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miércoles, 24 de noviembre de 2010

EL DESCENSO DE LOS PANTALONES (O SI SE PREFIERE, DE LAS POLLERAS)

a con deuda-sin deuda

Según anuncia el Ministro de Economía, el FMI enviará una delegación a nuestro país, para dar “asistencia técnica” al INDEC. Recordemos primeramente que hasta hace muy poco, agosto pasado nomás, todavía se despotricaba públicamente desde esferas del gobierno, contra aquél organismo.

Pero el caso es que se quiere llegar a un arreglo con el llamado Club de París, con el cual hay una deuda de aproximadamente 7.000 millones de dólares, que en su mayoría data del tiempo del Proceso usurpador, pudiéndosela considerar en consecuencia y en la respectiva proporción, como ilegítima. Detalle que por lo visto no es tenido en cuenta por ninguna de las partes.

Pero al margen, el caso es que el mencionado Club, para aceptar pago en cuotas o modalidades especiales rogadas por nuestro gobierno, exige que los índices económicos oficiales argentinos, respondan a la realidad y no signifiquen una trampa para los acreedores universales, en el que se incluye el mismo Club.

Por consiguiente a eso se debe este pedido de “asistencia técnica” al FMI. Asistencia que desde luego no va a ser “técnica”, sino que simplemente va a ser de contralor de la veracidad de dichos índices, que como es público y notorio vienen siendo manipulados a pedido y satisfacción del gobierno, desde hace varios años, en particular los que regulan la actualización de las deudas públicas o sean los de aumento del costo de vida o de precios al consumidor.

¿Y para qué ese apuro de llamar al FMI, intervenir de hecho al INDEC y desesperar ahora después de tanto tiempo, para arreglar con el Club de París? La respuesta es sencilla.

El gobierno pese a todo lo que asegure, necesita prolongar vencimientos próximos de la deuda externa y para ello sólo cuenta con algo efectivo: contraer nuevos préstamos. Y para esto necesita imperiosamente, tanto como conseguir nuevos inversores, contar con el aval internacional a proporcionar por el FMI y por el apoyo de los países poderosos de la tierra, en este caso representados principalmente por los componentes del Club de París.

El caso en definitiva, es que hubo un descenso de los pantalones o de las polleras si se prefiere. Y nada más cierto en consecuencia, que a las palabras se las lleva el viento y que mejor que decir es hacer.

LA PLATA, noviembre 24 de 2010.

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