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sábado, 30 de enero de 2010

EL SINDICALISMO EN SUS CIFRAS


Por Alberto Buela (*)

Hemos recibido por gestión de un gran amigo y una de las personas que en nuestro país conoce más a fondo la realidad, constitución y desarrollo del sindicalismo argentino, se trata del Dr. Hugo Guida, el último Nomenclador actualizado a noviembre de 2009 de los sindicatos en Argentina, algunos de cuyos datos no dejan de sorprendernos, pasamos a exponerlos y comentarlos

Total de organizaciones: 2.990. En noviembre del 2003 había 1.520
Aproximadamente 1.800 con personería gremial y 1.200 solo con inscripción gremial.

El modelo sindical argentino y peronista que defiende la CGT es aquel que se apoya en la fundadora ley 23.852 del 2 de octubre de 1945 que defiende el principio de la suficiente representatividad por actividad, rama u oficio de los sindicatos. Esto quiere decir que será un solo gremio, el que tenga el apoyo de la mayoría de los trabajadores de ese sector, el que lleva la representatividad laboral.
A esto se opone la CTA que quiere constituirse en “otra CGT”, compuesta en su inmensa mayoría por gremios estatales (docentes y empleados públicos) y que insiste, en una lectura sesgada e ideológica, en la aplicación del Convenio 87 de la OIT del año 1948 Que es interpretado en el sentido de crear cuantos sindicatos se quieran por actividad, rama y oficio.

Leyendo estos últimos datos provistos por el Ministerio de Trabajo vemos asombrados que, por ejemplo la actividad “Transportes de carga” el sector que corresponde a la representación de sindicato de camioneros registra 30 gremios y no todos están federados, quiere decir que en los hechos hasta al sindicato del secretario general de la CGT le han creado gremios paralelos y el gobierno de los KK lo a consentido y autorizado. Es decir, en la práctica se esta llevando a cabo en forma silenciosa la aplicación del Convenio 87 tal como lo interpreta la CTA.

Y como para que lo que le ocurre a camioneros no quede como una simple muestra pasamos a continuación de mostrar otros datos sorprendentes:
Existen en comercio 278 sindicatos, en educación 211, en salud 105, en carne 72, en azucarera 71, en energía 67, en correo 62 en petrolera 55, en vialidad 51, en alimentación 50, en panadera 46, en diarios 46, en farmacia 41, en telefónica 41, en papelera 38, en trasporte de pasajeros 39, en deportiva 38, en edificios 38, en portuaria 34, en maderera 32, en gaseosas 41, en gráfica 31, en judiciales 30, en química 30, en prensa 26, en cuero 23, en garajes 22, en taxistas 21, en mosaista 21. A estos sindicatos hay que agregar 400 de municipales, 93 de administración pública y 93 sindicatos de universidad.
Es decir, que treinta actividades agrupan 2.256 sindicatos, esto es alrededor del 80% de todos los sindicatos tanto con inscripción como con personería gremial. Se ve una clara concentración en la solicitud de nuevos sindicatos en las áreas vinculadas con el Estado y los trabajos públicos, sigue después, pero muy lejos, a la mitad del recorrido, la multiplicación de sindicatos en los gremios de servicios y finalmente en los de producción.
Así los sindicatos vinculados al Estado concentran el número de 1.205, los vinculados a servicios 589 y a la producción y oficios tan solo 462, lo que suma un total de 2.256 sindicatos.
En una palabra ha sido en el ámbito del propio Estado nacional que en estos últimos años se han multiplicado los sindicatos, yendo así, de facto, en contra del modelo sindical que el propio Estado ha sostenido durante 60 años. Una verdadera contradicción en los términos.
Queremos llamar la atención sobre esta situación porque de manera silenciosa sin mayores debates ideológicos se está llevando a cabo el desmantelamiento de la unitaria representación sindical en vistas a la creación de sindicatos por doquier y por las razones más nimias. Y esto nace y se reproduce fundamentalmente dentro y a costa del Estado nacional, lo que viene a indicar un avance paulatino y constante de la CTA sobre la CGT.
Si el ministerio de Trabajo se dice peronista porque pertenece a un gobierno que así se declara tendría que tomar cartas en el asunto y convocar a una moratoria nacional de gremios en donde se verifiquen los ámbitos y la realidad de las representaciones laborales.
La resolución de esta cuestión no se limita al campo de la controversia entre dos gremios por la representación de trabajadores que unos y otros dicen representar en las disputas sobre el encuadramiento sindical sino que va más allá, y la solución está en ese más allá del ámbito exclusivamente jurídico. La solución es político-filosófica.
Es una cuestión filosófica que el Ministerio tendría que plantearse: cómo hacer para que el siempre sano criterio de respetar la voluntad libre de los trabajadores a asociase según sus intereses comunes en nuevos sindicatos no quiebre el sano unicato de la representación sindical para que esta sea efectiva y eficaz ante una patronal día a día más difusa y menos accesible.

Si bien el Estado nacional siempre ha observado el sano criterio de respetar la voluntad de los trabajadores en la creación de nuevos sindicatos otorgando en forma relativamente fácil la inscripción gremial (primera razón de la multiplicación de gremios), el mismo Estado a través del Ministerio de Trabajo tendría que abocarse a la unificación de las representatividades.
Esta tendencia centrífuga la observamos claramente en las Federaciones (entidades de segundo grado) con el desprendimiento día a día de sindicatos que otrora formaban parte.

Esta es una primera y elemental lectura que queremos ofrecer sobre todo a los compañeros sindicalistas para que ellos puedan ampliar las conclusiones a que nos llevan estas cifras.


(*) alberto.buela@gmail.com

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