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sábado, 15 de marzo de 2014

EL CACEROLAZO DEL #13M REUNIÓ UN PEQUEÑO PUÑADO REPRESENTATIVO DE LA DISIDENCIA



Alrededor de un centenar de manifestantes se reunieron en el Obelisco de Capital Federal el día 13 de marzo de 2014 para mostrar su oposición a las políticas gubernamentales.
Lo mismo sucedió en San Luis, Mendoza, o Tucumán por ejemplo. Muchas personas concurrieron a las plazas centrales de sus ciudades, pero en silencio, en las cuales hubo gente en una cantidad superior a la habitual, pero ninguno comenzó con la protesta ni haciendo ruido, motivo por el cual simplemente todo quedó en grupos de personas que caminaban por las plazas, ya que faltó cierta motivación.
Esta es la tercera marcha convocada a la cual ha concurrido poca gente. Hay quienes especulan que quienes convocan no son los mismos de las otroras exitosas, o que la gente concluyó que no sirven para nada tales convocatorias. Sin embargo, la manifestación mayor que fue lograda, era en tiempo pre-electoral, a la cual adhirieron numerosos candidatos partidarios de distinta orientación, otorgando así un panorama variopinto. Además, tales candidatos utilizaron sus contactos mediáticos, de modo que los medios masivos de comunicación colaboraron en la amplia difusión de los cacerolazos, y ello hasta que ya no les convenía políticamente a los mismos medios.
La difusión masiva referida, no existió, de modo que la mayoría de las personas no se enteraron de la convocatoria. Hay quien también afirma: “el tiempo de las protestas se terminó el día que hicimos el primer cacerolazo y no sirvió de nada, terminó el día que dejamos que Lanata mostrara en cada programa la corrupción con pruebas y no hicimos nada, el día que Blumberg convocó a una marcha por la seguridad y a nuestros gobernantes no les importó más que calumniar a Blumberg, porque para que entendieran tendríamos que haber salido con armas y no con cacerolas, los políticos de este país ya saben que la sociedad opositora a gobiernos corruptos es educada y apacible, por eso siguen calmando a su clientela ignorante y violenta e ignorando las quejas de quienes queremos vivir honradamente y en paz.”
Otros afirmaron que había más policías que gente común. Quienes se reunieron en el Obelisco, que llegaron a ser cerca de 500 cortando por cerca de 10 minutos el tránsito en el lugar, luego se dirigieron hacia Plaza de Mayo, donde había aproximadamente un centenar de manifestantes más un acampe de otros tantos, mientras la mitad de la plaza de Mayo estaba a oscuras, con móviles de exteriores cubriendo la Misa de la Catedral con motivo del primer aniversario de la designación del cardenal Jorge Mario Bergoglio como Papa. Hubo otro grupo pequeño en Cabildo y Juramento de Capital Federal.
En la evaluación, también hay comentarios por Internet desde Capital Federal, como el que textualmente se cita a continuación: “Bien Bien!!! y el 13M????? ah, cierto!!!!! era una marcha LIBERAL IMPULSADA POR LIBERALES PARA DEFENDER EL LIBERALISMO PORQUE NO LES JUSTA EL GOBIERNO. Eso benefició de algún modo a la nación? haber, no todo sigue igual y le voy a decir porque: PORQUE LOS QUE FUERON A LA MARCHA SOLO QUIEREN QUE SE VAYA CRISTINA PARA QUE VENGA CUALQUIER SALAME A REEMPLAZARLA!!!!!!!!! La solución no es solo que cristina se vaya, es cambiar todo el modelo partidocrático y mientras halla GILES que se coman el verso de los liberales nunca van a cambiar”.
En coincidencia con el anterior comentario, y en su misma línea, se transcribe el siguiente, originado en Bahía Blanca: “estoy de acuerdo que el cambio debe ser más profundo y no debemos permitir que siga el modelo este nefasto con otros personajes que son parte de lo mismo.......¡¡¡Dios Patria o muerte!!!!!”
En la evaluación, debe indicarse que quienes han concurrido a este último cacerolazo son los que más activamente opositores se muestran. No obstante ello, queda claro que los medios de comunicación masivos no tienen intención de difundir estas convocatorias.

Los medios de comunicación sólo difundirán un cacerolazo si existiera algún hecho de relevancia que justifique la colocación de las cámaras y de reporteros en el lugar de la manifestación, lo cual genera la inmediata repercusión y difusión. El problema de su “no difusión”, adoptada como política mediática, tiene un límite: la imprevisión de un gran estallido social, que eventualmente se produzca en un momento indeterminado.