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sábado, 18 de diciembre de 2010

EL PUEBLO SE CANSÓ

toma de tierras 1

Por Daniel Eugenio Pena

http://danieleugeniopena.blogspot.com

 

Lo que el Estado no hace, lo hace el pueblo.

La organización de los Estados modernos funciona con al delegación de poderes y facultades del conjunto de la sociedad, conformando el Estado administrador y reglamentado.

Hasta el uso de la fuerza es una delegación de poderes y atributos.

En la Argentina se está viendo el fenómeno de la usurpación de propiedades públicas y privadas, por parte de presuntos indigentes que se escudan en su miseria crónica para obtener, de parte del Estado ausente, aquellos beneficios que garanticen una mejor forma de vida.

Pero parte del otro Estado, el presente o existente, le quita al Estado administrador la facultad del uso de la fuerza al no ejercerla éste.

El mismo pueblo toma en sus manos la represión a las usurpaciones, convirtiendo esto en una lucha cuerpo a cuerpo entre pobres y aparentes “menos pobres”.

Los cuerpos de seguridad del Estado no actúan y el pueblo autoorganizado sale a calle a combatir las usurpaciones, que atenten contra el bienestar común y son clara manifestación de abuso de autoridad.

El verdadero pueblo, el que trabaja y paga sus impuestos, ocupa el rol del Estado administrador cansado de años de control de las calles por parte de los piqueteros, de la impunidad con la cual se mueven y los desmanes que hacen. A piedrazo puro defienden sus barrios, sus casas, su trabajo y su familia. Diez años de abuso piquetero le colmó la paciencia a muchos.

De esto a la anarquía hay solo un paso, cada vez más pequeño, porque lleva a las calles la lucha de pueblo contra pueblo.
El Estado administrador pierde el tiempo al convertir esto en una disputa burocrática sobre jurisdicciones o campos de acción política, entonces alguien ocupa el lugar abandonado.

Estamos al borde de un estallido social de impredecibles consecuencias.

piqueteros 2


Si no se vuelve rápida y drásticamente al orden legal, las calles serán tierra de lucha entre pueblo.

Esto es mucho más peligroso que los tradicionales enfrentamientos que vimos antes, que eran entre facciones políticas.

Aquí no hay facciones, aquí hay interpretaciones sobre la defensa de derechos básicos. Esto es mucho más profundo que un enfrentamiento político, porque no hay puntos de debate que permitan el regreso del orden. Es vivir o morir.

Pobre de mi Argentina si esto persiste en el tiempo, porque caeremos en un enfrentamiento de clases, en una guerra por la sobrevivencia, a casi la era de las cavernas.

Los gobiernos de la Ciudad de Buenos Aires, de la Provincia y el gobierno nacional, son responsables de lo que ocurra de aquí en más. O solucionan por vías legales, pero contundentes, este problema y en este momento o les caerá el castigo de su inoperancia, con consecuencias funestas para el futuro argentino.

Si se permite que el pueblo retome el control del uso de la fuerza es el fin de la organización del Estado.

Macri, Scioli y Cristina Kirchner viven en una estratósfera de ficción y no están a la altura de ser gobernantes y administradores de los poderes delegados por el pueblo.

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