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martes, 27 de octubre de 2009

NOS QUITAN LA CIUDADANÍA Y SEREMOS UN PUEBLO DE APÁTRIDAS

Por Cosme Beccar Varela *
26 de Octubre del año 2009 - 934


A paso cadenciado, continuidad y unidad invariable de objetivo, prosigue el plan de la "intelligentzia " marxista que gobierna bajo la máscara de los Kirchner desde atrás de las bambalinas. Como he dicho cien veces en estas páginas, es imposible que una política que está acabando con nuestra religión, nuestra cultura, nuestras libertades y nuestro futuro sea obra de ese infradotado que es Néstor Kirchner y menos aún de esa frívola de mala fama que es la Sra. de Kirchner.

A los tres días de usurpar el poder con el 17,8% de los votos del padrón y la traición de Menem y de Lopez Murphy que renunciaron al "ballotage" en el 2003, las FFAA fueron descabezadas: todos los generales, almirantes y brigadieres con mando en las tres FFAA fueron mandados a retiro y reemplazados por oficiales adictos al régimen que se inauguraba. Poco tiempo después, fue nombrada Ministro de Defensa una ex-montonera fría y descarada, amiga del tirano Chavez, que continuó la obra demoledora de las FFAA. Mientras tanto, eran secuestrados "sine die", sin juicio, sin jueces, sin pruebas, sin las más mínimas formas legales, centenas de oficiales acusados de haber combatido a los terroristas de la década del 70 y amenazando a muchos otros de correr la misma suerte.

Esa podría haberse llamado la "operación reaseguro", o sea, la eliminación de toda posibilidad de que las FFAA pudieran exigir el cumplimiento de la Constitución Nacional, como los obliga a hacerlo su juramento de fidelidad a la Patria y como lo acaban de hacer los valiente militares de Honduras.

Aunque anteriormente hubo graves violaciones a la Constitución que hubieran sido motivo suficiente para que las FFAA intervinieran y exigieran su cumplimiento, no hay duda que cuando Kirchner se quedó en el poder el 25/5/2007, usurpando el cargo presidencial a pesar de haber vencido su período improrrogable de 4 años (art. 78 de la Constitución y 91 de la versión 1994), las FFAA pudieron haber exigido su retiro inmediato y el llamado a elecciones garantizando la libre expresión de la ciudadanía sin presiones ni sobornos del Estado.

Semejante intervención militar hubiera sido perfectamente legítima porque las FFAA son una Institución constitucional para preservar la integridad de la Nación y pueden considerarse como la "ultima ratio regni", el último argumento de la legalidad, cuando todos los demás resortes constitucionales fallan. Por el "principio de subsidiariedad", visto que el Congreso no era más que un apéndice inerte del PE y que la Corte Suprema era una hechura ilegal del propio Kirchner, no quedaba otra salida que la fuerza legal de la espada.

La "operación reaseguro" garantizó por anticipado que eso no fuera posible.

* * *

No quiero alargar este artículo recordando cómo la tiranía fue demoliendo los otros poderes. Sólo quiero mencionar que destituyó a los jueces de la Corte Suprema mediante una burda parodia de juicio político y nombró como "buque insignia" de su nueva Corte al más que dudoso Zaffaroni y después a otros de similar calaña (ver nro. 519, del 16 de Octubre del año 2003 titulado "La corte Suprema ya no existe"). Eso dejó al Estado sin otro poder que el Ejecutivo y éste en manos de la secta demoledora que nos tiraniza.

Ahora inicia otra maniobra que podría llamarse "operación convidados de piedra" que consiste básicamente en crear una clase privilegiada, la de la "dirigencia", corrupta e inepta, encaramada sobre una masa inerte de ciudadanos totalmente imposibilitados de exonerarlos y reemplazarlos. Son ciudadanos sólo de nombre, sin ninguno de los derechos de tales, salvo el de votar a alguno de los delincuentes de la "dirigencia" una vez cada tanto o sea, "convidados de piedra" que no pueden hablar ni actuar de manera alguna en defensa del bien común.

Según informan los diarios de hoy, la pseudo-Presidente intenta presentar pasado mañana un proyecto de ley política que hará imposible toda y cualquier forma de recuperar la integridad moral de la Patria y la vigencia de la Constitución por medio de una acción política.

Es notable el perfeccionismo de la secta marxista que gobierna entre bambalinas. El actual sistema político ha asegurado a la "dirigencia" corrupta e inepta la totalidad del poder. Pero no les basta, porque podría ser que algún partido chico, de repente, en una circunstancia dramática inesperada pudiera capitalizar los votos del pueblo indignado y arrebatarles el poder. Hipótesis tan remota que cualquier persona razonable hubiera descartado como imposible. Entre otras razones porque a la tiranía siempre le queda el fraude como último recurso.

* * *

Pero para terminar de aniquilar todos los derechos políticos de las personas de bien, la tiranía planea firmar con el radicalismo un nuevo "pacto de Olivos" para que sólo existan dos partidos, el peronista y el radical y aunque no lo digan, una izquierda unificada que actuaría como el fiel de la balanza. El mecanismo para conseguirlo -según lo revela Carlos Pagni en un artículo publicado hoy en "La Nación" (26/10/2009, pag. 1)- consistiría en lo siguiente:

a) Eliminar todos los partidos que "no posean un número de afiliados equivalente al 4%o del padrón nacional (hoy serían 111.157afiliados)". Eso dejaría subsistentes sólo al peronismo, al radicalismo y posiblemente a una izquierda unificada.

b) No podrán presentarse candidatos que no hayan sido elegidos en votaciones internas abiertas de los partidos en las que podrán participar todos los ciudadanos, sean o no afiliados, lo cual implica que el peronismo o la izquierda unificada y disciplinada, movilizando a sus bases, podrá imponer candidatos de su gusto en el radicalismo y en un eventual partido independiente "de centro", si existiera, cosa que dudo. Todos los candidatos, por este sistema, serán de izquierda.

c) En toda y cualquier interna tendrá una enorme ventaja quienquiera que maneje el Estado y sus inmensos recursos monetarios. Ahora bien, el Estado está en manos de la tiranía. Luego, los candidatos elegidos no sólo serán de izquierda sino que serán aquellos que acepten cumplir el papel que les indique el gobierno.

d) Las verdaderos patriotas quedan totalmente excluidos de la política porque si formaron un partido serán eliminados al no lograr los 111.157 afiliados exigidos y jamás podrán crear uno nuevo si no lo tienen. La única alternativa que les quedaría (y es inaceptable) sería hacerse peronistas o radicales y competir con los "caciques" corruptos de esos partidos para ser candidatos. Si cometieran la bajeza de hacerlo, habrán dejado de ser "buenos patriotas" y en cualquier caso, jamás conseguirían ser candidatos a la Presidencia de la Nación motivo por el cual, si la traición fuera "táctica" sería inútil. En esta profundidad de nuestra caída sólo los poderes presidenciales pueden rescatar la Nación. Ser "diputado" o intendente de una ciudad, como está archiprobado por la penosa actuación de individuos como Pinedo y Macri (si es que pudieramos considerarlos "buenos patriotas", cosa que niego enfáticamente).

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El Pacto de San José de Costa Rica, de rango constitucional desde 1994 por el art. 75, inciso 22, establece que "todos los ciudadanos deben gozar" del derecho "a ser elegidos" sin que pueda restringirse ese derecho sino "por razones de edad, nacionalidad, residencia, idioma, instrucción, capacidad civil o mental o condena por juez competente en proceso penal" (art. 23).

La actual ley de partidos 23.298, obra del peronismo y del radicalismo en los tiempos de Alfonsín, impone restricciones mayores que esas y exige que el ciudadano sea presentado por un partido reconocido por la Justicia electoral y son tales las condiciones para formarlo y hacerlo valer, que es cosa imposible de lograr para un ciudadano común, como lo he comprobado personalmente.

Pero siempre existe la remota posibilidad de que un grupo de ciudadanos patriotas suficientemente activo lo haga. Para evitarlo totalmente la tiranía ha pergeñado este proyecto de reforma política que no es otra cosa que la creación de un partido único bifronte, al mejor estilo comunista o nazi, de tal manera que no sea posible arrebatarle el poder de ninguna otra manera que por la fuerza. Y como la "operación reaseguro" ha suprimido las FFAA y paralelamente se han creado grupos armados de "irregulares" al servicio de la tiranía (como lo ha hecho ahora Chavez en Venezuela abiertamente), la fuerza la tiene también la tiranía en exclusividad o sea que es inamovible.

Si esta reforma política es aprobada se habrá dado un enorme paso hacia la consolidación de la tiranía, ante la pasividad suicida de los "buenos patriotas".

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La reforma política que debe hacerse es la que he propuesto muchas veces en "La botella al mar" y es la que daría libertad de candidaturas y poder destituyente a las abstenciones, los votos en blanco y los nulos o anulados. De hecho, en las últimas elecciones casi el 50% del electorado se ha abstenido, ha votado en blanco o anulado su voto. Eso revela el rechazo de toda la "dirigencia". Pero la ley no le reconoce a esa indudable protesta valor alguno.

El Uruguay nos acaba de mostrar cómo es importante esta reforma. Allí, el 50% de votos exigido para que un candidato gane en la primera vuelta electoral se calcula tomando en cuenta TODO EL PADRÓN y no sólo los votos válidos emitidos (ver "La Nación" 26/10/2009, pag. 3). Si la ley uruguaya fuera como la de este desgraciado país, el tupamaro Mujica ya sería el presidente electo de la Banda Oriental. Ahora, en cambio, es probable que sea derrotado en la segunda vuelta.

Estamos peor, inclusive, que la Honduras de Zelaya ya que ese aventurero chavista pudo ser destituido legalmente porque el Tribunal Supremo y el Congreso hondureños todavía funcionaban como poderes independientes de la prepotencia presidencial y todos los Obispos de ese país dieron prestamente su apoyo a la salvadora decisión que depuso al usurpador Zelaya.

Aquí todo es sumisión servil, venalidad generalizada y dominación de la izquierda. Y de los Obispos argentinos no puede esperarse nada más que un bla-bla-bla engañoso en sintonía con los planes de la tiranía.

Sólo con mucho coraje y un gran milagro de la Virgen de Luján, Patrona de la Argentina, podremos salvarnos de la tiranía marxista y corrupta que se consolida cada día más. Si termina de consolidarse nos convertiríamos en un pueblo de apátridas. Por mi parte, ya me siento así en una gran medida. Esta argentina no es mi Patria.

*e-mail:
correo@labotellaalmar.com

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