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lunes, 3 de mayo de 2010

GUERRA DE MALVINAS: EL ESPIRITU DE LA NACION ARGENTINA

Malvinas Volveremos mapa

Por Víctor Eduardo Vital *

Como Veterano de Guerra, es mi deber moral recordar a todos los soldados argentinos muertos en la Gesta del Atlántico Sur. También a todos nuestros antepasados que dejaron sus vidas defendiendo el suelo de la patria. Muchos de ellos, como los que descansan en la turba malvinera no tienen nombre, solo tienen una cruz, pero para Dios, no hay héroes anónimos, no hay soldado desconocido, no hay sacrificio olvidado, para Dios, el coraje, el amor por una causa justa, el amor a la patria, no es ni anónimo ni cae en el vacío, eso, cuando se hace por amor, tiene valor y tiene mérito de eternidad.

La guerra de Malvinas fue una guerra histórica, contra un enemigo histórico, porque ese rico patrimonio espiritual, heredado de los fundadores de nuestra patria, se plasmó en las proezas realizadas en el campo de batalla, esas virtudes propias de nuestra raza.

La argentina tuvo hijos dignos, que supieron superar con altivez la adversidad y transformarla en aliento fraternal recíproco, gracias al alto espíritu Cristiano fortalecido por la Fe y la Caridad. Todas estas acciones enaltecieron el noble corazón del soldado, solo así pudo defender con esfuerzo y sacrificio ese pedazo de suelo patrio.

La batalla de Malvinas quedará marcada a fuego en el libro de la patria, porque perdurará a través del tiempo, proyectando esa luz inextinguible que necesitan los pueblos para nutrir los corazones de sus pobladores.

Ese 2 de abril despertó el espíritu patriótico que dormía en el corazón, en la sangre y en el alma del maravilloso pueblo argentino. Ese pueblo nuestro, que es sangre de nuestra sangre y carne de nuestra carne, heroico, digno, altivo y magnánimo.

Combatimos con el rosario en el pecho, por la Patria terrenal y por la Patria celestial, por la dignidad de nuestros padres, de nuestros hijos y por defender el honor de nuestra sagrada bandera.

En esos oscuros pozos de trincheras, en el aire o en el mar, donde las temperaturas llegaban a 20° bajo 0, se enfriaban nuestros cuerpos pero no el espíritu de combate.

Los 649 soldados argentinos muertos en Malvinas son un verdadero testimonio de Amor porque dieron lo más preciado que un ser humano puede dar… su propia vida.

Lucharon por el Amor y los mató el odio.

Nuestro eterno homenaje para esos grandes hombres que tuvieron anhelos nobles, aspiraciones santas, y que fueron un rosario de heroísmo.

Que honroso y noble es morir por la patria, porque morir por la patria, es uno de los caminos que tiene la vida para vencer a la muerte, y de ese modo darle vida eterna al alma.

Nosotros no defendíamos intereses personales, ni propiedades, ni situaciones de privilegios, defendíamos el suelo de la patria, eso era lo que defendíamos, defendíamos una Fe, una cultura, una historia, que valía cualquier sacrificio.

Éramos y somos pobres, pobres de bienes materiales, pero ricos en esos bienes del alma, que son el Amor a la Patria, a los hermanos, a la Virgen, la Fe en Dios, el coraje y la lealtad.

Esa era y es nuestra riqueza, por eso no podemos cortar la cadena de esfuerzos continuos que hicieron nuestros mayores de generación en generación, para construir esta bendita Nación Argentina.

Tenemos una única meta, que es restituir a la Nación Argentina su grandeza y a nuestro pueblo su felicidad, por todo esto es que invocamos la protección de nuestro Señor Jesucristo y de su Santísima Madre, también Madre nuestra, sobre nuestras causas y nuestros actos, sobre nuestras personas y también sobre nuestros enemigos; para que la paz no traiga la resignación sino la alegría, no la riqueza sino la plenitud de la vida, no el bienestar sino las condiciones suficientes y necesarias para el desarrollo de una vida plenamente humana para todos los argentinos, para tener un gobierno con VERDAD, LIBERTAD, JUSTICIA Y AMOR.

 

* Veterano de Guerra de Malvinas

Vital_846@hotmail.com

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