogados de la capital sudafricana.
En 1944, junto a Sisulu, Tambo y Anton Lembede, fundan la rama juvenil del Congreso Nacional Africano (ANC). Fue en ese momento cuando decidió convertirse en el secretario nacional de esta organización y defendió en 1948 la vía del diálogo para eliminar el apartheid impuesto por la minoría blanca de origen colonial que gobernaba Sudáfrica con mano de hierro y excluyendo con violencia, matanzas y represiones a los negros de la igualdad social en el país africano.
A finales de 1952, fue detenido en virtud de la Suppression of Communism Act (Ley de Represión del Comunismo). Aunque su condena de nueve meses quedó en suspenso, se le prohibió acudir a mítines o abandonar el distrito de Johannesburgo.
Mandela fue el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente mediante sufragio universal así como el líder del Umkhonto we Sizwe, el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA).
En 1962 fue arrestado y condenado por sabotaje, además de otros cargos, a cadena perpetua. Estuvo 27 años en la cárcel confinado en la prisión de Robben Island tras ser condenado en 1964 a cadena perpetua.
Tras su liberación en 1990, Mandela lideró a su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, que finalmente logró en 1994 con la celebración de las primeras elecciones democráticas por sufragio universal. Ganó las elecciones y fue presidente desde 1994 hasta 1999.
Cuando se aupó al poder no le venció el rencor, ni el odio contra aquellos dirigentes blancos que le impusieron sus ideas con la violencia, sino todo lo contrario: Mandela defendió durante su mandato como presidente democrático de Sudáfrica la reconciliación pacífica entre blancos y negros en el país que ahora llora su muerte y que recuerda que en 1991 se abolió la última ley del Apartheid que durante tantos años separó a negros y blancos.
El gobierno del presidente blanco Frederik Willem de Klerk liberó a Mandela en febrero de 1990, después de legalizar el ANC y otros partidos políticos. En 1991, el régimen sudafricano abrogó la última de las leyes que constituían la base legal del apartheid.
Mandela y De Klerk compartieron en 1993 el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para establecer la democracia y la armonía racial en Sudáfrica.
Mandela se convirtió en 1997 en un líder indiscutible de las relaciones internacionales africanas, mediando en varios conflictos, como en el de Zaire (actual República Democrática del Congo), que en la primera mitad de ese año acabó por suponer el fin del régimen de Mobutu Sese Seko hasta el año 1999, concretamente el 20 de junio, cuando Mandela decide entregar el poder a su sucesor: Thabo Mbeki, siendo éste el primer gesto para retirarse de la política de forma activa aunque estuvo muy presente en el país desde aquel año hasta hoy.
Nelson Rolihlahla Mandela nació en Mvezo, Unión de Sudáfrica, el 18 de julio de 1918, y murió en Johannesburgo, Gauteng, Sudáfrica, el 5 de diciembre de 2013. Fue uno de los 13 hijos, que tuvo su padre Gadla Henry Mphakanyiswa o (también llamado Henry Mgadla Mandela), con sus cuatro esposas por un consejero principal de la casa real Thembu; a su vez era bisnieto de rey (Ngubengcuka, que falleció en el año 1832); su madre era Nonqaphi Nosekeni Fanny tercera de las esposas de Gadla Henry Mphakanyiswa.
Él se casó tres veces y tuvo seis hijos. En su 80 cumpleaños, el 18 de julio de 1998, contrajo matrimonio con Graça Machel, la viuda de Samora Machel, el antiguo presidente de Mozambique y patrocinador del ANC, fallecido en 1986 en un accidente de avión.
En su país, Sudáfrica, era conocido como Madiba (título honorífico otorgado por los ancianos del clan de Mandela; también era llamado Tata); habiendo tenido una trayectoria como abogado y político sudafricano.
Tras estar preso por más de 27 años cumpliendo una condena que era de por vida, Nelson Mandela fue liberado, recibió el Premio Nobel de la Paz y fue electo democráticamente como presidente de su país.
Antes de estar preso había sido líder de Umkhonto we Sizwe, el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA). En 1962 fue arrestado y condenado por sabotaje, además de otros cargos, a cadena perpetua. La mayoría de los más de 27 años que estuvo en la cárcel los pasó en la prisión isla de Robben Island.
Las elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el primer presidente negro de Sudáfrica; desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación nacional, manteniendo a De Klerk como vicepresidente, y tratando de atraer hacia la participación democrática al díscolo partido Inkhata de mayoría zulú; también se aprobó una nueva Constitución. Al terminar su mandato en 1999 abandonó la vida política, y en 2004 la vida pública.