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martes, 16 de noviembre de 2010

GUÍA DE LA BUENA ESPOSA, Y ALGO DE HUMOR PARA LAS FEMINISTAS INFELICES

Buena Esposa 1

Buena Esposa 2

Buena Esposa 3

Buena Esposa 4

Buena Esposa 5

Buena Esposa 6

Buena Esposa 7

Buena Esposa 8

Buena Esposa 9

Buena Esposa 10

Buena Esposa 11

Buena Esposa 12

Buena Esposa 13

Buena Esposa 14

Un cuadernillo español de 1953 realizaba sugerencias como “Guía de la buena esposa”. Se trata de 11 reglas para mantener feliz al marido y ser la esposa que él siempre soñó. Este cuadernillo resultaría chocante a la mentalidad actual, que practica exactamente todo lo contrario para exasperar al esposo y que la mujer acabe preguntándose… “¿por qué se fue?”

La mujer es el centro del hogar, quien educa a los hijos y está más en contacto con ellos. No es sólo quien limpia y ordena el hogar, sino quien dispone el ambiente y el clima afectivo de todos los integrantes de la familia.

Transcribimos a continuación las sugerencias:

1- Ten lista la cena. Prepara su plato favorito. Planea con tiempo una deliciosa cena para su llegada. Esta es una forma de dejarle saber que has estado pensando en él y que te preocupan sus necesidades. La mayoría de los hombres están hambrientos cuando llegan a casa.

2- ¡Luce hermosa! Descansa 5 minutos antes de su llegada para que te encuentre fresca y reluciente. Retoca tu maquillaje, ponte un listón en el cabello y luce lo mejor posible para él. Recuerda que ha tenido un día duro y sólo ha tratado con compañeros de trabajo.

3- Sé dulce e interesante. Su aburrido día de trabajo quizá necesite mejorar. Tú debes hacer todo lo posible por hacerlo. Una de tus obligaciones es distraerlo.

4- Arregla tu casa. Debe lucir impecable. Haz una última ronda por las principales áreas de la casa, justo antes de que tu marido llegue. Levanta libros de escuela, juguetes, etc. Y limpia con un plumero las mesas.

5- Hazlo sentir en el paraíso. Durante los meses más fríos del año debes preparar la chimenea antes de su llegada. Tu marido sentirá que ha llegado a un paraíso de descanso y orden, esto te levantará el ánimo a ti también. Después de todo, cuidar de su comodidad te brindará una enorme satisfacción personal.

6- Prepara a los niños. Tómate unos minutos para arreglar a los niños. Cepíllales el cabello, lava sus manos y cámbiales la ropa en caso de ser necesario. Son sus pequeños tesoros y el los querrá ver relucientes.

7- Minimiza el ruido. A la hora de su llegada apaga la lavadora, secadora y aspiradora, e intenta que los niños estén callados. Piensa en todo el ruido que él ha tenido que soportar durante su pesado día de oficina.

8- Procura verte feliz. Agrégale una gran sonrisa y muestra sinceridad en tu deseo de complacerlo. Tu felicidad es la recompensa por su esfuerzo diario.

9- Escúchalo. Puede que tengas una docena de cosas importantes que decirle, pero a su llegada no es el mejor momento para hablarlas. Déjalo hablar antes, recuerda que sus temas son más importantes que los tuyos.

10- Ponte en sus zapatos. No te quejes si llega tarde, si va a divertirse sin ti, o si no llega en toda la noche. Trata de entender su mundo de compromisos. Trata de entender su mundo de presión y compromisos, y su verdadera necesidad de estar relajado en casa.

11- ¡No te quejes! No lo satures con problemas insignificantes. Cualquier problema tuyo, es un pequeño detalle comparado con lo que él tuvo que pasar.

Una buena esposa siempre sabe cuál es su lugar

EXTRA! Hazlo sentir a sus anchas. Deja que se acomode en un sillón o se recueste en la habitación. Ten una bebida caliente lista para él. Arregla su almohada y ofrece quitarle sus zapatos. Habla con voz suave y placentera.

INSTRUCCIONES PARA FEMINISTAS FRUSTRADAS E INFELICES

Es posible que alguna feminista se sienta mal al ver este cuadernillo de sugerencias. Pero… ¿qué sucedería si se practicara todo lo contrario? Veamos:

1- No prepares la cena. Prepara un plato que no le agrada, o déjale en el freezer algo de comida congelada para que él la caliente en el microondas, o que directamente llame a un delivery. Jamás planees con tiempo una cena que le guste para su llegada, para que se dé cuenta que nunca piensas en él y que no te preocupan sus necesidades. Si la mayoría de los hombres están hambrientos cuando llegan a casa, que se vayan a un restaurante, que la esposa no es una mesonera del bar.

2- ¡Luce lo más dejada y horripilante que puedas! Que cuando llegue te vea demacrada y con mal humor, desgreñada y despeinada, casi harapienta.

3- Sé severa y desinteresada.No lo distraigas, tensiónalo más aun.

4- Deja la casa sucia y desordenada, que luzca bien revuelta. Deja reboleados los juguetes, cuadernos del colegio, etc. Asegúrate de que las mesas estén llenas de polvillo y no lo saques. Ah, ¡y no barras jamás la vereda!

5- Hazlo sentir en el infierno. Durante los meses más fríos del año asegúrate de que la casa sea una heladera. Que cuando tu marido llegue al hogar sienta que ingresa al lugar más molesto del infierno, lleno de inquietud y desorden. Esto también destrozará tu ánimo a ti también. Después de todo, descuidar su comodidad te brindará una enorme insatisfacción personal.

6- No prepares a los niños, que estén desarreglados. Que lo reciban despeinados, con las manos sucias, y con la ropa bien sucia y arrugada. Que los vea como cirujas.

7- Exagera los ruidos. A la hora de su llegada, enciende la lavadora, secadora y aspiradora, e intenta que los niños hagan el mayor ruido posible, que lloren y se quejen y que lo pongan bien nervioso.

8- Procura verte deprimida e infeliz. Agrégale un gran llanto y muestra falsedad cada vez que le expreses buenos deseos, ya que lo que menos quieres es complacerlo. Tu felicidad es contraria a la felicidad de él, así que esa será tu recompensa por su infelicidad.

9- No lo escuches. Tienes una docena de cosas muy importantes que decirle, y a su llegada es el mejor momento para hablarlas y que se ponga bien nervioso. Que no te comunique sus inquietudes, interrúmpelo si intenta hacerlo. No te interesa nada de lo que quiera comentarte. Tus temas siempre son más importantes.

10- Nunca te pongas en su lugar. Quéjate si llega tarde, si tiene una salida sin tí, o si no llega en toda la noche por algún motivo justificado. Ni siquiera intentes entender su mundo de compromisos y presiones. Asegúrate de que en la casa esté siempre nervioso y tensionado.

11- ¡Quéjate! Satúralo con problemas insignificantes. Cualquier problema tuyo es un mundo comparado con los de él.

Una esposa moderna y feminista siempre sabe que su lugar está fuera del hogar.

EXTRA! Hazlo sentir mal. Impide que se acomode en un sillón o se recueste en la habitación. Jamás le alcances una bebida que lo reconforte. Que su almohada sea incómoda y jamás le quites los zapatos. Finalmente, habla con voz severa y de enojada.

No hay muchas alternativas. O la mujer hace del hogar un espacio para ser siempre felices a pesar de los problemas, o la mujer hace del hogar un infierno… y que después no se queje de las consecuencias.

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