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lunes, 23 de febrero de 2009

"Proyecto Sur es una fuerza política y no el río Jordán", por Mario Mazzitelli

Proyecto Sur es una fuerza política y no el río Jordán. 

Y  Pino (Solanas) su principal referente, y no Juan el Bautista.

 

Por  Mario Mazzitelli,

Secretario General del

Partido Socialista Auténtico,

 precandidato a diputado por Proyecto Sur

 

Viernes 20 de febrero de 2009

 

En las limpias aguas del río Jordán, Juan el Bautista abría el camino para que pudieran expurgar sus culpas y pecados quienes los confesaran, mostraran arrepentimiento y estuvieran dispuestos a cambiar sus vidas.  El bautismo simbolizaba la limpieza de las faltas del pasado, permitiendo así comenzar una nueva existencia. En alguna medida era como morir y volver a nacer, adoptando nuevas creencias, principios y valores, para emprender una nueva vida.

Sin lugar a dudas la idea tiene un par de miradas.

Desde el “individuo” el bautismo debería significar un alivio en la conciencia, por el perdón recibido y mucho más por la posibilidad de que lo acepten para empezar de nuevo. En el “individuo que estaba desahuciado” mucho más. Ya que, rompiendo con el pasado pecaminoso, amanecía la esperanza de una vida mejor.

Desde un punto de vista “movimientista” generaba la posibilidad de sumar a aquellos que no comulgaban. Esto no podría hacerse sin antes producir un profundo cambio y un elemento simbólico, “el bautismo”, con el cual empezar de nuevo en compañía de otros.

Sectores del progresismo nativo que supieron ser adláteres de Chacho en sus correrías de los 90, que corrieron a defender la fotocopia borrosa e irresuelta de Carlos Saúl llamada José Octavio, que promovieron y aplaudieron a Domingo en el infausto camino a la debacle, que no se sacaron el chupete de la boca sino cuando el 19 y 20 de diciembre se lo llevó un helicóptero, que mostraron mucha más predisposición a mirarse en el espejo que a mirar a su alrededor, que buscaron salvar su pellejo antes que el de los “demás”, que fueron impactados por los pequeños retoques al neo-liberalismo de la nueva administración, que no dudaron en cuantas volteretas tuvieran que hacer para “caer parados” y “cobrar por ventanilla”, que a pesar de las desgracias infligidas a millones de compatriotas por los errores e incompetencias propias lograron que la vida les sonría, que no se jugaron, que fueron ganadores mientras todos perdían, muchos de ellos: “progresistas de la primer hora”, tienen en el fondo de sus conciencias algo de culpa y querrían limpiar sus ropas en las aguas bendecidas por la conducta irreprochable de otros.

Acaso ¿cómo entender? sino, el espasmódico acercamiento a Proyecto Sur por parte de algunos “progres”. Es acercarse para ser exculpados. Pero a diferencia de quienes erraron el camino y están dispuestos a enmendarlo “no quieren confesar sus culpas”, ni cambiar su actitud híbrida y ecléctica. Quieren seguir siendo ganadores. Para esto, las equidistancias homeopáticas les resultan convenientes y no solo Proyecto Sur entra tallar allí. Los pasos de minué resultan de alta delicadeza. -Un cierto acercamiento a P, un paso más allá de K, dos casillas a la izquierda de C y un gesto caballeresco a L, sin enojarse con LM y sin privarse de manifestar un inconfundible gesto de malestar con los impresentables y malolientes  barones emergentes del pobrerío.

Ahora sí, son lo nuevo. Vuelven a ser lo nuevo. Por eso hay que desprenderse de  las viejas consignas: liberación o dependencia, Patria o muerte. Ahora a la justicia social la llamamos re-distribución del ingreso y a la soberanía la cubrimos con el término inter-dependencia. Los tiempos cambian.

Los chicos que se mueren por desnutrición hoy no son los mismos que se murieron ayer. En algunos casos son hoy, hijos de los desnutridos sobrevivientes de ayer. Como los nuevos desnutridos sobrevivientes de hoy serán los padres de una nueva generación. Para algunos lo viejo y lo nuevo no es otra cosa que la repetición inacabable de un círculo vicioso. Para otros, en cambio, es la diferencia entre la TV color tradicional y el plasma.

Los de Proyecto Sur, incluido Pino, no somos las aguas bautismales del río Jordán, (que hoy puede conseguirse por Internet en cualquier lugar a un precio módico), ni los profetas de un nuevo tiempo. Somos apenas luchadores por la Justicia en un sentido amplio. Vieja causa humanista al día de hoy todavía irrealizada. Luchadores que entendemos que sin ética no podremos alcanzar el objetivo. Apenas eso. Tratando de acumular fuerza para el cambio. Agrupándonos. No para buscar el próximo éxito con el que realizarnos como individuos. Sino para apuntalar las conquistas alcanzadas e impulsar los cambios estructurales que permitan una vida digna para todos. Entendemos que el capitalismo actual es intrínsecamente inmoral, es un sistema que se contenta con dar satisfacción a una minoría, mientras genera escoria humana, seres sobrantes en un régimen que no los habilita ni para producir plusvalía. Y no nos conformamos con la piedad y la caridad hacia ellos. Queremos un cambio profundo, con ellos, para que alcancemos la Justicia y la Dignidad.

Por eso esta cartita no es sectaria, ni de reproche. Los grandes cambios necesitan de muchos. Hombres y mujeres comunes, iguales entre sí. No existen “elegidos” en esta historia. Pero si fuéramos a acercar fuerzas, sería conveniente que lo hiciéramos con sinceridad, sin mentiras ni especulaciones. Y quienes traen un pasado de “éxito” deberían por lo menos bajarse del caballo y producir una autocrítica. “Estaría bueno” diría algún joven. El “bautismo” entonces, en este caso, podría correr por cuenta propia.

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