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viernes, 29 de enero de 2010

EL INSTITUTO CERVANTES SE CAGA EN EL CASTELLANO



En el mapa: El castellano es hablado en España, Estados Unidos, México, Centroamérica, Sudamérica, Caribe, Guinea Ecuatorial, Marruecos, Sáhara Occidental, Filipinas, Israel y en la Isla de Pascua (Chile).


Por Alberto Buela (*)

Parece ser que todos los veranos los diarios tienen que ocuparse del tema del castellano, llamado también español. Y siempre los que hablan del tema son, casualmente, los españoles. Nosotros lo hemos hecho un par de veces con artículos que tuvieron cierta resonancia, al menos en los ámbitos académicos y de difusión de ideas.
Es sabido desde Aristóteles que la virtud es un término medio entre dos extremos opuestos, así frente a la vanidad - el creerse y hablar más de lo que realmente se es- está la pusilanimidad -esto es, echarse tierra encima, hablar forma peyorativa sobre los méritos propios-. Pues bien, esto último ocurre con los supuestos defensores de la lengua castellana desde el Instituto Cervantes.

Este año le tocó el turno a la directora del Instituto Carmen Cafarell quien muy suelta de cuerpo afirmó al presentar el Anuario el español en el mundo que “en Brasil el español ocupa el cuarto puesto como lengua extranjera en dura competencia con el italiano y el chino mientras que el francés y el alemán retroceden en sus posiciones”. ¿Pero quién asesora a esta señora, los ingleses?. Esto es una mentira ex profeso, es una mentira a designio.
Vamos a responderle palabra por palabra para que no queden dudas. En primer lugar el español es un sustantivo que designa a los ciudadanos de España, nuestra lengua es la lengua castellana o el castellano. Así nos lo enseñaron a nosotros desde la escuela primaria. En Brasil el castellano no es considerado una lengua extranjera sino una lengua cohabitante con el portugués. La cohabitación de ambas lenguas se prueba y se ve en el hecho que en las universidades del Brasil no existe profesor que no hable el castellano. Incluso en bastas regiones del sur del país – estado de Río grande do Sul – se lo habla popularmente, ningún turista tiene necesidad de traductor. Lo hemos dicho en un artículo anterior: En Brasil lo hablan bien 12 millones de brasileños.
La tercera observación es que el castellano no está cuarto en la enseñanza de lenguas extranjeras sino primero puesto que es obligatoria su enseñanza en todas las escuelas del país, tal como lo estableció el gobierno de Lula en el 2007 reemplazando los acuerdo que había firmado con Sarney privilegiando la enseñanza del francés allá por los años 80 por sobre las otras lenguas. Se acaba de crear la Universidad del Mercosul/sur cerca de la triple frontera entre Brasil. Argentina y Paraguay donde la enseñanza no sólo es obligatoriamente impartida en portugués-castellano o viceversa, sino que es, además, indistintamente impartida en ambos idiomas.

La directora Cafarell tendría que tomar nota de lo que está ocurriendo en Brasil y sus planes de proyección suramericana para luego emitir un juicio medianamente serio. El esfuerzo ciclópeo del gobierno de Lula para transformase en el representante del los intereses de la América del Sur lo llega a privilegiar la enseñanza del castellano por sobre cualquier otra lengua. Le lleva incluso a proponer a la Academia brasileña de letras la eliminación de los idiotismos del portugués (por ejemplo, la cerilla) que lo alejan del castellano para que se haga más comprensible nuestra lengua por parte de ellos.

Hace dos años tuvimos que salir al cruce de la mentira a designio que sostenía que el castellano era la cuarta lengua más hablada del mundo para mostrar que era la primera: la suma un total de 550 millones de hispano parlantes con lo cual se desmienten totalmente las cifras divulgadas por el artículo de marras.

El castellano, patrimonio común a españoles, americanos y a algunos africanos, es la primera de las lenguas habladas en el mundo, pues el inglés no llega a 500 millones y el chino no es un idioma sino 129 a la vez, de los que se destacan el mandarín, idioma oficial desde la revolución cultural de 1966, el wu, el cantonés o yué, el min, el jin, el xiang, etc.) cuyas diferencias entre sí son mayores de las que existen entre el castellano y el portugués. Pues si a sumar fuéramos nosotros contabilizaríamos juntos la bicoca de 788 millones (Brasil: 190 millones; Mozambique: 21 millones; Angola: 16 millones; Portugal: 11 millones).

Si poco sabemos qué es lo que sucede en Argentina menos podemos conocer sobre aquello que sucede en España, pero todo indica, y ya van varios años que venimos siguiendo esa política pusilánime sobre el castellano, que a las autoridades del Instituto Cervantes mas valdría tenerlas de enemigas que de amigas.

Es de lamentar, es una verdadera pena que las escuálidas arcas del Estado español se vean menguadas por funcionarios que no cumplen con su tarea, o lo que es peor aún, realizan una tarea a la inversa de la propuesta.
Si viviera Rubén Darío les diría: Tened cuidado funcionarios. ¡Vive la América española!. Hay mil cachorros sueltos del León Español.

(*) alberto.buela@gmail.com
Arkuegueta, eterno comenzante, mejor que filósofo
NOTAS:
1- El castellano, mal llamado español, dic. 2008 en internet
2- Art.cit. ut supra

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