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miércoles, 28 de enero de 2009

Las cámaras de gas ¿existieron?

En la foto: Mons. Richard Williamson, el Obispo ordenado por Marcel Lefebvre, miembro de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, quien cuestionara la cifra de judíos muertos durante la II Guerra Mundial.


Las declaraciones del obispo Richard Williamson, cuya excomunión ha sido declarada nula a principios de 2009, han causado gran revuelo entre los desinformados que desconocen las diversas posturas sostenidas por historiadores y críticos el régimen alemán y la II Guerra Mundial. Durante una entrevista concedida a la televisión sueca, el religioso afirmó que "no existieron las cámaras de gas", y que sólo unos 300.000 judíos, "y no seis millones", murieron en los campos de concentración nazis. Williamson afirma a la vez que "ninguno fue gaseado".

El obispo Richard Williamson pertenece a la tradicionalista Fraternidad San Pío X, fundada por el arzobispo Marcel Lefebvre en 1969. Esta institución se niega a reconocer el Concilio Vaticano II en sus interpretaciones progresistas y modernistas, se opone a la Misa de Rito Latino en lengua vernácula y con las modificaciones litúrgicas que no tienen antecedentes en la Tradición de la Iglesia antes del Concilio Vaticano II, a la vez que sostienen la Misa de San Pío V. El obispo Marcel Lefebvre tenía autorización para ordenar a un Obispo como sucesor, pero ordenó a cuatro en 1988 sin el permiso de Juan Pablo II, suscitando una excomunión que recientemente ha sido declarada nula.

Una derivación de la postura de la Fraternidad San Pío X, es el sedevacantismo, que desconoce la autoridad de los Papas desde Juan XXIII o desde Pablo VI, en una postura abiertamente cismática.

El perdón pontificio

Uno de los cuatro obispos, el suizo Bernard Fellay, solicitó en 2008 la readmisión a la comunidad católica, afirmando que estaban determinados a "poner todas nuestras fuerzas al servicio de la Iglesia Católica Romana". El Papa Benedicto XVI, anuló unilateralmente la excomunión de los lefebvristas el 21 de enero de 2009, que dicho en otros términos significa que tal excomunión jamás existió, debido a fallas intrínsecas de la excomunión declarada en su oportunidad.

Las palabras del obispo Williamson tuvieron repercusión internacional. Voces de protesta se alzaron desde las comunidades judías en Estados Unidos, Francia e Italia, amenazando con un deterioro en las relaciones entre católicos y judíos. El presidente de la Unión de las Comunidades Judías italianas ha dicho que las tesis negacionistas son una infamia, y ha exigido al Vaticano que se distancie de las declaraciones del prelado.

El Vaticano reaccionó afirmando que la medida papal no supone una plena comunión de esa comunidad tradicionalista con la Iglesia de Roma, sino simplemente un acercamiento, una invitación a la reconciliación.

Sin embargo, el obispo Williamson no negó la existencia de judíos muertos durante el régimen nazi, sino que cuestionó su cantidad simplemente. No importan si fueron 10 mil, 30 mil o 300 mil; el hecho no ha sido negado. La cifra de 6 millones es meramente simbólica, porque no resulta creíble tal número redondo en su exactitud.

Al año 2005 se estimaba que la comunidad judía en todo el mundo ascendía a 13 millones; es decir, que si en 1945 hubiesen sido exterminados 6 millones de judíos, no habría quedado prácticamente ningún miembro vivo de dicha colectividad; Europa no tenía 6 millones de residentes judíos, y resulta una cifra prácticamente increíble, según las tesis de muchos historiadores, entre quienes puede citarse al británico David Irving, cuyos libros han sido prohibidos por cuestionar la cifra. Los historiadores no tienen una posición unánime al respecto, mientras las cifras son reiteradas sin el menor análisis.

Es más, tampoco importa si cualquier genocidio, como puede ser por ejemplo el genocidio islámico turco cometido contra los cristianos armenios desde el 24 de abril de 1915 fue 10 mil, 30 mil o 300 mil armenios, de un millón y medio, o si fue de 1.800.000, o de cuántos han sido: el Estado Turco niega la realidad de las masacres, sin importar su cifra. Las cifras también son simbólicas, y no se le pueden exigir exactitud, dadas las circunstancias y contexto de un genocidio. Pero negar de modo absoluto la existencia de matanzas y masacres, eso se llama negacionismo.

De hecho, hay autores que sostienen que la cifra total de muertos civiles durante la II Guerra Mundial ascendió a 600 mil, y que de ellos aproximadamente la mitad fueron judíos, de donde surge el número de la matanza genocida del régimen nazi, régimen que fuera condenado por el Papa Pío XII en la Encíclica "Mit Brenenden Sorge" del año 1937, denunciándolo como régimen naturalista y racista y anunciando su derrota, cuando ninguna voz de la colectividad judía se había alzado: la Iglesia Católica fue la primera que condenó a dicho régimen.


¿Aumento de tensiones?

Mientras Israel comete grandes matanzas en Gaza, la comunidad judía afirma que las tensiones con la Iglesia Católica continúan en ascenso. A principios de enero de 2009, se produjo un cuestionamiento diplomático cuando el cardenal Renato Martino, presidente del Consejo de la Paz y la Justicia de el Vaticano, comparó a la Franja de Gaza con un campo de concentración.

A ello se suma el deseo de Benedicto XVI de beatificar a Pío XII, acusado en la actualidad por Israel de no haber hecho todo lo posible para luchar contra el Holocausto, cuando toda la documentación acredita la cantidad de familias judías a las que dio asilo, salvoconducto y a todas las cuales salvó la vida. Y no solamente eso, sino que la actuación de Pío XII a favor de la colectividad judía jamás había sido cuestionada antes de 1965, cuando una obra teatral difamatoria comenzó la leyenda negra sobre dicho Santo Padre, abriendo paso a acusaciones más graves.

La fiscalía de Ratisbona, en Alemania, abrió un sumario en contra de Williamson, a pesar de que no tiene jurisdicción ni competencia para tales efectos, siendo la apertura de tal sumario un acto antijurídico. En Alemania, la negación del Holocausto judío constituye un delito penal, y se considera también una forma de instigación al odio racial, pero Mons. Williamson no ha negado el genocidio ni se encuentra sujeto a las leyes alemanas: ha sido perseguido por sostener lo que una corriente historiográfica sostiene de modo fundamentado en documentos, que no coincide con una afirmación dogmática sobre una cifra que puede ser cuestionable. En tanto se sostiene el relativismo filosófico, moral, histórico e incluso teológico, pareciera ser que una cifra debe ser sostenida de modo dogmático y sin posibilidad de análisis alguno, mientras se rechaza el revisionismo histórico no marxista.

Las tensiones no aumentan con la Iglesia Católica: aumentan en Gaza.

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