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lunes, 28 de septiembre de 2009

ENTRE BAJAS DE CHICAGO Y EL DESEADO “MILAGRO ARGENTINO”


Granos: comentario de mercados

APUntes sobre precios y tendencias

& CIA (Consultoría, Investigación y Agroinformaciones)

Por Alejandro Pérez Unzner

Lunes 28-9-9

En materia de comercio de granos, Dios -a veces- no es argentino. O, si lo es, tiene aquí seguidores de poca fe que no saben leer Sus mensajes y terminan abjurando de sus creencias. A la espera, siempre, de algún milagro salvador…

Pasó una semana calificable de anodina en variaciones de precios, pero al cierre se dieron bajas importantes en el trigo de EE.UU., cercanas a 8 u$s/t. Como se teme un incremento de las regulaciones estatales sobre su comercio, la reacción del mercado fue bajista y se contagió en parte al maíz pero no a la soja. Los operadores estiman cierta demora en recomponer los ajustados stocks estadounidenses de poroto, porque la nueva cosecha podría demorarse si persisten las lluvias, y entonces la incertidumbre sigue, en parte reflejada por la casi nula brecha entre las cotizaciones de vieja y nueva cosecha. Incertidumbre que probablemente se achicará en parte durante la jornada de hoy, en la rueda de piso y después, cuando USDA dé a conocer su habitual informe semanal de estado y progreso de cultivos.

Hay que decir que donde no parece haber milagros a la vista es en el análisis técnico, rubro en el que los gráficos muestran más bajas en general, tanto en soja como en maíz y trigo, con los vaivenes lógicos. Este escenario se mantendría hasta fin de año, salvo factores emergentes, como el frío.

Encima, China también anda evaluando posibles medidas restrictivas en cuanto a importaciones de soja argentina, debido a ciertos problemas que ve en el comercio bilateral, como ser medidas que nuestro país adoptó para proteger a su industria.

Por supuesto que los actores locales del negocio siguen atentamente esta eventualidad bajista, porque tercia Brasil (que ya nos arrebató el segundo lugar en el ranking de exportadores mundiales de maíz) y, como ya dijimos, EE.UU. también presiona para no perder pisada. La “torta” es muy grande como para no comérsela, eso está claro.

En esta mañana no sabemos si habrá heladas o no en EE.UU., pero sí que las hay en las pampas, colofón de la ola de frío polar que arribó detrás de las lluvias del fin de semana (con registros de entre 10 y 20 mm, hasta ahora).

Estamos ante un factor alcista, a priori, para trigo y maíz aquí, por eventuales mermas que podrían traer estas heladas fuertes sobre la productividad de los lotes. Ese trigo que empieza a pedir más agua y se ve algo complicado en su franja C-SO, pero no tanto hacia el decisivo SE bonaerense, zona en la que de por sí se observan reducciones de área de siembra que, en varios casos, son del 15%. Y ese maíz, que, cuidando el peso al máximo, se sigue sembrando.

Hablando de pesos, crece el malestar por los escandalosos otorgamientos de subsidios irregulares en el ambiente productivo y comercial agrícola, toda vez que son fondos cercanos a su operatoria, en varios casos. Pero eso no es todo: también se han conocido nombramientos en áreas gubernamentales más alejadas del campo, que poco tienen de necesarios y mucho de improcedentes, y con erogaciones siempre significativas. Y, si de nombramientos se trata, se espera que al haber regresado la Sra. Presidente al país defina esta semana la cuestión del sucesor de Cheppi, sea Ministro o no el designado.

Dentro del abanico de precios conocidos localmente el viernes, la baja de la soja nueva a 205 dólares sobresalió, pues este es un nivel que vemos como piso y cuya eventual perforación podría devenir en efectos desagradables, en materia de ingresos potenciales para el productor… y también para el fisco.

Los cereales, de nuevo a la espera de la definitiva concreción de los meneados acuerdos nunca cerrados del todo.

Y el sector agro-pecuario-industrial en general, a la espera de los ”milagros” concretos, más que necesarios a esta altura. Aunque la fe, inútil, en quienes deberían operarlos decrece, ciertamente, a diario. Como la verdadera fe, la que bien podría salvar todas estas cuestiones.

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