Un Argentino, en el aeropuerto de Seattle, esperando la llegada de un vuelo de Aerolíneas, y de pronto ve pasar a Bill Gates.Duda en acercársele y hablarle. Lo piensa, toma valor y le dice:
- Mister Gates, ¡qué sorpresa y qué honor encontrarlo aquí!
Y como entrando en confianza le continúa expresando:
- Me llamo Jorge, y soy de Buenos Aires, Argentina, el país de los gauchos, de Carlos Gardel, de Maradona y de Perón -expresó para dar datos conocidos mundialmente y que pudiera situarse, pues es sabido que muchas veces los estadounidenses desconocen lo que existe fuera de las fronteras de su propia ciudad.
Así, ya presentado, Jorge le manifiesta sus deseos a Gates:
- Quisiera pedirle un pequeño favor, algo que no es de mucha importancia: en unos minutos tengo una reunión de negocios en esa salita -expresa mientras señala un ambiente del lugar-, y esa reunión es importantísima para mí... ¿Le molestaría saludarme al pasar? Usted entiende como son estas cosas... y ¡no es nada lo que le pido!
Bill Gates, sonriendo, le responde que lo hará con mucho gusto.
Quince minutos más tarde, el argentino, ya reunido con sus clientes, a través de las paredes-vidrieras de la sala, ve venir a Gates, quien llega según lo acordado, abre la puerta, se asoma y dice improvisando algo de castellano con su acento yanki:
- Hello Jorge, coumo estás?
Y el argentino le responde:
- Pero che, Bill, ¡no seas zonzo!. ¿No ves que estoy en una reunión?
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viernes, 14 de noviembre de 2008
Fuera de broma: uno de argentinos...
El argentino es conocido en todo el mundo por canchero y agrandado. La autoestima elevada indica la necesidad de trabajar mucho la virtud de la humildad a escala social...
Veamos un ejemplo de ello:
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