EL SODOMONIO LLEGÓ A MÉXICO

Pese a la extensa defensa a favor del verdadero matrimonio  entre un hombre y una mujer llevada a cabo por diversas organizaciones e individuos, contrariando una serie de estudios científicos y desoyendo a la gran mayoría de la población de México, al orden natural y a las enseñanzas de la Fe, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aprobó el mal llamado "matrimonio" homosexual, al considerar que no viola la Constitución porque no está definido un modelo de familia  única.

Para aprobar esta medida ,8 de los ministros (jueces) de la SCJN votaron a favor mientras que dos lo hicieron en contra. Quienes expresaron así su oposición a las uniones homosexuales  fueron el Presidente Guillermo Ortiz Mayagoitia y Sergio Salvador Aguirre Anguiano, quienes también apoyaron la acción de inconstitucionalidad presentada por la Procuraduría General de la República.

Votaron a favor de la constitucionalidad de las uniones homosexuales los ministros Sergio Valls, Olga Sánchez, José Gudiño, Juan Silva Meza, Luis María Aguilar, José Ramón Cossío, Fernando Franco y Arturo Zaldívar.

En la sesión convocada para el próximo lunes, el pleno de la Corte debatirá sobre sí las uniones del mismo sexo aplican en el resto de la República Mexicana y si es que pueden ejercer su derecho de adopción. Se trata de 10 personas que resuelven los destinos de muchos millones de personas, que si no reaccionan serán avasallados por su propia inacción espiritual y político-social.

Quienes imponen por la fuerza de un cargo formal lo antinatural a toda la población no tienen ni admiten razones. El matrimonio es una realidad que ordena la naturaleza biológica del ser humano, que biológicamente tiene una descendencia por la unión de un varón y una mujer, en un parentesco sanguíneo con la descendencia, elemento del cual carece cualquier otra institución (exceptuando el concubinato entre un hombre y una mujer). No es posible asimilar lo desigual a lo igual, ni igualar a los idénticos que ya son iguales. Todos los hombres y todas las mujeres tienen derecho al matrimonio con una persona del sexo opuesto, modo por el cual tendrán hijos con su misma información genética. Cualquier otra alternativa, no es concubinato ni matrimonio.