Páginas

jueves, 4 de noviembre de 2010

REVISTA CABILDO: TRAMOYA PARLAMENTARISTA EN CONTRA DE “LA TRAMOYA DEL PARLAMENTARISMO”

Hay un diputado al cual la Revista Cabildo no le agrada, y por tanto quiere aplicar un repudio como moción de censura en el Congreso de la Nación contra esa revista, en nombre de… ¿la libertad de prensa?

Esta no es una noticia actual, pero es una noticia vigente. Muchos no lo saben, o no se han dado cuenta, pero la Revista Cabildo hace varios meses que no puede ser editada, publicada y distribuida por falta de recursos económicos. Idéntica situación padecen numerosas publicaciones impresas ya sean nacionalistas, católicas o nacionalistas católicas.

TRAMOYA PARLAMENTARIA

Acerca de la Revista Cabildo, fue presentado un proyecto de Resolución ante la poco honorable Cámara de Diputados de la Nación, cuyo N° de Expediente es 3494-D-2010 siendo su trámite parlamentario de fecha 20 de mayo de 2010 bajo el N° 060. En dicho proyecto se expresa un “repudio por el Editorial titulado ‘La Tramoya del Parlamentarismo’, publicado en la Revista Cabildo en la edición abril-mayo 2010”.

El firmante es el diputado Antonio Arnaldo María Morante, en que plantea que la Cámara exprese “su más enérgico repudio a la prédica antidemocrática y golpista del editorial titulado "La Tramoya del Parlamentarismo",firmado por el director de la revista Cabildo, Antonio Caponnetto, en su edición abril-mayo 2010”.

En sus fundamentos resalta la actividad de la revista, que fuera incluso clausurada en tiempos del Proceso Militar, mezclando argumentos ciertos con falacias introducidas en busca de rédito político.

En la introducción expresa: “Cabildo es una revista Argentina considerada como el principal organismo de prensa del catolicismo nacionalista en el país. Publicada por primera vez en los años setenta y luego inactiva durante la mayor parte de los noventa, la revista se ha vuelto notoria por su prensa xenofóbica y anti-semita”. Lo primero es cierto (es el principal órgano de prensa del catolicismo nacionalista del país, que diera inicio en la década de 1970, y que estuvo inactiva durante casi todo el gobierno de Menem. Lo segundo, que se trata de “prensa xenofóbica y anti-semita”, es falso. En primer lugar porque el catolicismo nacionalista condena la xenofobia y el racismo, y en segundo lugar porque sigue la Doctrina Social de la Iglesia en su ortodoxia que también condena ambos errores. No existe odio alguno al extranjero, pero sí un llamado a la defensa de la propia Soberanía. Por otra parte, no se ha de calificar de “anti-semita” a un medio que denuncia los tejes y manejes con repercusión nacional de algunos miembros de la colectividad judía, y que son miembros además del sionismo internacional como movimiento político mesiánico con el que la mayoría de los mismos judíos no están de acuerdo. Por otra parte, decir que los judíos siguen un error teológico que niega Mesías Jesucristo, quien fue el Rabí condenado por la Sinagoga y el Imperio Romano, tampoco puede ser calificado de “antijudaísmo”.

CENSURADA POR LOS MILITARES

En sus fundamentos, el anteproyecto informa: “Una de las pocas revistas políticas autorizadas por el régimen militar de 1976-83, Cabildo fue brevemente suspendida en 1977, ocasionando una protesta internacional que incluyó notas en The New York Times, Le Monde y Time… Cabe señalar que, en 1980, Cabildo se vendía más que cualquier otra publicación política y, si bien perdió su preeminencia con la restauración de la democracia, aún tiene predicamento en ciertos círculos”.

Un extraño párrafo del proyecto, en que cita al Dr. Cosme Beccar Varela explica la situación cultural vigente: “la subversión existe y es corrosiva; usted no se da cuenta porque ya fue cooptado; los terroristas no ganaron la batalla militar, pero al convencerlo a usted de que somos malos ganaron la batalla cultural. O como decía Cosme Béccar Varela con más elegancia, "usted ya es un comunista, sólo que no se da cuenta".”

Acerca de los artículos, el proyecto menciona: “El staff de Cabildo muestra continuidades notables. El director fue Ricardo Curutchet hasta su muerte, acompañado de Juan Carlos Monedero como secretario de redacción y tesorero. Entre los colaboradores se puede ver, ya hace treinta años, a Antonio Caponnetto, actual director, y a plumas como el médico Hugo Esteva, profesor de cirugía en la UBA y colaborador en publicaciones afines como Patria Argentina.”

¿Cómo define el anteproyecto al Nacionalismo? Con las siguientes palabras: “Como el nacionalismo reaccionario, elitista y chupacirios es químicamente piantavotos -acerada definición del Perón de 1946-, sólo mojaban cuando gobernaban por la fuerza las minorías a las que influían. Así fue en 1943 y 1955, y así fue en 1966 y 1976. El sector llega a este nuevo milenio en un estado de marginalidad completa, sin la influencia cultural a la que se habían acostumbrado y pasados por derecha por otros sectores. Sólo les queda algún militar, juez o párroco, que trata de que no se noten sus convicciones”.

Y los anhelos nacionalistas son descriptos del siguiente modo: “El único ambiente donde el nacionalismo católico juega de local es ese arrabal de la Iglesia que sueña con cruzadas de limpieza y piensa que con Franco estábamos mejor. Esto explica que los nuevos héroes de Cabildo sean obispos militarizados como Antonio Baseotto y sus actos de desafío al "régimen" consistan en misas en Luján o ataques a artistas como León Ferrari… Y también explica el vueltero hispanismo de la prosa cabildesca, donde los colaboradores firman sus notas desde "San Luis de la Punta de los Venados" o desde el "Fuerte de San Felipe de Montevideo", escriben de tú o arman diálogos platónicos, como Aníbal D'Angelo Rodríguez, editor de cultura, sobrino de Ivannisevich y racista que se llevó racismo a marzo.”

CABILDO MEDIEVAL

El proyecto transcribe un trabajo de Jorge Saborido, publicado por la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de La Pampa, titulado “El nacionalismo argentino en los años de plomo: la revista Cabildo y el proceso de reorganización nacional (1976-1983)”. Allí se define que “un punto de partida adecuado para iniciar el análisis de las bases del pensamiento de Cabildo es definirlo como una "teología política"; es decir, como un intento de legitimar una determinada praxis política a partir de una doctrina religiosa. Esta doctrina religiosa, de claro sesgo tradicionalista, destaca la existencia de un "orden natural" basado en valores absolutos, que proviene de un orden sobrenatural y pende de éste "como la materia de la forma, como la consecuencia de la causa, como lo accesorio de lo principal". Por lo tanto, la providencia divina es la base de todo lo existente; el mundo humano descansa en un orden eterno, y toda ley humana en la ley eterna. Ese "orden natural" se ha constituido a los efectos de la realización del bien común, asignando "a cada uno su sitio en función del principio del Orden". El "sitio" que ocupa cada uno en la sociedad está establecido en función del todo social preexistente", de una "tradición heredada" que debe ser respetada. El Estado constituye "la unidad totalizadora y perfecta en su orden, armónica y adecuadamente limitada por las sociedades intermedias, en cuyo ámbito se desarrolla la vida de la Nación"… La Historia consiste en el desenvolvimiento de la ley divina y depende de la capacidad del hombre para comprenderla y seguir sus preceptos.”

El texto citado, consigna que “el "orden natural" al que hacen referencia fue alcanzado durante la Edad Media, verdadero momento de plenitud en el que imperaban los valores absolutos…: "antes la Tierra era lo grande y todo giraba a su alrededor. Y era verdad, en un sentido más amplio que el matemático, como que incluía la vida". El universo medieval "era por entero teofanía, es decir, manifestación de Dios y jerarquía". Luego describe malamente el texto la degradación cultural, moral, social y política y espiritual que va desde la baja Edad Media y el movimiento humanista hasta nuestros días, pretendiendo develar una Filosofía de la Historia.

PROGRAMA POLÍTICO

Dicho autor pretende develar un “programa político” de la Revista del siguiente modo:

“- La política social parte del rechazo de "toda concepción que promueva el enfrentamiento social y su consecuencia, la lucha de clases". Para ello, por una parte el Estado "deberá asegurar al trabajador de cualquier especie la obtención de una retribución, que le permita vivir decorosamente, la seguridad en su empleo y la igualdad jurídica respecto de sus empleadores". Por otra, la solidaridad social conduce al agrupamiento de los trabajadores "mediante asociaciones que representen sus intereses y se integren con las demás ramas y jerarquías laborales -obreros, técnicos y patrones- en forma vertical, favoreciendo de ese modo el acuerdo social y el amparo de las fuentes de trabajo y producción esenciales para la Nación".

“- La política económica está encuadrada en su concreción por el "proyecto político nacional", por lo que "debe servir a la Sociedad y a la Nación como instrumento del Bien Común. Para cumplir con esa tarea se hace imprescindible: a) la "efectiva independencia económica que, al desligarnos de las presiones del capitalismo financiero internacional y de sus agentes nativos, haga realidad la nacionalización de nuestra economía", b) la revalorización del "papel del Estado en la economía, por la aplicación sustantiva y no meramente supletoria del principio de subsidiariedad, claramente enseñado por la Doctrina Social de la Iglesia"; c) la implantación de un "decidido proteccionismo industrial, correlativo a rígidas normas referentes al destino del beneficio"; d) el rechazo enérgico de "la economía de lucro", lo que implica que "la economía debe estar al servicio de la persona -materia y espíritu- y no de un conjunto de hombres que, mediante el manejo inmoral de los medios de comunicación, promuevan artificialmente un desenfrenado hábito consumista".

“En resumen: la economía debe "asegurar la justicia distributiva, fomentar la propiedad privada -incluida la de los medios de producción-, potenciar al país para asegurar su independencia, proveer de fuentes de trabajo, hacer posible la honestidad personal y eliminar los factores que degradan el nivel ético general".

- En cuanto a la política exterior, ésta debe partir de ciertas premisas: 1) La Argentina es un país occidental "y no del Tercer Mundo, entendiéndose que Occidente es un orbe histórico-cultural, de signo espiritual cristiano, sin concreción o liderazgo en el mundo actual"; 2) En defensa de los valores espirituales occidentales debe actuar con firmeza e incluso "asumir la iniciativa" en todo lo referente a la amenaza del imperialismo comunista; 3) Dado que las actuales organizaciones de vinculación internacional no responden "a las exigencias del derecho de gentes de las naciones cristianas", la permanencia en ellas "no se estimará como un acto necesario o imprescindible"; 4) El enemigo histórico es Brasil (no adversario, enemigo), a quien, por tanto, la Argentina "debe disputarle todos los espacios en la región y procurar excluirlo del Atlántico Sur y de la Antártida"; 5) Debe ser misión propia del país "la de proyectar su Política Nacionalista en la América hispana, colaborando con todos los gobiernos agredidos por la guerrilla marxista"; 6) Respecto de las vinculaciones con la URSS, un tema caliente en ese momento como consecuencia de las relaciones comerciales anudadas, la política "debe ser de rechazo de todo acuerdo económico, financiero, técnico o cultural, que comprometa la límpida conducta patriótica y occidentalista de la República"; 7) Frente a los contenciosos con Chile y Gran Bretaña, es preciso "una política del hecho consumado, es decir, la recuperación militar de las tierras ocupadas (...), que terminaría concluyente y definitivamente toda cuestión".

- Finalmente, la política cultural y educativa plantea como objetivo "la restauración de la cultura", para la cual deben contribuir tanto la educación como la censura. La nueva política educativa debe reorientarse a fondo para producir "un despertar de la conciencia nacional y católica". En todos los niveles de la educación es preciso "estimular el sentido de pertenencia y arraigo a la comunidad histórica nacional frente a las acechanzas foráneas". A su vez, la censura sobre los medios de comunicación "debe significar la erradicación definitiva de la inmoralidad y la estupidez". Pero, sin duda, la clave de la política educativa es la siguiente: "El Nacionalismo no debe renunciar a su objetivo de extirpar de nuestra Nación la peste del laicismo y con ella la Ley de Enseñanza Laica, devolviendo a la educación el sentido religioso que le es esencial y, además, el propio de nuestra tradición".”

La Revista Cabildo actualmente no se distribuye por dificultades económicas. No es ajena a los vaivenes de la economía liberal a la cual nuestro país se encuentra sujeto. No tiene recursos económicos ni quien la asista económicamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los mensajes son moderados antes de su publicación. No se publican improperios. Escriba con respeto, aunque disienta, y será publicado y respondido su comentario. Modérese Usted mismo, y su aporte será publicado.