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martes, 2 de marzo de 2010

ANGUSTIA MUSULMANA


Por Mons. Richard Williamson

Un pequeño ejemplo de un gran problema se atravesó por mi camino el mes pasado cuando conocí en Londres a un musulmán que nació y actualmente vive en Francia, encontrándose "entre la espada y la pared" debido a su ascendencia mahometana y su entorno Europeo. Su conflicto entre la lealtad a sus raíces ancestrales y la lealtad a su tierra natal era claramente agonizante. Algunos mahometanos podrían adoptar completamente los valores Franceses, muchos otros podrían rechazarlos por completo, pero él no podía tomar ninguno de los dos caminos.

Claro que su problema va mucho más allá que a nivel cultural o político, o inclusive histórico. Su problema es religioso. El Islam comenzó hace alrededor 1400 años como una ruptura de la Cristiandad Católica en el Oriente Medio. Con sus raíces en la herejía del Monofisismo que dice que únicamente existe una Persona en Dios, se esparció como un incendio ardiente a través de una Cristiandad marchita en el Oriente Medio y el Norte de África, ocupó España por muchos siglos e irrumpió brevemente en Francia. Una simple y violenta religión, busca conquistar el mundo entero por la espada. Es un azote de Dios, a la cual por miles de años la Cristiandad pudo mantener a raya únicamente por la espada.

Sin embargo, ahora que los mismos Cristianos Europeos están perdiendo casi toda su creencia en Cristo o en la Cristiandad, están permitiendo - y sus gobiernos anti-Cristianos están fomentando de manera positiva - que los mahometanos regresen a Europa, no por la espada sino a través de la inmigración, manera a través de la cual la familia de este joven han habitado en Francia por dos o tres generaciones. ¿Qué está detrás de esta inmigración? Los Globalistas quieren que ayude a disolver las antes gloriosas naciones Cristianas, sometiéndolas al Nuevo Orden Mundial. Los liberales quieren que proclame su locura al declarar que las diferencias de raza o religión son insignificantes. Los mahometanos lo desean para permitirles apoderarse de Europa.

Sin embargo aún cuando Europa está cada día más podrida, aún quedan resquicios de su antigua gloria, una gloria que se debió a la Iglesia Católica. Estos trazos son suficientes para que, por un lado, inspiren en un joven como este una lealtad patriótica que rivalice su lealtad consanguínea a sus ancestros, y por otro lado, para despertar aún en muchos Europeos un amor tal a su propia manera de vivir que la defenderían con un baño de sangre si parece o en realidad es amenazada del exterior. Sin lugar a dudas, Satanás está planeando ese baño de sangre. Dios puede permitirlo como un castigo. Parece cada vez más y más probable.

Mientras tanto, ¿qué debe de hacer este joven? Idealmente, iría a la raíz del problema que es definir si Jesucristo es la Segunda persona de las tres Personas de Dios, o simplemente un Profeta, por más sublime que sea. Entonces si es inteligente, conectará los regalos de la Francia que tanto admira con quien se los dio, el mismo Dios Encarnado. Y si se convirtiera en un verdadero Católico vería la manera de combinar todo lo bueno de sus raíces con todo lo bueno de su tierra natal, no solamente para él sino también para otros con los que contribuiría, aun cuando fuese en manera limitada, a evitar el baño de sangre eminente.

¿Y qué deben de hacer los Europeos ancestrales para evitarlo? Retornar a la Fe ancestral y a su práctica, que por sí misma tiene el poder de unir a toda la gente y las razas en la Verdad, en la justicia y en la paz. Esta es su responsabilidad ancestral y la vocación recibida de Dios, el dar un ejemplo tal que arrastre a todo el mundo a Nuestro Señor Jesucristo. Si continúan siendo infieles, con certeza la sangre se derramará.

Kyrie Eleison.

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