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lunes, 18 de octubre de 2010

HERMANDAD EN LA CUERDA FLOJA

Armenia Historica

Por Rupén Berberian (Raymond)

Resulta, durante la Unión Soviética , las Republicas Socialistas se habían hermanado cooperativamente de tal forma que todo el mundo parecía estar feliz, no les importaba comprender que esa dicha no era otra que la ficción de un espejismo de colores. Aquel entonces no incidía ninguna importancia ceder parte del territorio propio a un hermano. Total, eran hijos de una misma familia, llevaban un mismo apellido y un padre común; eran todos hijos legítimos.

Así fue que Armenia al culminar el ciclo y corrido el cortinaje sobre la verdad, se encontró con que Nejicheván, ya no le pertenecía y Artzaj (Karabaj) con mayoría de población armenia había sido destinada a los tártaros de Azerbaidyan, su querida hermana; así también, pero por motivos distintos, milenarias provincias armenias fueron abandonadas por Papá Noel a merced de las garras de Turquía.

Según tengo entendido, durante setenta años de gloria, muchos hermanos nuestros fueron a parar a Siberia; de excursión, claro. Era en su mayoría, pensadores, poetas, intelectuales y líricos, supuestamente opositores innecesarios para el régimen social que imperaba sobre el terreno.

Ahora que acabó la tormenta y Armenia se desprendió de su máscara, encuentra con que su querida hermana azerí ya no la amaba y se sorprende al enterarse de que su comunidad radicada en Bacú y el resto del territorio Azerbaidyan está siendo atacada salvajemente y asesinada al estilo turco. Fue cuando Armenia se despertó de la pesadilla encontrándose prácticamente rodeada de enemigos, una economía en banca rota y una deuda desconocida, que su población se enfrentaba con el espectro del hambre y la miseria, fruto de la decadencia moral de ciertos cabecillas.

Alarmada la diáspora por otro tropiezo de Armenia como Madre Patria, se puso a medir sus posibilidades y sin pestañar, le ofreció su respaldo incondicional, logrando suturar en parte sus heridas y sostener su columna dorsal.

Se me ocurre que Armenia, vaya a saber por qué motivo, no fue la hija preferida de Papá Noel. Ese personaje tan particular evidenciaba acunar algún problema psíquico inconfesable, un complejo íntimo, algún amor no correspondido, tal vez. Por tal razón la torta comunitaria no fue dividida equitativamente. Armenia se quedó con la porción más pequeña, sin crema, ni chocolate, estando obligada de sonreír para simular estar feliz y evitarse inconvenientes. Había que ponerse a cantar para demostrar animosidad y a bailar para simular conformidad.

La inesperada desaparición de Papá Noel como árbitro regional coincidió con un duro invierno de varios años, muchos tuvieron que abandonar sus terruños y con ello, abrir un capítulo más de nuestro desarraigo.

Pasó la tormenta y la población resucitó nuevamente. La casa se encontraba patas para arriba. Hubo necesidad de ordenarla, de apretar bulones, de cambiar engranajes de soportar mentalidades obsoletas.

Hoy nos queda una Armenia sin mayores recursos, una décima parte de nuestra Hayastán Histórica; rodeada de hostilidades y púas metálicas, sosteniendo en alto el estandarte de su dignidad y su incuestionable identidad. Lo que podría ocurrir mañana no lo sabe nadie, podría morir el Rey o el Burro. Podría visualizarse el milagro tan esperado que rompa de una vez por todas las cadenas de la intolerancia, de la incomprensión y haya para Armenia una nueva apertura al cielo. Los árabes dicen: Ala Karim. Los armenios: Asvatzt menz-e.

La resurrección de nuestra armenidad es factible sin duda alguna, siempre y cuando la cabeza de la serpiente sea aplastada.

Hacer oír la voz es señal de estar vivo. Un héroe muerto es un hermano que dejó de pelear. Armenia, aun siendo asediada por todos los costados está con vida y su corazón late en todos nosotros alrededor del mundo y Turquía, aunque lo disimule, bien que lo sabe.

Quienes nos sentimos armenios, debemos también obrar como armenios, hermanados en una causa común de la dignidad humana, ofreciendo pelea al enemigo de mil y una maneras en la posibilidad de cada uno. Con ello no habremos de defraudar a nuestros mártires, abandonándolos. Tener presente el genocidio, la memoria activa es una manera de ganarle al olvido.

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