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jueves, 17 de junio de 2010

CARTA ABIERTA AL SENADOR ADOLFO RODRIGUEZ SAA CON MOTIVO DE SU VOTO SOBRE EL MATRIMONIO HOMOSEXUAL

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San Luis, 17 de junio de 2010

Al Sr.

Senador Nacional.

Adolfo Rodríguez Saá

S/D.

                                           El que suscribe, Veterano de Guerra de Malvinas, en representación propia y en defensa de los altos intereses de la Nación que forjaron y honraron nuestros antepasados, y por la cual miles de argentinos ofrendaron su vida guerreando contra los enemigos de nuestra Patria entre los cuales se encuentran camaradas de armas enterrados en la turba malvinera, me dirijo a Ud. para que haga conocer públicamente cuál es su posición ante el aberrante proyecto de ley de prostituir el matrimonio y cómo va a ser su voto.

En orden a que nuestro pueblo fiel y sencillo no sale de su asombro de cómo este chiste de mal gusto ha llegado a la Cámara de Senadores, y en vez de tener un rechazo generalizado, algunas expresiones periodísticas lo muestran a Ud. como dubitativo, es que me atrevo a elevarle la presente invitación.

                   No escapará a su criterio que con la perversa ley con que se pretende legalizar la unión homosexual se rompe el orden social y jurídico de la Nación Argentina, ya que la Constitución Nacional se establece “en cumplimiento de pactos preexistentes” y la familia es la primer comunidad sobre la cual se fundaron los pueblos que conformaron nuestra Nación.

                   La institución familiar es anterior a todo ordenamiento social, es el corazón de todo ordenamiento social. Es la única instituida por Dios Padre en el mismo acto creador.

                   Con este perverso proyecto de ley no solo se pretende romper el orden social y jurídico de nuestra Patria sino que se legisla contra  Dios mismo, contra el cuarto mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre, así se  prolongarán tus días en la tierra, que el Señor, tu Dios, te va a dar.”   

Este mandamiento establece una estrecha relación entre el territorio que ocupa una nación, el orden social de la familia y la comun-unión de generaciones ligadas a la existencia del Pueblo y la Nación.

       Por lo tanto, los legisladores que voten esta subversiva ley estarán incursos en el delito de traición contra la Nación.(art. 119 C.N.)

                   Es mi obligación como veterano y reservista de nuestras Fuerzas Armadas, puntualizarle que todas estas leyes y políticas públicas que denigran nuestra juventud y corrompen las familias: patria potestad compartida, divorcio, educación sexual en las escuelas y apología del aborto, pornografía y homosexualidad,  droga y violencia,  juego y prostitución, son parte de la  sistemática y planificada política británica para corromper  los lazos de cohesión social de nuestro pueblo y facilitar la invasión sobre nuestro territorio.

                   La pérdida de soberanía de toda la cordillera a favor del estado anglo-minero formado a partir del convenio argentino-chileno; la puesta en funcionamiento de la pista de aterrizaje inglesa cercana al Atlántico en la Provincia de Río Negro que sirve de puente aéreo entre la fortaleza británica de las Islas Malvinas y nuestra Patagonia ya plantea una situación de invasión territorial que los Senadores de la Nación no pueden desconocer por ser de sus estrictas atribuciones.

                   Esta  invasión territorial que se complementa por un lado con la operación británica de creación de Estados Independientes Plurinacionales dentro del Territorio Argentino bajo la pantalla de los Pueblos Originarios, y por otro, con la desintegración de nuestras Fuerzas Armadas, amerita que ante el tratamiento de una ley que prostituye nuestras familias y  desintegra nuestra bendita Nación Argentina, me dirija a Ud. a fin de invitarlo a participar del acto público de afirmación de la familia que se realizará en nuestra ciudad (San Luis) el día 19 de junio a las 11 hs.

Comprendiendo que en su importante agenda pueda tener otro compromiso, es que le propongo si así fuera, envíe una manifestación para que nuestro pueblo se sienta orgulloso de su firme posición.

Sin otro particular lo saluda atentamente.

    Víctor E. Vital.

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“Honra a tu padre y a tu madre:

así se prolongarán tus días en la tierra,

que el Señor, tu Dios, te va a dar.” (Ex.20.12)

«Honra a tu padre y a tu madre: así se prolongarán tus días en la tierra, que el Señor, tu Dios, te va a dar». Así reza el cuarto mandamiento en la versión del Libro del Éxodo (20, 12). El precepto va dirigido a los hijos y habla de los padres; refuerza, por tanto, la relación entre generaciones y la comunión de la familia como un orden querido y protegido por Dios. Habla de la nación y de la continuidad de la vida en  la nación, es decir, establece una relación estrecha entre el territorio, como espacio vital del pueblo, y el orden fundamental de la familia, y vincula la existencia de pueblo y de nación a la comunión de generaciones que se crea en la estructura familiar. (Benedicto XVI – Jesús de Nazareth.)

Con la aprobación de esta ley se destruye la familia.

Con la destrucción de la familia se desintegra la Nación.

Con la desintegración de la Nación se pierde el territorio.

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