DIEZ AÑOS DE “LA BOTELLA AL MAR” Y CÓMO ESTAMOS AL CABO DE ESA DÉCADA

Por Cosme Beccar Varela

e-mail: correo@labotellaalmar.com

Buenos Aires, 25 de Agosto del año 2010 – 995

Hoy, fiesta de San Luis Rey de Francia se cumplen diez años desde el día 25 de Agosto del 2000 en que empezó a publicarse "La botella al mar". Ruego al Santo Rey, que sabía lo que era gobernar con Justicia -y no quería hacerlo de otra manera-;  guerrero, valiente, cruzado y jefe de miles de otros guerreros valientes y cruzados, que ruegue por nosotros que no somos ninguna de esas cosas y que estamos bajo la pata infame de una de las peores tiranías de nuestra Historia, rica en tiranos.
Lo que es peor es que si quisiéramos ser guerreros valientes y cruzados nos encontraríamos solos y sin armas que puedan ser usadas eficazmente contra los enemigos de la fe y de la Justicia.
Diez años de "La botella al mar" al menos han servido para dejar un rastro de palabras que, por fundarse en la doctrina católica, en el sentido común y en el amor a la Justicia espero que sirvan, como las piedritas de Hansel y Gretel, para mostrar el camino que lleva de vuelta a Casa, de vuelta a nuestra Patria que ya no sabemos donde está, ni si todavía existe.
Para volver a Casa hay que luchar organizadamente, hay que tener Jefes que sepan adonde ir y cómo vencer, y sospecho vehementemente que estos diez años de "La botella al mar" han probado que los buenos patriotas no quieren volver a Casa, se han arrellanado en la mazmorra infecta en que nos han encerrado y se han inventado diversos entretenimientos que les hacen creer que se mueven pero que no son más que pataleos inofensivos en el mismo lugar.
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La situación es mucho peor que hace diez años. La distancia que nos separa de nuestra Casa es mucho mayor, el esfuerzo guerrero que se necesita para abrirse paso hacia ella, si quisiéramos hacerlo, es mucho más exigente y peligroso porque nuestros medios de acción son cada vez menores y nuestros enemigos cada vez más poderosos.
Quienes se hayan tomado el trabajo de observar seriamente el paulatino deterioro de nuestra vida pública, como yo he querido hacerlo desde el 25 de Agosto del 2000 (cuando todavía estaba De la Rúa en la Presidencia) a lo largo de los 995 artículos y 3264 respuestas o comentarios a las cartas o colaboraciones de lectores publicadas en la Sección "Correo del Lector", no pueden sorprenderse de este cuadro de situación tan pesimista.
En el 2000 teníamos una presidencia anodina, incompetente y deshonesta. Ahora tenemos una presidencia tiránica, audaz, corrupta e inescrupulosa, teledirigida por una secta marxista que planea todo y que se propone reforzar cada vez más la tiranía e instaurar un Estado neo-comunista, en la órbita de Rusia, China, Cuba, Venezuela y los demás países que integran el bloque neo-comunista del mundo.
En el 2000 las relaciones de la Iglesia y el Estado eran de respeto mutuo (aunque en la Iglesia una poderosa infiltración modernista causaba inmensos daños a los fieles cosa que continúa y cada vez peor). Hoy la tiranía se dedica a perseguir a la Iglesia y a violar la moral cristiana constantemente con el aborto, el "homonomio", el intento de destitución del Vicario de las FFAA, etc. (Ver la lista de atentados contra la Iglesia en el nro. 3261, del 23 de Agosto del 2010, de la Sección "correo del Lector", en un trabajo de Juan Olmedo)
En el 2000 en el gobierno no había guerrilleros. En este momento varios cargos de primera importancia están ocupados por ex-terroristas que conservan su ideología y sus intenciones subversivas.
En el 2000 la Corte Suprema no había legalizado el consumo de drogas (caso Arriola), ni había anulado los indultos concedidos a los militares más de 10 años atrás (caso Riveros); ni había admitido la aplicación retroactiva de leyes penales y la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad (caso Arancibia Clavel). Ahora la Corte ha hecho todo eso en perjuicio de los militares  secuestrados.
Esos fallos más varios otros dictados contra el más elemental derecho constitucional y el mantenimiento en "prisión preventiva" y en cárceles comunes de 900 militares, casi todos ancianos, y la muerte de 107 en prisión, han hecho desaparecer la legalidad en el país.
En el 2000 todavía existían FFAA razonablemente armadas y constituidas. Hoy eso no existe más.  Apenas usurpó Kirchner la presidencia pasó a retiro a toda la plana mayor de las tres armas y en sucesivos hechos posteriores a varios jefes de grandes unidades. Entretanto, se sospecha vehementemente que está armando y entrenando fuerzas irregulares capaces de tomar la totalidad de poder tras un baño de sangre.
En el 2000 la criminalidad y el constante caos social resultante de los piquetes, cortes de calles, agresiones y otros actos de violencia era muchísimo menos numerosos de lo que son hoy y los sufre la población amenazada por delincuentes y subversivos callejeros a todo momento.
La educación era mala en el 2000. Ahora es pésima, fomenta la fornicación entre los adolescentes y está inspirada en doctrinas marxistas. Por otra parte, los alumnos hacen lo que se les da la gana y se imponen en las escuelas y Universidades. En este momento, por ejemplo, hay 20 escuelas, sólo en Buenos Aires, ocupadas a la fuerza por los estudiantes que impiden dar clases.  
En el 2000 la Argentina estaba enormemente endeudada por los sucesivos gobiernos desde 1976, pero gozaba de prestigio internacional. Kirchner repudió escandalosamente el 75% de la deuda pública, robó las AFJP, quebró el ANSES, reparte dádivas y sobornos, se enriquece desmesuradamente, oprime con impuestos confiscatorios al campo y pretende aplicar un Plan de Estrategia Agroalimentaria (PEA) que implica la supresión de la libre iniciativa y la propiedad privada del campo.
En el 2000 había algunos periodistas independientes. Hoy no queda ninguno y el gobierno sigue avanzando para adueñarse de toda la prensa.
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En el año 2000 los EEUU todavía no habían sido heridos de muerte por el ataque a las Torres Gemelas y la clase política de ese país todavía mantenía calmamente su poder interno y en el mundo. Hoy, los EEUU están gobernados por un marxista solapado que trepó al poder escalando sobre los cadáveres causados por las enloquecidas guerras de Bush y con una economía gravemente averiada por los estafadores de Wall Street y sus congéneres, (uno de los cuales era el Secretario del Tesoro del mismo Bush), crisis fogoneada por la imprudencia cómplice de Bush y de Obama que no han castigado ni pretenden castigar a los culpables, por lo cual la amenaza de nuevas crisis está siempre latente.
A causa de todo esto, EEUU ya no es el líder indiscutido del mundo ni la única potencia militar. Quedó demostrado por las guerras de Bush que no pueden dominar ni siquiera un pueblo pastores como es Afganistán.
Eso ha dejado un vacío de poder mundial que está siendo ocupado por el bloque neo-comunista integrado por la Rusia del siniestro Putin, ex-torturador de la KGB, la  China en crecimiento en base al trabajo esclavo y al aporte suicida de capitales y tecnología occidental; y el archipiélago de países que sirven a esas dos potencias en el Medio Oriente, Hispanoamérica y en otras partes del mundo.
Ese poderoso bloque tiene un número de bombas nucleares mayor que los EEUU, según aceptó Obama en el Tratado que firmó recientemente en Moscú. (Una sola bomba nuclear, de las que, según ese Tratado, Rusia tiene 8.000, basta para destruir toda la ciudad de Nueva York).
En el 2000 Europa parecía avanzar firmemente hacia la constitución de una especie de Súper Nación Federal rica y potente. Hoy, el Mercado Común Europeo está en una crisis de la que no se ve salida y puede arrastrar aún a las naciones otrora ricas de ese Continente.
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A pesar del enorme agravamiento de nuestra situación todavía sigo creyendo que si los argentinos nos decidiéramos a ser inteligentes, generosos, valientes y luchadores, podríamos, con la ayuda de Dios y la Santísima Virgen, salvar el país y defendernos de la contaminación moral y política del mundo.
La fórmula es empezar a formar una organización de intención política desde abajo, creando grupos de pensamiento y de acción que se unan entre sí para formar, como otras tantas piedras de sillería, una gran fuerza que acabe con la "dirigencia" corrupta e inepta, sirviente del marxismo.
Esa organización debería tener un programa común que se proponga simplemente derrotar la tiranía sin transar en nada con ella ni con la falsa oposición que le sirve de reaseguro y reemplazarla por un gobierno de hombres de bien que amen y sirvan la Justicia con coraje y laboriosidad, dentro del marco de las Instituciones de la Constitución de 1853 y con plena vigencia de los derechos y garantías por ella establecidos.
¿Existen esos hombres de bien? Creo que sí y la esperanza de esta publicación que hoy cumple diez años es ayudar a convocarlos. Espero que esos hombres se den por convocados.
Termino agradeciendo a Dios a la Santísima Virgen estos diez años en los que me ha permitido pelear el buen combate, y a todos los lectores que me han acompañado a los largo de estos años.