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viernes, 17 de diciembre de 2010

ORACIÓN NAVIDEÑA A NUESTRA SEÑORA DE LA RESISTENCIA

Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe

Por Antonio Caponnetto

El soplo de Judea

cubre el duro pesebre.

No hay frío que te quiebre

el regazo materno que alborea.

Te acecha hasta el rocío,

la fatiga apuñala.

Tu verbo es voz que exhala

un hágase hecho fuego o desafío.

Todo es pobreza en torno,

mulas, bueyes, rastrojos.

Pero alzaste tus ojos

y fue holgura de estrellas el contorno.

Atrás la peripecia

que anunciara Isaías,

las noches con sus días

la niebla indócil, este sol que arrecia.

Por delante el cauterio

sangriento y herodiano:

Al vuelo de tu mano

el himno muerto se volvió salterio.

Un presagio de cruces,

tormentosos calvarios.

Prefiguras rosarios

y el cielo monta guardia de arcabuces.

Simeón que predice

tu corazón lanceado.

Mas no hay en tí pecado,

el carillón del templo te bendice.

Señora a quien no encierra

su talón la serpiente.

María resistente

devuélvenos la patria en esta tierra.

Si lo quieres, Señora,

al pliegue de tu manto

como ayer en Lepanto

la gracia marchará conquistadora.

Con tu capellanía

será amable el exilio.

Danos, Madre, tu auxilio,

queremos ser las tropas de María.

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