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sábado, 31 de enero de 2009

El digno periodista, por Santiago Floresa

CORREO DE LECTORES
Señor Director:
Nadie duda de la nobleza de la vocación y el ejercicio del periodismo, que tiene entre otras la misión de informar con veracidad y conocimiento a la sociedad, transmitiendo la visión más fiel posible de la realidad. Desde su privilegiado atril aprovechará también para ejercer su influencia positiva en pro de lograr una sociedad más culta, más solidaria, más sana, más alegre,más buena.
Por éso duele y sorprende que medios periodísticos muy difundidos (aún aquellos que se precian de conductas éticas), difundan publicidad de prostitución, de adivinos, y aún de "brujos". Creo que a cualquier otro profesional jamás se le ocurriría usar de su trabajo para corromper y dañar a sus lectores, -siendo para ello más vulnerables generalmente los más humildes o débiles.
Otra lacra que enloda a estos medios, es una obsecuencia enfermiza y alineada automáticamente con lo "políticamente correcto": Recientemente la noticia de la nueva admisión a la Iglesia Católica de Monseñor Williams, fué dada de tal manera que equivaliese a un "Benedicto XVI levantó la excomunión a obispo Nazi", siendo que ni la excomunión citada ni su posterior anulación nada tuvieron que ver con las opiniones vertidas hace tiempo por el citado obispo, el cuál además habría cometido el "horrible crimen" de afirmar que creía que cientos de miles de judíos habían sido exterminados por los nazis, pero que no llegaban a los millones que generalmente se mencionan, y que a su parecer las cámaras de gas no habían sido utilizadas para cometer esos crímenes.
Este tipo de conducta informativa, creemos que además de inmoral es caracteristicamente utilizado por regímenes totalitarios.
Es también muy común que al nombre y apellido de militares acusados de violaciones a los derechos humanos, se anteponga el calificativo de "ex-represor", o "genocida", aún cuando lo mismo no hubiese sido probado. Llamativamente se mencionan a diario decenas de personas de las cuáles sí , hay prueba fehaciente de su pasado terrorista, de autoría de crímenes individuales o masivos de argentinos, de secuestros extorsivos, de parricidio, de corrupción de menores, y otros delitos, y de ninguna manera se los designa como ex-terrorista, ex-asesino, ex-secuestrador, ex-corruptor de menores, ex-parricida, etc etc. Creemos que lo mejor sería evitar los calificativos en todos los casos, pero si se usan sería justo hacerlo sin distinción de banderías der ningún tipo.
Tal como lo dice el Martín Fierro "si la vergüenza se pierde, jamás se vuelve a encontrar", sin embargo pienso que nadie es irrecuperable, y que los que lesionan tan gravemente la dignidad de la profesión periodística pueden dejar de hacerlo para convertirse primero en hombres, y luego en periodistas honestos. Quizá sea más posible que los que aún creen en los verdaderos valores de siempre, se sientan confortados por estas líneas, y sepan que son reconocidos por muchos que no tienen forma de expresarse publicamente.
Saludo a Vd muy atentamente.

Santiago Floresa
Juncal al 1800
Capital Federal

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