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lunes, 2 de noviembre de 2009

¿A QUIÉN LE IMPORTA?


Por Cosme Beccar Varela *
30 de Octubre del año 2009 - 935

¿A quién le importa lo que sufre el ciudadano común, indefenso, en esta argentina arrojada deliberadamente en el caos?

¿A quién le importa que un sindicato no reconocido de un grupo de empleados del subterráneo decida parar el servicio que necesitan millones de esos argentinos comunes para volver a sus casas, el día que se le dé la gana, a la hora que más moleste y tantas veces cuantas se les antoje?

¿A quién le importa que los maestros resuelvan dejar a los chicos sin clases en todos el país por tiempo indefinido o en días señalados sin que se sepa cuantos de esos días serán señalados en el futuro?

¿A quién le importa que todos los dos días asesinen una, dos o más personas en el Gran Buenos Aires por criminales drogados con permiso de la Corte Suprema de la Nación, la cual acaba de declarar en el caso "Arriola" que es lícito tener drogas y, por ende, drogarse, sin que importe u la droga convierte al drogado en una máquina de matar?

¿A quién le importa que un grupo de 16 atorrantes, invocando ser "veteranos de las Malvinas" corte la Panamericana justo en el ángulo en que se unen la ruta 8 y la 9, o sea, toda la Panamericana, justo a la hora de mayor tránsito en dirección a Buenos Aires con lo cual se formó una fila de varios kilómetros de vehículos detenidos a pesar suyo, con sus conductores secuestrados dentro de ellos, y que esos atorrantes estén protegidos por la Gendarmería con prepotencia y arbitrariredad para impedir cualquier reacción de las víctimas ("La Nación", 29/10/2009)?

¿A quién le importa que la tirania cree un nuevo subsidio -agregado a los muchos que ya hay- y que así aumente el "clientelismo" y el gasto fiscal en 10.000 millones de dólares cuando el deficit actual ya es gigantesco y el Estado sólo se mantiene robando los aportes jubilatorios y no pagando a sus acreedores?

¿A quién le importa que el Congreso esté ya tratando una ley que permite las uniones pseudo-matrimoniales de los homosexuales y que, para peor, les permita adoptar niños inocentes para corromperlos?

¿A quién le importa que en las escuelas -casi todas mixtas ahora- a una chica de 16 años, once de sus "compañeros" la hayan vejado y que la Directora del Area de Orientación Psicopedagógica de Escuelas, Carbonati, haya considerado el caso como un inocente "juego sexual" ("Clarin" 30/10/2009 pag. 39), apoyada en eso por los maestros, y que la sanción a los abusadores haya sido sólo tres días de suspensión?

¿A quien le importa que en cualquier momento, en cualquier esquina, puede encontrarse con un grupo de 15 o 20 descarados que cortan el tránsito y le obligan a uno a dejar el auto abandonado o a tragarse un tiempo indefinido de calor y de rabia detrás de un volante sin que nadie ponga orden en ese caos?

¿A quién le importa que haya 600 presos políticos en cárceles infames sin justicia, sin jueces y sin esperanza alguna de ser liberados, entre ellos un sacerdote de la Iglesia católica, simplemente por odio, por el odio que les tienen los ex-terroristas que hoy detentan el poder?

¿A quién le importa que una gran parte de los más altos funcionarios hayan sido terroristas durante la década del 70?

¿A quién le importa que nuestro país no tenga FFAA para defenderse ni para defender el orden constitucional?

¿A quién le importa que los sindicalistas se eternicen en sus cargos y se enriquezcan desmesuradamente a la vez que se reservan el poder de crear gobiernos, extorsionar a los trabajadores y formen abiertamente parte del partido peronista?

¿A quién le importa que un grupo de sindicalistas comunistas pretendan quedarse con una parte del poder sindical creando el caos, poniendo bombas molotov, tajeando a los compañeros que les resisten, cortando rutas y expulsando del país, por hartazgo, a los inversores que dan trabajo y producen?

¿A quién le importa que ni los jueces ni los fiscales cumplan con su deber persiguiendo penalmente a los cientos de ladrones que esquilman el Estado y a los patoteros que amenazan a sus congéneres, como el inefable Secretario de Comercio Interior que tiene una pandilla de "muchachos que rompen espaldas y sacan ojos"?

¿A quien le importa que la mujer que usurpa la presidencia de la nación se dedique a divertirse con infinitos viajes con infinitos adlateres e infinitas compras frívolas pagadas con el fruto de las infinitas deshonestidades cometidas por ella y su marido?

¿A quién le importa que la malversación de fondos públicos se haya convertido en una rutina a partir del otorgamiento de los "poderes extraordinarios" otorgados por el Congreso al PE?

¿A quién le importa que la prensa se dedique a hacer críticas inofensivas para la tiranía y que no promueva una insurrección nacional contra la tiranía, visto que ninguno de los tres poderes funciona como lo exige la Constitución Nacional?

¿A quién le importa que las "clases cultas" del país se abaniquen con todas estas noticias porque a ellos no les tocan o si les tocan ya han desarrollado una piel de sapo para soportarlas con frialdad y tienen plata como para resarcirse o irse a otra parte?

¿A quién le importa que Duhalde reaparezca en la escena política después de haber hecho el inmenso daño de instalar en la casa rosada al usurpador Kirchner y a su conyuge igualmente usurpadora, después de haberse robado los depósitos bancarios de todos los ahorristas y haberlos devaluado en un 66% sin indemnización alguna y sin pagar ni siquiera eso a no ser obligando previamente a sus víctimas a realizar laboriosos trámites judiciales?

¿A quien le importa que la usurpadora y su marido sean cómplices de Castro y de Chavez mientras éstos torturan a sus respectivos pueblos mediante sendas tiranías perversas y mortíferas y colaboren con ellos en el intento de someter a la valiente Honduras que se resiste a seguir la misma suerte sin por ello dejar de llenarse la boca con cínicas declaraciones en favor de los "derechos humanos"?

¿Alquien sabe cuanto es la fortuna de Duhalde, Menem, Kirchner, Aníbal Fernandez, De Vido, Macri y otros integrantes de la "dirigencia" corrupta e inepta y cual es el origen de esa riqueza? ¿A alguien le preocupa no saberlo?

¿A quién le importa que los jóvenes argentinos en su casi totalidad no tienen otro interés que divertirse, ganar plata y tener buenas relaciones con el otro sexo y que asuntos como "la Patria", "la Justicia", "el honor", no los conmueve en lo mas mínimo? Puede ser que esos jóvenes hayan hasta encontrado una coartada religiosa provista por algún sacerdote para ser indiferentes a esos temas y que ese sacerdote les inculque la idea de que la vida espiritual (concebida y dirigida por él, por supuesto) es todo lo que Dios les reclamará en la otra vida. ¿A alquien le importa averiguar si todo eso no es sino un engaño deleznable y hasta blasfemo por tomar el santo nombre de Dios en vano?

¿A quién le importa que los Obispos, que deberían ser pastores que dan la vida por sus ovejas, no den ni una uña para protegerlas de esta catarata de desgracias?

¿A quién le importa que una buena parte de la financiación de la campaña de la usurpadora Kirchner provino del tirano Chavez y de los falsificadores de remedios que mataron gente?

¿A quién le preocupa que en los hospitales no se puede atender a la gente porque no hay medios para hacerlo y que hay cientos de enfermos que necesitan tratamientos para sobrevivir (diálisis, por ejemplo) que serán abandonados a la muerte porque las obras sociales sindicales (y el PAMI) no les pagan a los proveedores ese servicio vital? ¿A quién le importa que los hospitales, cada dos por tres, están en huelga, ayer 9/10, por ejemplo, en casi todo el país ("Clarín" 29/10/2009, pag 31)?

¿A quién le importa que la reforma política propuesta ayer por la usurpadora implica que sólo podrán aspirar a la presidencia y a los demás cargos electivos los integrantes del peronismo, o del radicalismo sumiso al peronismo, ambos dirigidos por la hez de la clase política, y que los ciudadanos verdaderamente capaces y honestos deban quedar del lado de afuera de la vida pública para ser robados y sin poder de impedir que el pueblo sea robado?

¿A quién le importa la sospecha vehemente de que todo esto es un plan preparado por un elenco de marxistas bien pagados y bien entrenados que nos conducen inexorablemente hacia una tiranía al estilo de Cuba y Venezuela?

* * *

No, a nadie le importa. Y si a alguien le importa, le importa tan poco que no le sugiere ninguna reacción. Toma todo eso como "casos" que muy pronto se olvidan, desprecupadamente, sin que inspiren ninguna decisión patriotica para detener el descalabro nacional.

Lo único que les indigna es que haya individuos como yo que somos "demasiado agresivos" y que con nuestra agresividad impedimos que todos los moderados del país se unan en una dulce (y connivente) concordia en la que no haya ni izquierda ni derecha, ni norte ni sur, ni este ni oeste, como dijo en su discurso del 5/10 en la Plaza San Martín una de la oradoras promovidas por los organizadores de esa movilización en recuerdo de las víctimas de terrorismo. Y para peor que esos "agresivos" escriban artículos "demasiado largos"...

Pero no se les ocurre pensar que los delincuentes de la política no tiene interés en la concordia sino en el botín y en la impunidad, y los ideólogos marxistas que los utilizan lo único que quieren es sumar un país más al bloque de los sometidos a este nueva versión del comunismo no menos nefasta que la anterior, con al agravante de que ya no hay "guerra fría" sino cooperación "sotto voce" entre un gobierno socialista instalado en Washington y un criminal de la KGB, frío y astuto como una serpiente, instalado en Moscú y cómplices por todas partes, especialmente en Pekin.

Pero ¿qué es "importante" para el hombre de hoy, es decir, cual es el criterio de "lo que importa"? La respuesta es muy simple. Importante es lo que puede afectar los pequeños intereses y los ramplones egoísmos del Sr. XXX, integrante de las "clases cultas", exitoso en sus negocios, tenido por buen mozo y deportista. O los de un pequeño burócrata servil que tiene un puesto en el que se mantiene a fuerza de adular y jamás contradecir a su jefe que a su vez tiene la misma dependencia con respecto al que está por encima de él. Eso es lo importante. Lo demás son especulaciones imaginarias de fanáticos incurables que a nadie le interesan.

Conclusión: nada de lo dicho es importante y por eso no le importa a nadie. Porque si fuera importante, si realmente tuvieramos la clara noción de cual es el final de esta historia siniestra en la que nos ha tocado ser actores, entonces deberíamos reaccionar y actuar, organizarnos y luchar contra todas esas canalladas. Pero como nada de eso queremos hacer y como somos toda gente inteligente y razonable deberemos concluir que nada de eso es importante y que no merece esfuerzo alguno para hacerlo cesar.

La consecuencia de todo esto es que al final seremos esclavos de un régimen marxista, pero eso es preferible que arriegarse luchando contra él, porque los esclavos son felices: comen (poco), duermen y a cambio de servir a su señor no reciben latigazos. Con la ventaja adicional de que, como dice Esteban Echeverría, los esclavos no tienen Patria por lo cual están relevados de toda obligación patriótica. ¡Qué alivio!

* Cosme Beccar Varela
e-mail: correo@labotellaalmar.com

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