La ministro de Defensa, Nilda Garré, confirmó que la junta de generales del Ejército excluyó de la promoción anual a diez familiares de oficiales que actuaron en la última dictadura, pero remarcó que el proceso de selección no tiene en cuenta el pasado de los militares, sino que "haya una probada convicción democrática" en sus ideas. Es decir, el Gobierno juzgan el pensamiento por antecedentes de familiares como base para la discriminación, en una “policía del pensamiento”.
La funcionaria expresó que "se elige el mejor perfil" y argumentó que "en el debate de la junta de generales no se podía seguir insistiendo en pliegos que ya la comandante en jefe (de las Fuerzas Armadas, la presidente Cristina Fernández) había rechazado" en anteriores oportunidades.
En ese sentido, precisó que no se trata solamente de la "capacidad de conducción, liderazgo, si hizo cursos o cómo hizo tal ejercicio militar, sino también es convicción democrática y respeto por los derechos humanos".
El diario La Nación publicó que "sin argumentaciones y sin presentar siquiera sus legajos, la junta de calificaciones integrada por 29 generales rechazó recientemente los ascensos al rango de coronel de 10 oficiales", lo que fue interpretado como "discriminación ideológica o portación de apellido" por fuentes militares.
Entre los afectados se encuentran los tenientes coroneles Mario Díaz (hijo del fallecido teniente general Mario Cándido Díaz), Luis y Gustavo Cattáneo (hijos del general Alberto Cattáneo), Guillermo Saá (sobrino del general Juan Saá), Julio Ballofet (hijo del coronel Julio Ballofet) y Justo Rojas Alcorta (hijo del coronel Justo Jacobo Rojas Alcorta).
También figuran Roberto Vega (cuestionó al ERP en un homenaje por el combate de Manchalá), Roberto Ruzzante (se preocupó por el coronel Alejandro Duret, que estuvo preso en Campo de Mayo), Oscar Faisal (que habría asistido a familiares de militares juzgados en Corrientes) y Hugo Gallard (hijo de un suboficial atacado por subversivos durante la dictadura, a los que enfrentó), de acuerdo al artículo periodístico.
En declaraciones a radio Mitre, Garré explicó que la Presidente, "en su carácter de comandante de las Fuerzas Armadas, tiene facultades discrecionales y por razones de mérito, oportunidad y conveniencia puede seleccionar o sacar de la lista que le han elevado las Fuerzas, a través del Ministerio de Defensa, algunos de esos oficiales, que van a ser la cúpula de las fuerzas, la conducción, las máximas figuras".
"La penúltima instancia es la junta de generales de brigada donde se dio un debate sobre la situación algunos oficiales que habían sido ya rechazados por el Poder Ejecutivo, es decir no habían sido elevados sus pliegos en dos circunstancias anteriores, dos años antes", añadió.
Garré ratificó que "algunos de ellos son hijos de personas que están en este momento condenadas a prisión perpetua y en algún otro caso procesadas, con muchísimas posibilidades atento a las pruebas que se están acumuladas en los procesos de ser condenadas a prisión perpetua, también por delitos de lesa humanidad".
Comentó que "el año paso fue ascendido a general al entonces coronel (Alejandro) Díaz Bessone (hoy general de brigada), pese a que su apellido nos evoca el horror" porque su padre es Ramón Genaro Díaz Bessone, procesado en 2005 por delitos de lesa humanidad. "El general Díaz Bessone, con el que he tratado esporádicamente, es un hombre democrático, claramente no suscribe las ideas de su padre", resaltó.
También mencionó el caso del "general (de brigada Antonio Eduardo) Serrano, hijo del interventor del Chaco en la dictadura" Antonio Facundo Serrano. "Hay gente que después se ha encargado con su accionar, con su prédica, de demostrar una vocación democrática clara, pero de todas maneras es una situación muy difícil", admitió la ministro.
"Debe ser muy difícil estar tensionado por estos principios, que hoy entendemos que son indispensables para vivir en el estado de derecho, y las causas por las cuales un miembro tan cercano de la familia puede estar condenado", completó y agregó que "lo importante es que haya una probada convicción democrática" en las ideas de los militares que son propuestos para los ascensos en los mandos superiores de la fuerza.
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