Según fuentes propias, la Ex Fábrica Militar de José de la Quintana, donde antes se encontraba el grupo de Artillería 141, es ahora responsabilidad de Fabricaciones Militares, que se encuentra bajo la órbita del ministerio de Economía y el Ministerio de Defensa, encontrándose el lugar inactivado, donde solo hay uno o dos civiles como elementos de seguridad.
La Fábrica Militar pudo ser orgullo en América, había sido inaugurada por el General Juan Domingo Perón antes de 1955, y posteriormente fue desarticulada porque era tal su capacidad de fabricación de pólvoras y explosivos que en un mes de producción satisfacía las necesidades de las FFAA nacionales, y luego no tenía mercado internacional para exportar. Asimismo, dentro de las montañas tiene gigantescos túneles para hacer experiencias y depositar lo que fabricaba.
Cuando a la Escuela de Artillería de Córdoba se le ordenó ocupar las instalaciones del cuartel de Seguridad de la fábrica en el año 1963, destinándose a los efectos un Grupo de Artillería, se prepararon las instalaciones para el traslado del GA Comp. 4 y después se independizó de la Escuela de Artillería, quedando allí como GA 141.
Según la fuente, dos cazadores estuvieron por la zona de la Ex Fábrica Militar, debido a que en la región hay buena caza, y fueron sorprendidos al encontrar personal munido con armas automáticas (FAL, FAP, MAG y otras armas automáticas), quienes estaban practicando combate en el terreno, y dentro de la Fábrica (combate en localidades). Además, había un grupo de personas aprendiendo o practicando con libras de trotyl haciendo voladuras, y se escuchaban explosiones dentro de los túneles. En el lugar había dos colectivos grandes como para viajes de larga distancia, que estaban estacionados.
Al frente de dicho contingente estaba Luis D’Elía, el jefe de piqueteros. Según la fuente, los cazadores preguntaron a un muchacho que se encontraba en el lugar, y les manifestó que habían venido de Buenos Aires y de Rosario porque quieren defender al Gobierno Nacional, y que esta era ya la segunda vez que venían, y que cobraban unos buenos “mangos”. El muchacho también refirió que algunos iban a la Fábrica Militar Naval de Azul.
De ser ciertas estas aseveraciones consignadas por la fuente, se trataría de una grave irregularidad de la cual el Gobierno Nacional debe rendir cuentas. De no ser ciertas, el Gobierno debiera salir a desmentirlas, esclareciendo el uso que se están dando en la actualidad a tales instalaciones.
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