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sábado, 26 de septiembre de 2009

JORDÁN BRUNO GENTA: “EL FILÓSOFO Y LA CIUDAD”

En la foto: El Dr. Mario Caponnetto durante su disertación en La Plata.


El día 25 de septiembre de 2009 el médico y filósofo Dr. Mario Caponnetto ofreció una charla en el Centro de Estudios Manuel Belgrano de La Plata con la temática “El Filósofo y la Ciudad”, en referencia al libro de Jordán Bruno Genta titulado “El Filósofo y los sofistas”.

A continuación, ofrecemos una síntesis no textual de sus palabras:

El día 2 de octubre de 2009 se cumplirán 100 años del nacimiento de Jordán Bruno Genta, quien fue un Filósofo que superó la formación universitaria parcial que excluía la Filosofía clásica y cristiana.

Genta tuvo un proceso lento de Gracia y Sabiduría, hasta llegar a la plenitud de la Gracia y la Sabiduría cristiana, en que por el destino que le tocó vivir, tuvo que dedicarse a ejercer la virtud del patriotismo, ingresando a la arena política, que no anuló su vena filosófica, sino que fue la expresión más plena de su filosofar.

Distinguir su filosofía de su política es una distinción extrínseca, ya que en la práctica esa separación no existe, porque en su realidad estaban unidas.


Filósofos o sofistas

Leo Strauss escribió el libro “¿qué es la Filosofía política?”, en el cual afirma que la Filosofía Política es un tratamiento político de la Filosofía, o la introducción política a la Filosofía. “La Filosofía Política viene a culminar en un canto a la vida filosófica”.

Genta escribió varias obras en que describe su pensamiento político, como “Principios de la política” y “Opción política del cristiano”. Su pensamiento ya está en “El Filósofo y los sofistas”, que es una meditación sobre los diálogos platónicos.

La obra está escrita en el exilio interior. Genta quedó excluído de la enseñanza en instituciones estatales, y tras el intento fallido de fundar una Universidad, surgió la Cátedra Privada que Jordán Bruno Genta dictó en su propio domicilio de la ciudad de Buenos Aires, y también en la ciudad de La Plata.

Cuando comienzan los cursos de la Cátedra Privada, se redacta este libro. En su prefacio cita a Séneca del libro “La tranquilidad del alma”.

Esta obra fueelogiada por Coreolano Alberini, quien era un agnóstico crítico del positivismo, que en una carta le dice a Genta tras leer el libro que “así se debe filosofar” y que su pensamiento es representativo del cristianismo.

En “El Filósofo y los sofistas” Genta muestra la oposición entre ambos, algo frecuente en sus escritos. Se trata de 29 lecciones distribuidas en 7 partes, que en realidad es una introducción al filosofar, que responde al doble modo de conocer la verdad: con la inteligencia y con la fruición del saber. ¿Puede conocer verdaderamente el soberbio? El soberbio conoce muchas cosas, pero no les siente el sabor, por lo que no puede conocer verdaderamente.


Mentalidad de modernos

Lo primero es examinar la propia mentalidad antifilosófica que está inserta en la sociedad moderna. Se trata de una reflexión crítica de lo que obnubila el pensamiento, una vía purgativa del intelecto, de los prejuicios y opiniones.

Genta contrapone a un alumno imaginario de la Academia de Platón o de París del S. XIII contrapuestos con un estudiante actual. ¿Qué pensaban aquellos? Contemplaban un mundo maravilloso y captaban la sustancia de las cosas, distinguiendo un mundo superior, sabiendo que todo verdadero estudio es con referencia a la Eternidad, aun el estudio de las cosas más efímeras.

El giro de la modernidad se da con Descartes, de un modo que quiebra el pensamiento, a quien Genta criticó. Un joven de hoy estudia forzado por una suerte de igualitarismo de los fenómenos, que lleva hoy a la razón técnica, a la tecnociencia, que busca el dominio de la naturaleza sin referencia a la trascendencia. La visión metafísica del mundo es sustituida por la visión geométrica de Galileo Galilei.

Genta dice que lo primero a superar es la mentalidad técnica, que solo ve lo material, sin causa final, sin causa formal, ni causa creadora.


Magisterio socrático

El examen del magisterio socrático empieza por el diálogo de Alcibíades. Genta tenía en su biblioteca libros en francés, que utilizaba como fuente. La escuela francesa dice que este libro es platónico, mientras que los alemanes lo niegan, pero poco importa esta distinción.

Alcibíades era un joven ateniense que se decide a gobernar a Atenas y lo busca a Sócrates, quien le pregunta de dónde saca sus conocimientos para gobernar. Alcibíades responde que “del pueblo”. Sócrates contesta afirmando “qué mal maestro me citas”. Cuando Alcibíades acaba reconociendo que no tiene ningún conocimiento para gobernar, Sócrates le propone conocerse y gobernarse a sí mismo, para poder conocer y gobernar la ciudad. El primer deber de quien quiere gobernar la República, es la virtud personificada en el héroe.


Conocerse a sí mismo

El conocimiento de sí mismo lleva a la conquista del pensamiento libre. Genta toma aquí principalmente el diálogo de Protágoras, concluyendo que negar el magisterio socrático es negar la Patria.

Conocerse a sí mismo es conocer el alma en su dimensión espiritual, que está unida sustancialmente al cuerpo.

Del conocimiento de sí mismo puede elevarse por encima de todo conocimiento y alcanzar la libertad interior, entregándola a sí mismo y a Dios. Se alcanza la libertad con la entrega de la libertad a Dios, y así se es libre, dice siguiendo a San Agustín. Allí se define la misión del filósofo, que es el hombre que cuida de la ciudad.

Hay que obedecer a Dios antes que a las leyes, porque antes del cuidado del cuerpo y de las riquezas es el cuidado del alma, de donde provienen luego las riquezas. La Felicidad de la Polis consiste en la práctica de la virtud.


Naturaleza de la virtud

Jordán Bruno Genta trata la naturaleza de la virtud, con influencia ciceroniana del poder formativo del saber, y la retórica del mando contra la adulación demagógica.

La sofística es vista en términos de habilidad, con desprecio de la sabiduría y prudencia. La retórica del mando es la propia del gobernante prudente, quien a la vez critica al democratismo demagógico.

A su vez, el magisterio del héroe y la exaltación del soldado son dos cuestiones principales de su pensamiento.


Alma y ciudad

Inicia su reflexión inspirado en Werner Jaeger, para quien toda disquisición sobre el Estado perfecto no es más que un medio para poner de relieve la situación del alma, que se ve reflejada en la ciudad, de la cual es su fundamento.

La ciudad se funda en el alma del ciudadano ejemplar, que es el verdadero fundamento del realismo político. El libro que utiliza Genta principalmente en esta parte es el Fedón.

Contrapone clasicismo y bolchevismo, siendo este último el nombre de la devastación de las almas.

Para Genta, el clasicimo es lo clásico, es la cristiandad.


La virtud

La raíz del pensamiento de Genta está en la virtud.

En la víspera de su muerte pronunció una conferencia en que cita a Hegel, al decir que un pueblo necesita Teología y metafísica, en medio de la Argentina violenta de 1974.

Genta es el Filósofoen la ciudad, quien después de su muerte es el mártir, el testigo que bañó su túnica en la Sangre del Cordero.

Mario Caponnetto, al finalizar la charla, anunció que está pronto a ser editado un libro con su prólogo, al que se suman a la versión original también un índice onomástico, notas, citas, la carta del Alberini y una nota de Alberto Caturelli que fuera publicada en la Revista Gladius.

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