Por Miguel Saredi
LOS HÁBITOS
Aristóteles en su ética a Nicómano es contundente cuando expresa que los hábitos no son innatos, sino que se adquieren por repetición de actos.
Además de su naturaleza biológica el hombre tiene la capacidad de incorporar una segunda naturaleza.. A fuerza de repetir acciones libres, adquieren tal naturaleza, y así va construyendo su modo de ser.
Es decir, como explica en "Porque despreciamos el agro" Manuel Alvarado Ledesma, puede haber un hábito entitativo, pero hay una capacidad de construir un hábito operativo que se adquiere mediante la repetición de actos, y así se configura el hábito que tiene la característica de ser permanente o de difícil erradicación, y se retroalimenta con el transcurso del tiempo.
LA REPETICIÓN
Pero no hay ningún cambio ni es aceptado como alimento nuevo e incorporado como hábito si no es probado de entre 8 y 10 veces como dice la Dra. Mazza.
Por ello es un simplificación por única vez hacer una política de difusión circunstancial o que un niño pruebe una sola vez determinado producto, si éste no construye el hábito por repetición.
Si al primer intento se deja de ofrecer el alimento saludable, los chicos no aprenden a comerlo. Si uno persiste de buenas maneras, en cambio, la conducta alimentaria puede ser modificada
LA DEMAGOGIA ELECTORALISTA
En la Argentina hacemos demagogia tratando de abaratar el precio de la carne vacuna, incentivando su consumo y subsidiando a los sectores más privilegiados de nuestra sociedad.
Cada vez comemos más carne vacuna, cada vez más se sustituyen las comidas familiares, fiestas y eventos sociales con carnes bovinas, llegando hasta suplantar la vieja tradición argentina de las pastas de los domingos, por el asado, como cuenta en uno de sus excelentes trabajos el Ing. Iriarte.
Tenemos un mercado exportador que nos arrojaría excelentes dividendos y ganancias extraordinarias para todos los argentinos si moderáramos su consumo, y nos dejaran producir libremente, sin ser sometidos por la demagogia electoralista.
"Con la carne barata se ganan elecciones", dice la dirigencia política.
Nuestros chicos más humildes, pero también aquellos que lo hacen en lugares más cotizados como los de comida rápida, comen en los comederos escolares y en sus hogares especialmente grasas y harinas.
Cuanto más pobre, más harina y más grasa, y menos frutas y verduras.
Por eso la necesidad de equipos de nutricionistas que son un elemento esencial a tener en cuenta.
UNA POLITICA DE ESTADO
No tenemos ninguna política de estado que difunda la necesidad de consumir los productos de estación de la cadena fruti hortícola, que ayudaría a productores -que no se verían en la obligación muchas veces de tirar sus productos ante el bajo costo-, comerciantes, y consumidores, quienes podrían ahorrar mucho dinero de su canasta básica sabiendo que producto y en que época comprar.
En Brasil, la Agricultura Familiar para mejorar la merienda y la calidad de la alimentación de las Escuelas las proveen de verduras, miel y cría de tilapia (especie de pez) en algunos Municipios.
Tenemos allí un proyecto concreto para pequeños agricultores familiares que puede además apoyar el Estado, en lugar de declamaciones efectistas e ideologistas como algunos vociferan en la Argentina.
En Cataluña, el Departamento de Agricultura, Ganadería y Pesca promociona la dieta mediterránea en las escuelas con una doble vertiente sanitaria y económica. El Gobierno promueve el consumo de productos propios del país y que incluyen desde pescados hasta cereales tradicionales pasando por verduras y hortalizas.
Aquí son todos esfuerzos aislados, donde ni siquiera hay una interrelación entre el Gobierno Nacional, las provincias y los municipios, cuando en realidad es un tema de fondo y estratégico el cambio progresivo de dieta de los argentinos.
Hace a la educación de la población, de evitar la marcada brecha social de nuestros sectores más carenciados, y de lograr una ecuación en la cual todo es ganancia: ayuda a nuestros sectores más postergados en su calidad de vida y salud, y a un mejoramiento sustancial de nuestros ingresos del exterior en materia de exportación que beneficiaria a toda la cadena de valor de la carne vacuna.
En cambio de ello, en la Argentina "con la comida no se jode" como decían las pintadas en las calles, pero en realidad es mucho más grave: ni siquiera parece ser tenida en cuenta, salvo por el esfuerzo aislado de organismos no gubernamentales y profesionales de distintas áreas.
Miguel Saredi
Director MCBA por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Presidente Grupo Pampa Sur
www.infomercadocentral.
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