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martes, 30 de noviembre de 2010

JUICIO POR NATALIA SUÁREZ NELSON: “ME GARANTIZÓ QUE NO ERA HIJA DE DESAPARECIDOS”

Alonso

Según informó Eugenia Canesi, en un cable de la Agencia Nova, Omar Alonso fue el primero en prestar declaración indagatoria en el juicio por la apropiación de Natalia Suárez Nelson. Ante el Tribunal, aseguró que su amigo, Juan Carlos Herzberg le entregó a su mujer- M.Luján Di Mattía- la niña recién nacida, diciendo que era de la hija de un superior suyo en la Marina, y que esta mujer había tenido problemas en el parto y por esa razón había fallecido luego de dar a luz.

Según Alonso- de profesión cantante de tangos y comerciante- viajó “por medio continente” y nunca tuvo ni una infracción de tránsito.

“Acepto la irregularidad de haber anotado como propia a Natalia” aclaró Alonso, y negó durante toda su declaración conocer el verdadero origen de la niña. “Un día yo no estaba, estaba en Buenos Aires y cuando llego a casa estaban mis padres y me dijeron que me felicitaban porque tenía una hija hermosa”. Según el comerciante, Herzberg había arreglado la llegada de la niña en su ausencia. “Esto va a traer problemas” pensó en aquel momento, según sus propias palabras.

Alonso reconoció que le entregó a su amigo, luego de la llegada de la beba, un poder para manejar sus finanzas durante sus viajes de negocios y para que el militar pusiera alguna propiedades a nombre de Natalia.

“Yo le di una vida de reina”, dijo, a la vez que enumeró los regalos a su esposa e hija, viajes y propiedades. Remarcó que amaba mucho a Natalia, tanto, que la llevó 12 veces a Disney. El Tribunal no podía ocultar su sorpresa al justificar el imputado la ausencia de violencia mostrándoles fotos de cumpleaños y viajes en familia.

“Yo no me escapé al Paraguay, tuve que ir por negocios”, afirmó Alonso, aunque señaló varias veces durante su relato que su mujer “tenía terror” de que le quitaran a Natalia. Por otro lado aseguró “Yo le pregunté mil veces a Herzberg si era hija de desaparecidos y siempre me dijo que no”.

“Cuando se enteró de que no existían los reyes estuvo dos días sin comer y sin hablarnos. Yo vi eso y no le quise decir que no era mi hija… Yo siempre en todo esto fui un convidado de piedra” dijo Alonso, explicando porqué nunca se enteraba de las conversaciones entre su mujer y su amigo.

“Herzberg le explicó hace unos años la verdad a mi señora y a mi hija, y lloraron los tres” Según Alonso, se enteró años después de este episodio, cuando su hija le contó que su padrino -Herzberg- le había contado que no era hija de quienes creía sus padres.

El acusado justificó su silencio en torno a la identidad de su hija explicando que “cuando Natalia se enteró de que no existían los reyes magos estuvo dos días sin comer y sin hablarnos. Yo vi ese sufrimiento, entonces no le quise decir que no era mi verdadera hija”.

Al ser consultado por el matrimonio de Natalia en Paraguay -teniendo sólo 18 años de edad- negó haberla obligado a casarse, y dijo que lo único que hizo fue firmarle un poder para que pudiera hacerlo siendo menor. “Ella dice que la obligué a casarse para que no se haga el estudio de ADN, acá el ogro soy yo”.

En cuanto a sus relaciones en Paraguay con Samuel Miara y Norberto Bianco, dijo que no tuvo que ver con la investigación sobre la apropiación de Natalia sino que estuvo vinculada a cuestiones comerciales, y que a Miara, que estaba en una mala situación económica, le llevó una bolsa de papas. Cuestión -esta- que el Tribunal se encargó de recalcar como de “llamativa solidaridad”.

Alonso señaló su marcado interés en la vida democrática argentina alegando que participó de proyectos con varios dirigentes políticos. “Trabajé en la democracia con Palito Ortega, y con Alak trabajé en política, me dijo que tenía que trabajar con él”. En algún momento de su declaración, el imputado remarcó, además, haber sido “gran amigo” de Raúl Alfonsín.

Por su parte, Juan Carlos Herzberg, acusado de haber participado en la sustracción de Natalia, sustitución de su identidad, y de haberla entregado a quienes la inscribieron bajo otro nombre, se negó a declarar.

Mi mamá me dijo: “Podés ser hija de desaparecidos”

Al momento del testimonio de Natalia Suárez Nelson, se le pidió al acusado Omar Alonso que se retirara de la sala para no afectar emocionalmente a la víctima.

Natalia relató cómo era Alonso con su madre, y lo describió como un hombre muy violento, que le pegaba y la torturaba psicológicamente.

Según Natalia se enteró de su verdadera identidad a los 16 años- en el año 1993- cuando aún vivía en Paraguay con su madre “Mi mamá estaba llorando y me dijo ‘nosotros no somos tus padres, podés ser hija de desaparecidos’. Y me contó muy por arriba”.

Su madre le explicó en ese momento que por una causa que les iniciaron a sus padres en el año ´84 se fueron a Paraguay. “Me contó que mi padrino -Herzberg- me había llevado a casa el día en que nací”.

M. Luján Di Mattía -su madre- le confesó que “Herzerg los llamó a mis padres por teléfono y les dijo que había una chica del interior que estaba sola que iba a tener una criatura, si la querían ellos. Que había tenido problemas y podía fallecer en el parto”

Cuando Natalia tenía nueve años, la familia se fue a vivir a Paraguay. “Papá me dijo que nos íbamos porque había tenido problemas con Alfonsín”. Pero en el país vecino, Alonso cambió su forma de ser. “Papá se transformó allá, se ponía violento. Empeoró, creo que porque mamá no podía denunciar. Ya había sido violento, física y psicológicamente. Hasta llevó a vivir a una mujer con la que salía, que era una tía mía. Una situación intolerable”.

En cuanto a la vida social en Paraguay, Natalia desmintió los dichos de su padre, y dijo que él era amigo de Miara y de Bianco “íbamos a sus casas, comíamos asados, conocía a sus hijos”, recordó.

Al regresar del país limítrofe, fue a visitar a su padre al penal. “Cuando mi papá estaba detenido en la Unidad 9 de La Plata, tuvimos un episodio muy feo. Le dije que sabía todo y que lo quería igual, pero él me pellizcó la pierna y me dijo que no hable más”.

Una noche del año ´99, mientras Natalia dormía, llegó a su casa de City Bell su padrino, Herzberg y la despertó llorando, pidiéndole perdón “le pregunté quiénes eran mis padres. Me dijo que no sabía, que creía que era un comisario, pero que estaba muerto”

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