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jueves, 27 de agosto de 2009

DIRIGENTES TRAIDORES, VENALES Y COIMEROS ¿Y DÓNDE ESTÁ ROBIN HOOD?


Por Emilio Nazar Kasbo

La sensación viene desde antiguo. Meterse en politiquería no es más que ubicarse en un puestito que permite recibir coimas y crecer económicamente a costa de los impuestos que paga el pueblo.

No es nueva la historia de Robin Hood, que data de la época del Romanticismo europeo. Alguien llega a un cargo, e impone obligaciones incumplibles a toda la población. Solamente que en esa novela había un héroe que ayudaba a los míseros súbditos del reino mientras Ricardo Corazón de León se encontraba luchando en una de las Cruzadas y el malvado Príncipe Juan ocupaba su trono.

Pero la modalidad del argentino es el típico “chanta”, y así tenemos la fama en el mundo. “Cuando vos fuiste, yo fui y volví 20 veces”, es una de sus frases típicas. Alaba al que hace las cosas mal, y quien las hace bien es un tonto. No en vano fue escrito hace muchos años el Cambalache. Pero hoy hasta el Cambalache de Discépolo nos ha quedado corto.

¿Y por qué digo esto? Porque hoy no resulta lo mismo ser “derecho que traidor”. Hoy es más ser traidor que ser derecho, es más ser ignorante, chorro, mentiroso o estafador. Sigamos así en nuestra sociedad, que así vamos a continuar.

Hay una frase de Francis Bauylies, representante estadounidense en el Río de La Plata, que expresó en 1832:

“Los argentinos no poseen el sentimiento de la que llamamos amor a la Patria ; la labor de gobierno es un conchabo, y sus funciones y cargos son considerados empleos para generar dinero, una especie de patente para obtener coimas”.

Claro, en ese año el Brigadier Don Juan Manuel de Rosas estaba ocupado en otras cosas… y había anarquía ¿Qué más se puede agregar a esto?

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