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miércoles, 23 de junio de 2010

DESCUBREN EN ROMA LAS REPRESENTACIONES MÁS ANTIGUAS DE LOS APÓSTOLES

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Las imágenes de los discípulos de Cristo, pintadas en las paredes y en varios medallones ubicados en el techo de las catacumbas de Santa Tecla, salieron a la luz tras dos años de labores.

Arqueólogos del Vaticano descubrieron retratos antiguos correspondientes al apóstol San Pablo (hallada el año pasado tal como informó entonces CATOLICIDAD), a la que se agregan la de los santos apóstoles Juan, Andrés y Pedro (en ese orden están las fotografías. San Pedro abajo), localizadas durante la restauración de un mausoleo del siglo IV en las catacumbas romanas de Santa Tecla.

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“En ese período comienza el culto a los santos, se trata de las primeras iconografías de los apóstoles en absoluto”, anunció a la prensa Fabrizio Bisconti, superintendente arqueológico para las catacumbas de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra.

Las imágenes de los discípulos de Cristo, pintados en varios medallones ubicados en el techo de la tumba colectiva, salieron a la luz tras dos años de labores que incluyeron la utilización de técnicas laser, nunca antes usadas en las catacumbas.

“El monumento estaba cubierto por una espesa capa de carbonato de calcio, por ello condujimos una profunda investigación histórica para saber que habría abajo porque las pinturas no se veían”, reveló Bárbara Mazzei, responsable de la restauración.

Explicó que tras realizar análisis químicos y físicos los restauradores optaron por usar la herramienta del láser, pero no un láser tradicional, sino uno modificado especialmente.

El costo de toda la operación fue de 60 mil euros (unos 73 mil dólares).

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Las catacumbas de Santa Tecla ocupan una vasta extensión sobre la vía Ostiense, al sur de Roma.

Bajo los actuales edificios y avenidas de la capital italiana cientos de túneles subterráneos contienen los vestigios de los cementerios cristianos que datan de los primeros siglos de nuestra era.

A unos 500 metros de la actual Basílica de San Pablo, donde yacen los restos verdaderos del apóstol, y bajo el subsuelo de un simple edificio de una compañía de seguros, una puerta de metal permite descender unos 15 metros bajo tierra.

Junto a cientos de tumbas colectivas, lápidas de mármol escritas en latín y tejas talladas destaca el “cubículo de los apóstoles”, como fue bautizado por los arqueólogos el mausoleo donde se descubrieron no sólo los retratos de los discípulos, sino también otras pinturas.

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Entre otras imágenes salieron a la luz diversas escenas cristianas que decoran las paredes: el Cristo maestro, la resurrección de Lázaro, la curación del paralítico, el colegio apostólico, la adoración de los Reyes Magos, el sacrificio de Isaac.

En uno de los arcos aparece una figura de una señora noble, suntuosamente vestida, que porta joyas, en compañía de una hija orante entre dos santos que introducen a las difuntas al más allá.

Bisconti precisó que la mujer, a la cual llamó simplemente “matrona”, era quien mandó a construir el decorado mausoleo y que, por el entorno, seguramente perteneció a parte de la aristocracia romana que a finales del siglo IV dejó el paganismo y se unió a los cristianos.

“La matrona de tecla, extremamente pudiente, conocía bien la escritura, el griego y el latín.

Con su tumba nos hace entrar en una Roma que cambia, la urbe de los últimos paganos era también la de una sistemática cristianización”, evocó.

“¿Por qué los apóstoles? Porque en este tiempo nace el culto a ellos –insistió-; se hizo enterrar ahí, quiso a los apóstoles como sus custodios e imitó los mausoleos y edificios de su tiempo”.

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