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sábado, 1 de diciembre de 2018

ERDOGAN EN EL G20 Y EL NEGADO GENOCIDIO CONTRA LOS ARMENIOS

Erdoğan'dan G20 Zirvesi'ne damga vuran Kaşıkçı açıklaması!


En la foto: Recep Tayyip Erdoğan, presidente del Estado Negacionista de Turquía (Foto de Haberler.com)

Las declaraciones son una cosa, y los hechos son otra. Las palabras, se las lleva el viento, y muchos borran con el codo lo que han escrito con la mano.
Diario Pregón de La Plata preguntó al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, acerca de cómo protege la libertad religiosa de las minorías en Turquía, sobre todo a raíz de los refugiados sirios con motivo de las masacres producidas por el grupo terrorista islámico Isis. Asimismo, como descendiente bisnieto de víctimas fatales del genocidio de 1915, Diario Pregón le preguntó al mandatario turco si no es ya el momento de reconocer la comisión del Genocidio.
La respuesta fue que hay millones de refugiados en Turquía, que han sido integrados en las ciudades, que no hay campos de concentración, que Turquía no ha cerrado sus fronteras, que hay cien mil armenios residentes en Turquía, y argumentos semejantes.
Erdoğan no respondió acerca del modo en el cual garantiza que las minorías cristianas no sean discriminadas, aunque claramente acaba de firmar el documento del G20 donde se alude a que no habrá discriminación. Claro que son palabras, y todo lo que se firma es pasible de no ser cumplido. La conclusión es que no existe garantía alguna de resguardo de las libertades religiosas de los refugiados, y mucho menos de los cristianos residentes en Turquía.
Resulta inadmisible en Turquía, donde aun impera en muchos sectores la idea del panturquismo islámico, que una persona mahometana se convierta al cristianismo, y eso también es discriminación. Esto es coincidente con el wahabismo de Arabia Saudita, y a pesar de la no discriminación firmada, difícilmente sea cumplible algo semejante. Todo mahometano que se declare tal, es pasible de ser asesinado bajo la ley de la Sharia (la misma de Isis, del Panturquismo y del Wahabismo, similar también a lo que sostiene en África Boko Haram).
No discriminar incluye la cuestión religiosa, que siempre resulta admisible excepto que se trate de cristianos.
En 1915, el Imperio Otomano implementó su plan de expulsión y masacre de los armenios, a lo cual siguió con los demás cristianos. El último gran Genocidio, aunque luego Turquía implementó otros pero con menor cantidad de víctimas. En ese marco, preguntado acerca del reconocimiento del Genocidio y que dicho reconocimiento podría beneficiar a ese país comercialmente, Erdoğan expresó que no hay posibilidad de hablar de genocidio, que no existe ninguna base para referirse a un hecho semejante, y que finalmente podría ser materia de historiadores.
Los historiadores ya se han pronunciado. Y no sólo los historiadores, los periodistas independientes de su tiempo, los rastros y vestigios… y la memoria de los sobrevivientes acusan a Turquía. La sangre de los masacrados y la miseria en que fueron sumidos los descendientes del Genocidio acusan a Turquía. ¿Acaso quieren volver a repetir otro nuevo genocidio? ¿Ese es el socio comercial que buscan los países?
Fuera de toda consideración civilizada, el negacionismo turco acaba de hacer una nueva reafirmación. Negar a un descendiente de las víctimas fatales la historia de su propia familia, resulta de un cinismo descarado.
Turquía tarde o temprano deberá reconocer los hechos. Erdoğan los sabe. Millones de turcos islámicos viven ahora en Europa, pero en Turquía viven muchos musulmanes criptocristianos, y la sacre cristiana que corre por sus venas los llama a abandonar tal situación, pero no pueden hacerlo, no se animan a hacerlo, por las sanciones sociales y económicas, que incluso llegan a ser mortales. Aun existimos los “perros cristianos”, como cariñosamente llaman los fundamentalistas a los cristianos, firmando o no firmando su declaración de “no discriminación”.
Si Erdoğan quiere Historia, que lea las Actas de los juicios llevados a cabo contra los soldados que ejecutaron las masacres, en cumplimiento de las órdenes de la Gran Puerta. Dichas Actas además han sido publicadas. Y después de hacerlo, que reconozca el Genocidio, asumiendo el compromiso de que no volverá a repetirse ni en Turquía ni fuera de dicho país.