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lunes, 4 de mayo de 2009

LA DEMOCRACIA QUE DA MIEDO, Y EL MIEDO A LA DEMOCRACIA

¿Con la democracia se come, se cura y se educa? No, y la democracia ni siquiera asegura la integridad física de los ciudadanos, porque cualquiera teme por su vida.
Endiosar la democracia, es compartir un mesianismo político, porque la democracia es un simple sistema de gobierno que requiere un pueblo virtuoso para que pueda implementarse.
Si no hay un pueblo virtuoso, lo único que se obtendrá es un pueblo víctima de la igualación entre el honrado y el delincuente, donde el delincuente tiene la libertad de moverse y actuar a sus anchas.
Los únicos perjudicados en la democracia son los honrados.
La inseguridad ataca a cualquiera en la democracia: los mismos gobernantes acaban como blanco delictivo, y así, la democracia da miedo.
Por eso, la gente honrada termina teniendo miedo a la democracia, porque del sistema se aprovechan no las personas decentes, sino las personas de mal vivir.
Así sucedió en la década de 1970 en Argentina: en plena democracia, el terrorismo provocaba miedo en la sociedad.
¿De qué sirve una democracia con hambre, insalubridad, analfabetismo institucionalizado ya en las escuelas y en medio de la inseguridad y la desocupación? ¿A quién le sirve esa democracia?
Y cuando las cosas llegan a su límite, la población comienza a buscar otras alternativas de gobierno, porque como el Hijo Pródigo, cuando ya se encuentra comiendo el alimento de los cerdos se da cuenta que vivía mejor cuando vivía en la Casa del Padre.
Así, la población no tendrá más remedio que consagrarse a Jesucristo como Rey y a la Virgen María como Reina, y desde ahí empezar de nuevo, hasta que se establezca un gobierno al que los delincuentes llamen "tirano".
Porque los delincuentes siempre llamarán tiranía al gobierno que no les permita cometer delitos, que no les permita sumir a la población en la más abyecta degradación en todo sentido, tal como vemos hoy en nuestra Patria.
Por eso, en este país tan golpeado, no hay más remedio que alzar los ojos al cielo, y reconquistar la Patria bajo la advocación de la Virgen, uniendo a los decentes para lograr la Justicia Social.

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